sábado, 30 de mayo de 2009

Art of the Devil 3 (Long khong 2, 2008)


Precuela de la segunda entrega, en la que la joven adicta a la magia negra vuelve a torturar a ingenuos que se adentraron en ese oscuro mundo pidiendo un deseo mediante un ritual.

Debo ser masoca. Después de sufrir la terrible Art of the Devil (Khon Ien khong, 2004), me atreví con la segunda parte, Art of the Devil 2 (Long khong, 2005). Para mi sorpresa, sin ser nada del otro jueves, al menos resultaba correcta. Es por ello que decidí darle una oportunidad a Art of the Devil 3. Sin llegar a los extremos de aburrimiento e idiotez de la primera, lo que nos propone está especie de precuela de la segunda (¡!) es un bodriete con más verborrea sin interés que momentos de impacto. Al menos hasta llegados a unos últimos veinte minutos que, aunque no sean suficientes para hacernos olvidar el tedio anterior, al menos nos hacen sentirnos menos idiotas por perder el tiempo. Y es que esto del thai-horror más comercial es lo que tiene. La formula está agotada.

Cierto que la formula de, por ejemplo, el body count tipo Viernes 13 (Fridat the 13th, 1980) también lo está hace años. Pero, sin embargo, al menos esas películas, mejores o peores, suelen entretener al que guste del tema. El terror oriental, o parte de él, comete siempre el mismo error: el ritmo. Culturas distintas, supongo. Pero eso no quita que joyas como la japonesa Kairo (Kiyoshi Kurosawa, 2001) o la surcoreana Dos hermanas (Janghwa Hongryeon, 2003), pese a tener un ritmo más pausado que la que nos ocupa o tantas otras de dicha moda, sean siempre interesantes, sugestivas e incluso a veces terroríficas. De Art of the Devil 3 lo único que podemos sacar en claro son algunos momentos gore currados. En el clímax final se suceden varias torturas bastante crueles y explicitas, que superan a lo visto en la segunda entrega. Por lo demás, tedio, guión confuso y la sensación de que estoy tan loco que me tragare una cuarta si terminan haciéndola.

Lo mejor: Los últimos veinte minutos.

Lo peor: Lo anterior.

Valoración (0 a 10): 3,5

Trailer

¿Quién puede matar a un niño? (1976)


Una pareja americana, de vacaciones en España, acude a una pequeña isla para pasar un día tranquilo. Una vez allí, comprueban que en la isla no hay presencia de adultos. Los únicos que se encuentran a sus anchas por las calles son niños. El misterio aumenta cuando son testigos de un terrible crimen perpetrado por dichos niños.

La carrera en el cine de Chicho Ibáñez Serrador fue corta, pero impactante. Con tan solo dos películas, consiguió un hueco de oro dentro del género de terror. Algo que también fue confirmado, en el medio televisivo, con la mítica serie Historias para no dormir (1965-1982). Con La residencia (1969) se marcó un taquillazo. Llevó hasta el cine a tres millones de espectadores, en un éxito proporcional al que más actualmente ha tenido el cine español del género con Los otros (2001) y El orfanato (2007). Pero esta historia, más de suspense que de terror, no siempre efectiva aunque dirigida e interpretada con solvencia, no mostraría todo el potencial que tenia Chicho entre manos. Su verdadera obra maestra la consiguió unos años después con la película que nos ocupa. Y esto, sin olvidarnos de su magnifico episodio, a modo de telefilme, para la citada Historias para no dormir, titulado El televisor (1974). ¿Quién puede matar a un niño? también obtuvo un éxito importante, aunque menor al de La residencia. Lo que no impidió que se convirtiese en una de las películas de culto por antonomasia de nuestra cinematografía. Se trata de una propuesta más difícil, mucho más cruda.

En cierto modo, Chicho es un director similar al George A. Romero del cine zombi. De hecho, ¿Quién puede matar a un niño? es una gran película de zombis, sin necesidad de que la amenaza haya vuelto de la muerte. No solo se centra en el terror, la sangre o el impacto, sino que además hace hincapié en la crítica social poco sutil. Esos niños locos, alienados, de la isla a la que viajan los protagonistas, son la respuesta a la devastación que los adultos provocan en ellos. Las guerras, los maltratos, los abusos. Los niños, en muchas situaciones, son los que pagan la peor parte en los conflictos “de los mayores”. De ahí que, a través de la metáfora, los pequeños comienzan su particular invasión, lenta pero aterradora, para adueñarse del mundo que los adultos no saben mantener. Nos quedan momentos como el de la piñata, o ese brutal clímax final que más de uno se sorprendería al ver en un cine treinta años después.
Chicho era un visionario del género. Lastima que lo abandonase en favor de telebasura varia. Recientemente volvió a hacer acto de presencia con el fallido experimento Películas para no dormir, del cual surgieron algunas cosas interesantes, como Para entrar a vivir, dirigida por Jaume Balagueró, pero también decepciones, como la horrible La habitación del niño, de Alex de la Iglesia, o la propia propuesta de Chicho, titulada La culpa.

Lo mejor: Impresionante de principio a final. El ritmo in crescendo de la trama, la brutalidad cada vez mayor de las escenas de terror, provoca una sensación de mal rollo difícil de igualar. Los últimos minutos son para ver una y otra vez.

Lo peor: Que el cine de terror español no vuelva a sorprender con producciones de esta calidad (salvo alguna grata excepción como Rec (2007).

Valoración (0 a 10): 10

Uno de los mejores momentos

Precuela de Alien confirmada

Al final lo van a hacer. Pero la noticia no es del todo mala. Tony Scott, el hermano menor (aunque también tiene ya sus años) de Ridley, y co-propietario de la productora Scott Free, ha confirmado que tendremos más Alien. Lo que se ha dado prisa en desmentir son los rumores que corrían a cerca de un remake. Tampoco una secuela, pues Sigourney Weaver ya dejó bien claro que no quería participar en más entregas. Por tanto, lo que nos queda es la tan de moda precuela. Sin Ripley, sin nave Nostromo, etc. El director elegido para intentar llevar esto a buen puerto es un tal Carl Rinsch, en la que será su opera prima. Lejos de ser un proyecto a largo plazo, éste nuevo Alien comenzará a rodarse, o eso dicen, a finales de este mismo año, por lo que posiblemente en el 2.011 la tendremos por las pantallas.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Gerald Butler vuelve a la acción con Gamer

Después del gran éxito de 300 (2006), Gerald Butler volverá a hacer valer sus bíceps en Gamer. Y es que el espartano cinematográfico más famoso de las últimas décadas no ha encontrado el éxito posterior indagando en otros géneros. Drama romántico en Posdata: Te quiero (P. S I Love You, 2007), la fantasía familiar con La isla de Nim (Nim´s Island, 2008) o los thrillers, ya sea el de intriga, Chantaje (Butterfly on a Whell, 2007) o el de mafias, Rocknrolla (2008). Así que, qué mejor que coger las armas e irse al futuro a repartir leña. Gamer nos cuenta como, en un futuro de esos no tan lejanos, el videojuego de moda es uno protagonizado por presidiarios. Pero no presidiarios virtuales, sino que desde nuestra casa podemos manejar a uno real. Como es de esperar, el preso que maneja el co-protagonista es Butler, y también como es de esperar, no es de los presos malos, por lo que tendrá que desmantelar el sucio negocio que han montado. Visto el trailer queda claro que Gamer es una de esas relativas series b que, con un presupuesto ajustado, intentan aparentar muchos más millones con montaje y movimientos de cámara modernos. Recuerda un poco a La carrera de la muerte (Death Race, 2008). Con que sea igual de entretenida me conformo.

Zombi: La creazione (2007)


Una mujer sale con vida de una explosión en un buque de salvamento. Dicha superviviente cuenta que se encontraba en una isla que no aparece en los mapas, en la cual fueron atacados por zombis. El único que cree tan extrana historia es el dueño de una empresa farmacéutica, que la convence para que viaje de nuevo a la isla, junto a un grupo de soldados.

El bueno de Bruno Mattei nunca se cansa. A sus ochenta tacos, el tío sigue haciendo subproductos exploit con zombis y mucha hemoglobina. La verdad es que Mattei no tiene nada que hacer si lo comparamos con otros directores italianos del terror sanguinolento de su época, como Lucio Fulci, Dario Argento (que nunca ha sido santo de mi devoción, pero le reconozco algo de talento) o incluso Lamberto Bava, que tiene mucha mierda en su haber, pero que coño, ha dirigido Demons (Demoni, 1985). Pero Mattei, dentro de sus muchas aburridas y mediocres caspas, tiene alguna cosa destacable, como Apocalipsis caníbal (de 1980, y conocida con otros muchos títulos, entre ellos Virus o Apocalypse domani). Siempre ha hecho basurilla, vale, pero lo de esta última película roza el esperpento y el morro más extremo. También conocida como Zombies: The Beginning (si la queréis buscar por Internet es más fácil de este modo), la cosa en cuestión lo que ofrece es un calco, casi plano por plano, de Aliens, el regreso (Aliens, 1986), incluso utilizando exactamente los mismos diálogos de varios momentos de aquella obra maestra.

Todo muy trash, pero sin gracia, pues parece una película amateur hecha por algún chaval acompañado de amiguetes. Y Mattei ya no es un chaval, no. Lo único que se puede destacar de esta broma pesada son algunos trucajes gore efectivos. Los hay cutres pero que dan mal rollo (el enano haciendo de niño, criatura extraña o algo), malsanos por mugrientos y decadentes (el clímax final) o extrañamente currados (el parto del zombi –una de las muchas copias de la citada Aliens, el regreso-). Algunos alicientes que no son suficientes para salvarnos de la tocada de cojones de hora y media que supone el engendro. Dudo que Mattei haya pagado algún tipo de derecho a James Cameron, por lo que, como se de cuenta (cosa que también dudo, pues no todos están tan locos como yo para buscar y ver tales porquerías), la broma le puede salir cara.

Lo mejor: Algún efecto gore curioso.

Lo peor: Todo lo demás.

Valoración (0 a 10): 1

Trailer

lunes, 25 de mayo de 2009

Ben Stiller y su museo pueden con los Terminators


Aunque las previsiones apuntaban que Terminator Salvation tenía todas consigo para freír a Noche en el museo 2 (Night at the Museum: Battle of the Smithsonian), ambas estrenadas el pasado fin de semana en Estados Unidos, el resultado ha ido a la contra. Recordemos que Noche en el museo (Night at the Museum, 2006) recaudó en todo el mundo la friolera de 575 millones de dólares. La secuela, por tanto, llegaba como valor seguro. Pero la competencia de la muy publicitada y esperadísima Terminator Salvation la había quitado presencia en la cartelera…o eso se creía. Al final, Noche en el museo 2 se ha mantenido dentro de las previsiones, recaudando 70 millones en su estreno (que no ha sido de tres días sino de cuatro, debido al puente). Son 40 millones más de lo que hizo en su estreno la primera parte. Ahora habrá que ver si es capaz de mantenerse tan bien como aquella, que pese a dicho arranque logró hacerse en su país con 258 millones.

Por su parte, lo nuevo de Terminator (que por mucho que lo llamen reboot, si atendemos su argumento bien pudiera ser la cuarta entrega) se ha quedado a medias. Las previsiones parecían seguras en que se alzaría al primer puesto con cerca de 100 millones en los cuatro días. Tras un primer día (el festivo) en el que recaudó 13 millones (5 menos de los previstos) su total, llegado el lunes, se ha quedado en 67 millones. Sin embargo, tampoco es una mala cifra. Todo depende de su funcionamiento en las próximas semanas y en el resto del mundo. Terminator 3: La rebelión de las maquinas (Terminator 3: Rise of the Machines, 2003) amasó 433 millones con un presupuesto idéntico al de Terminator Salvation, nada menos que 200 millones. Tal cifra supo a poco, y más aún teniendo a Schwarzenegger en el papel principal. En su estreno en Estados Unidos se hizo con 44 millones, y al final de su recorrido sumó 150. Con el estreno de Terminator Salvation, y teniendo en cuenta que la competencia será relativamente floja (películas más familiares como Up o Land of the Lost, y a casi un mes de separación de su verdadero rival, la nueva de Transformers) es posible que esa cifra sea superada, aunque levemente. Eso siempre que no caiga en el mismo pozo que Watchmen (2009), que después de atraer a los fans el primer fin de semana, se dio el batacazo.

Star Trek (2009)


De adolescentes, James Tiberius Kirk y Spock, en principio enemigos, oponentes con ganas de tener el mando de la nave espacial Enterprise, comienzan su viaje por el espacio. Junto a la tripulación, deberán enfrentarse a un temible romulano llamado Nero, un ser diabólico en busca de una equivocada venganza. La particular misión de Nero consiste en ir borrando planetas de la galaxia.

Star Trek es uno de los casos más curiosos e interesantes de analizar del mundo televisivo. Nunca una serie emitida con más pena que gloria a nivel de audiencias había conseguido un masivo culto y éxito posterior como el de ésta producción. El universo de Star Trek fue creado por Gene Roddenberry, un tipo que venia de luchar en la Segunda Guerra Mundial y había trabajado como policía. De su mente surgió una historia en la cual el mundo aún conservaba la esperanza de paz, el optimismo, al contrario de lo que sucedía en el que nos toca vivir. Los tripulantes del Enterprise, una sofisticada nave espacial, se dedicaban a viajar por el espacio encontrando nuevos planetas y viviendo aventuras y enredos personales. Aunque la serie no triunfó en números de share, la cantidad de fanáticos fue tan grande que, pese a la cancelación, la historia de Star Trek no había hecho más que comenzar. No solo se emitieron siete series más a lo largo de la historia (incluida una de animación), sino que se convirtió en una exitosa franquicia cinematográfica. Y de esto hace más de cuarenta años.

El aquí firmante nunca ha sentido ningún entusiasmo por esas series, ni esas películas. Siempre me ha dado pereza adentrarme en todo esto. Lo poco que he visto, me ha parecido un somnífero. Pero coño, algo tendrá cuando se ha tirado en antena, salvando obstáculos, desde los sesenta, y casi todas sus películas han sido grandes éxitos comerciales (sobretodo en Estados Unidos). Eso mismo debió pensar J.J. Abrams cuando le ofrecieron dirigir la película que nos ocupa. Abrams ha confesado en numerosas entrevistas que nunca ha sido fan de la saga. Aunque con tales comentarios parezca extraño que le den 150 millones de dólares para hacer la película, todo cobra sentido una vez vista. Es una elección acertada porque, a parte de ser un director y productor de probada eficacia comercial y artística, el creador de Perdidos (Lost, 2004-¿?) y director de Misión: Imposible 3 (Mission: Impossible III, 2006) esta capacitado para devolver la franquicia al publico general, tanto joven como adulto, y no solo a los llamados trekkies. Para quien no lo sepa, los trekkies son los (muy) fanáticos del universo Star Trek. Tienen hobbies como aprender el idioma de sus personajes, saludarse con la mano abierta y dedos separados (ver la película para entenderlo) y ser vírgenes (¡!). Tranquilos, para disfrutar de éste reboot no hace falta estudiar otras lenguas ni practicar el onanismo eterno.

Abrams se encuentra más cómodo emulando a George Lucas y a Steven Spielberg que siguiendo el camino iniciado por Roddenberry. Por ello, no hay tanta (supuesta) profundidad. Encontramos una película de aventuras bien realizada, a ratos espectacular, a ratos épica. Los efectos especiales son excelentes, así como la banda sonora, y hay varias set pieces que dejan en ridículo lo visto anteriormente en la franquicia. Sin embargo, Star Trek no es tan buena como muchos la pintan. El entusiasmo que ha despertado, tanto en crítica como en público, es desmesurado. Otro de esos casos de mucho ruido y algunas nueces, que se dan debido a la poco afortunada media de calidad del blockbuster actual. La realidad es que, después de un vertiginoso comienzo, y previo a un clímax final de altura, contémplanos un nudo menos interesante de lo pretendido. Hay situaciones un tanto forzadas (más agujeros negros en el guión que en el espacio exterior) y algún que otro personaje alienígena que pretende hacer competencia, en ñoño, al terrible Jar Jar Binks.

Lo mejor: Los primeros cuarenta y cinco minutos son magníficos. Algunos actores defienden bastante bien su mítico personaje, como Zachary Quinto en el rol de Spock, pero sobretodo Eric Bana como el maléfico romulano Nero. Abrams dirige con soltura y sentido del espectaculo las escenas de acción, y la banda sonora, sin ser fiel al original, cumple en todo momento.

Lo peor: Aquello de mucho ruido y solo varias nueces. Parecía un acontecimiento, ya fueras trekkie o iniciado, pero es tan fácil de ver como de olvidar.

Valoración (0 a 10): 6,5

Trailer

jueves, 21 de mayo de 2009

Tetralogía zombie: 1968 - 2005

El subgénero de los muertos vivientes ha dado mucho de sí desde que George A. Romero lo instaurara con La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 1968). Pero de entre cientos de propuestas, solo unas pocas son la privilegiadas de poder estar en la memoria de todo fan de este cine. Se ha hecho mucha morralla, pero entre el tumulto también hay sorpresas, cosas interesantes, y finalmente aquellas que nos han hecho amar el cine de zombis. La trilogía zombi de Romero, iniciada por la citada La noche de los muertos vivientes, seguida de Zombie (Dawn of the Dead, 1978) y El día de los muertos (Day of the Dead, 1985) supone no solo uno de los mejores ejemplos dentro del subgénero, sino también el modelo que creó escuela y que resulta de visionado imprescindible para todo aquel que se quiera iniciar en este particular mundillo cinéfago. Pero antes de que Romero dictara su manual en celuloide, los muertos vivientes ya habían hecho acto de presencia en la gran pantalla en varias ocasiones, aunque nunca de la forma en que los mostró él. De este modo, White Zombie (ídem, 1932) o Yo anduve con un zombie (I Walked with a Zombie, 1943) dieron previamente el pistoletazo de salida, anticipando lo que estaba por venir. La principal diferencia es que los muertos vivientes de Romero incurrían en el canibalismo, que era mostrado de forma explicita provocando un impacto total en las salas de cine de la época. Se puede decir, por tanto, que lo que Romero inauguró fue el subgénero del zombi caníbal, que es el que nos persigue en práctica totalidad hasta el día de hoy.

La noche de los muertos vivientes nació como una película independiente, con un presupuesto ínfimo de ciento catorce mil dólares. Rodada en blanco y negro para abaratar costes (aunque precisamente tal formato le dio gran parte de la entidad que persiste actualmente en la obra), La noche de los muertos vivientes asaltó las taquillas mundiales sin piedad, recaudando alrededor de cuarenta millones de dólares, por lo que se puede considerar una de las películas de terror más rentables de la historia. Romero nos ponía en situación desde el primer minuto. A plena luz el día, dos personajes en un cementerio y una figura extraña andando alrededor de ellos. Sus pasos son torpes, y aunque lento, cada vez se encuentra más cerca. Esta secuencia vale por si misma para entender el porqué Romero siempre ha preferido que sus zombis caminen despacio, en lugar de darse las carreras de los nuevos no muertos (o, como se dice ahora, infectados). Un zombi con capacidad de correr a gran velocidad no serviría para crear tanta tensión en dichos minutos, y el lento avance posterior cuando los protagonistas se encuentran encerrados en la casa contrasta con el impacto de su llegada y entrada por los huecos más débiles. Es por ello que más que acción, lo que hay en La noche de los muertos vivientes es suspense, angustia y desasosiego. Todo redondeado con un final antológico. No se sabe si consciente o inconscientemente (el propio Romero afirmó que no tenia ninguna intención en la película de mostrar critica social, aunque vete a saber), pero La noche de los muertos vivientes levantó un debate sobre su supuesto mensaje antirracista. Sea como sea, lo que esta claro es que, sino fue en este momento, el director si tenía planes sociales, y mucho más obvios, para las dos siguientes entregas.
Diez años después, en color y con todo lujo de detalles gore, Romero se puso manos a la obra con la que se convertiría en la favorita de muchos de los fans. Hablo, por supuesto, de Zombie, también conocida en castellano como El crepúsculo de los muertos vivientes. Otro cineasta del género de terror en pleno apogeo, Dario Argento, se sumó al proyecto. Éste último en la labores de producción, además de hacer una llamada a su grupo de rock favorito, Goblin, para que pusieran su música en la banda sonora. Con bastante más presupuesto (se dice que alrededor del millón y medio de dólares), y con un sitio privilegiado en el cine de terror para muchos adeptos, Romero decidió cambiar las tornas. Esto es, si en La noche de los muertos vivientes primaba el suspense por encina de la acción, para Zombie lo tuvo claro desde el principio: acción frenética y gore a mansalva. Pero no se olvidó de aportar la atmósfera lúgubre y malsana de la anterior. Tan solo la mueve de sitio y lo multiplica por dos, o tres o varias veces más. Pasamos de un viejo caserón perdido en el bosque a un gran centro comercial como escenario del asedio zombi. Pasamos de un grupo reducido de muertos vivientes a centenares de ellos. Aquí, el peligro ya radica unicamente en salvarse de unos cuantos caníbales resucitados, sino en salvarse del propio planeta en el que vivimos, en el que, a esas alturas, la epidemia no cesa. Misión prácticamente imposible. Zombie tuvo dos montajes diferentes, el primero (de Romero) que se estrenó de forma comercial en Estados Unidos, y el de Argento, con algunos minutos menos y varias escenas alteradas, así como algunos compases de la banda sonora, para su estreno fuera de allí (el que se pudo ver en España, vaya). Vistos los dos, la verdad es que el primero resulta más satisfactorio en conjunto, y también más coherente. Ambos montajes se pueden encontrar por la red. Y también se encuentran editados en dvd.

Y aquí llega la discrepancia de muchos. El día de los muertos inesperadamente se convirtió en la película más polémica de la trilogía, al menos en el sector fan. El tiempo la ha ido poniendo en el buen lugar que merece, pero en su momento parte de la audiencia la vio como una decepción después de sus dos clásicos precedentes, aunque la otra mitad la aplaudió como la película más personal y redonda de las tres. Yo soy de los segundos. Y eso que cuando vi por primera vez, digamos que hace una década, mi impresión sobre ella fue nefasta. Pero las cosas cambian, y madurando año tras año en el subgénero y en el cine en géneral, uno se da cuenta de las muchas virtudes de esta obra maestra, sin duda la mejor de la ya de por si excelente trilogía. Esta vez, la humanidad se encuentra sumida en el caos. Un grupo de supervivientes se esconde en un bunker militar situado bajo tierra, en el que varios miembros del ejército han tomado el control. Un mad doctor investiga con uno de los zombis capturados, para comprobar hasta donde son capaces de llegar éstos e intentar buscar un remedio. Tarea inútil. Si en Zombie la acidez intrínseca en la historia cargaba contra el consumismo (los zombis se dirigen en masa al gran centro comercial, lugar que les trae recuerdos de gran parte de su existencia) en esta ocasión lo hace contra el belicismo descabellado y el triste destino de los humanos, capaces de discutir, pelearnos e incluso matarnos entre nosotros en una situación en la que deberíamos encontarnos más unidos que nunca. Para El día de los muertos, que contó con el mayor presupuesto de la trilogía, se crearon los efectos gore más brutales, realistas y explícitos vistos hasta el momento en la gran pantalla (motivo de censura para el clímax final, aunque es fácil encontrar por la red la versión sin cortes). Al final disfrutamos de veinte minutos absolutamente geniales, en los que el genio de los trucajes sanguinolentos, Tom Savini saca a relucir todo su arsenal.

Hasta hace cuatro años, todo lo anterior era conocido como la trilogía zombie por antonomasia, y más en concreto como la trilogía zombie de Romero. Pero (aunque algunos decepcionados por el resultado aún no lo quieran asumir) pasó a ser una tetralogía con La tierra de los muertos vivientes (Land of the Dead, 2005). Romero, ya entrado en años, por seguir rentabilizando lo que mejor se le ha dado hasta la fecha vio un buen momento para continuar su mítica serie. Desde que se estrenara 28 días después (28 days later, 2002) el subgénero parecía haber resucitado para gran pantalla, tanto en la taquilla como en lo artístico. Claro que, lo que la moda imponía eran zombis rápidos, montajes cercanos a la epilepsia y acción. De todo esto, Romero solo se quedo con lo último. De hecho, se puede decir que si en El dia de los muertos regresó al tempo más pausado de La noche de los muertos vivientes, aquí lo hace con el estilo action movie de Zombie. Pero los tiempos han cambiado, y la acción ya no se centra en el presente, sino en el futuro. Una sociedad en pobreza que convive con los zombis, utilizándolos de atracciones de feria para disfrute de sus bajos instintos. Todo ello gobernado por un corrupto personaje al que Romero parece otorgar rasgos del mismismo George W. Bush. Hay zombis, hay escenas gore, y hay acción. La tierra de los muertos vivientes es entretenida, pero nada más. Se encuentra lejos de los logros de las tres anteriores, y es la confirmación definitiva de que los mejores tiempos de Romero ya pasaron.

No obstante, el cine de zombis para Romero, aunque apartado de la saga, sigue siendo fuente de ideas. Hace poco pudimos ver la irregular El diario de los muertos (Diary of the Dead, 2008), que, se supone, llegará a los cines españoles después de numerosos retrasos. Y ahora mismo se encuentra enfrascado en el rodaje de una propuesta, aún sin titulo, cuya acción se situará en una remota isla en la que, efectivamente, los zombis tendrán mucho que ver en el devenir de los acontecimientos.
Para terminar, citar los remakes surgidos a raíz de la saga. Especial curiosidad supone La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 1990), dirigida, cambiando el blanco y negro por el color y añadiendo mejores efectos gore, nada menos que por Tom Savini. Pero sobretodo Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, 2004), remake por el que, a priori, nadie daba un duro, pero que terminó sorprendiendo a medio mundo y convirtiéndose en una de las mejores películas de zombis de la historia. Eso si, huir tan lejos como podais de Day of the Dead (2008). Aún nos quedaría un experimento curioso como Night of the Living Dead 3d (ídem, 2006), pero quien sabe en que estanterías mugrientas se podrá encontrar.

Llamada perdida (One Missed Call, 2008)


Una chica recibe una llamada perdida a su teléfono móvil Al contestar, se escucha a ella misma en el momento de su muerte varios días después. Efectivamente, tal llamada no era una broma, sino un mensaje que anuncia su destino. La misteriosa melodía se ira apoderando de cada uno de los móviles de sus amigos.

Terrible. De todos modos, Llamada perdida era carne de cañón desde el anuncio de su rodaje. Los remakes del último terror oriental ya agotaron la formula hace años. Y si además coges como modelo una floja imitación de otras tantas, como fue Llamada perdida (Chakushin ari, 2003), es fácil caer en picado. Así ha sido. A penas recuerdo dos escenas de la original, que casualmente se repiten, más o menos, en el remake. Lo cierto es que Llamada perdida no se quedo en mi memoria más allá de la cena después del cine. Es por ello que hacer comparaciones entre ambas es tarea harto complicada. Por tanto, pasemos a hablar de la que nos concierne. Esta Llamada perdida, ya de partida resulta una gilipollez. Se trata de un fantasma modernete que caza a sus victimas a través de los móviles, mirando en su lista de contactos y metiéndoles un caramelo en la boca. Todo esto quedaría bien en una parodia, o una comedia de terror, pero se lo toman en serio. El problema no es que sea inverosímil. El género de terror nos ha ofrecido desde los inicios películas con historias increíbles, y no por ello hemos dejado de adentrarnos en ellas, pasar miedo e interesarnos por la siguiente escena.

Lo que ocurre con Llamada perdida es que está mal hecha. A partir de ahí, es muy difícil tragarse algo. Los intérpretes no se creen el guión, ni hacen por creérselo. La dirección es plana. Y lo peor de todo es que el guionista pretende dar sentido a la historia, utilizando de los típicos giros arguméntales. Luego cometen el error usual de meter a porrillo efectos especiales digitales que no vienen a cuento. ¿No serían las apariciones fantasmales más creíbles con un buen, y más barato, trabajo de maquillaje y proteicos varios?
Al menos, estos remakes ya parecen tener los días contados. Pero aún nos queda comprobar que han hecho en Presencias extrañas (The Univited, 2009) con la genial Dos hermanas (Janghwa, Hongryeron, 2003).

Lo mejor: Su duración no llega ni a los ochenta minutos.

Lo peor: Qué parezca una película diseñada con la idea de vender los dichosos politonos del conocido tono del móvil maldito, y no para inquietar un poco al espectador.

Valoración (0 a 10): 2,5

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martes, 19 de mayo de 2009

Funny Games (2008)


Una familia recibe la visita de dos jóvenes de la vecindad. Aunque en principio parezcan inofensivos, su intención no es otra que jugar a un macabro juego. Se trata de una apuesta ¿llegareis vivos a mañana?

Michael Haneke es uno de esos directores que, toque el género que toque, sabes que no ofrecerá algo convencional. Hace un tipo de películas de esas que se aman o se odian. Todo consiste en conectar desde el principio con lo que propone, o directamente desconectar. Cuando dirigió Juegos divertidos (Funny Games, 1997), hizo desconectar a muchos espectadores, pero también ganó numerosos incondicionales. Y es que aquella película, aparentemente una más de terror y torturas, lograba transmitir mediante una crueldad sugestiva (la violencia casi siempre es intuida, no mostrada), así como macabros e inteligentes guiños al espectador, una realidad cotidiana. Una realidad camuflada en celuloide, en arte u ocio. Sin embargo, antes, durante y después del visionado de la película, es algo que ocurre a diario a lo largo y ancho del planeta. La violencia gratuita, la violencia y el crimen por puro aburrimiento. Nosotros elegimos durante las dos horas que dura Funny Games si somos cómplices de dicha locura. Lo curioso es que, aunque cualquiera pueda detestar los actos de los asesinos que juegan con la familia, vemos una y otra vez películas que manejan cartas similares. Sean más o menos realistas que ésta. Se supone, por tanto, y lo afirma el propio director, que Funny Games utiliza la cruel situación que acontece para comprobar hasta que punto es falso el ser humano. ¿No es cierto que, como sucedía en la introducción de Tesis (1997), la mayoría de la gente se para, por puro morbo, para intentar ver al muerto de un accidente?

Ahora bien, el Funny Games que nos ocupa es difícil de evaluar. Haneke viaja a Hollywood para hacer un remake, plano por plano, de su propia película. Lo único que cambia son los intérpretes. Sin menospreciar las magnificas actuaciones de los anteriores protagonistas, hay que admitir que Naomi Watts (también productora ejecutiva), Tim Roth, Michael Pitt y Brady Corbet están inmensos. Tanto, que consiguen crear interés y angustiar del mismo modo que lo hacia la original, con la diferencia de que, los que la vimos, sabemos lo que va a suceder. Y hasta aquí los cambios. El resto, incluso la agresiva canción que abre y cierra los créditos, es lo mismo. Si estoy a favor de éste remake es por lo siguiente. Todos sabemos que tal como están las cosas terminarían haciéndolo, ya sea con Haneke o con cualquier otro. Él acepó el proyecto, por interés económico u otros motivos. Pero, al fin y al cabo, si la idea del remake es hacer llegar al publico americano (que no lee subtítulos) dicha obra, mejor que se la den calcada al original a que hagan un estropicio descafeinado y accesible a los adolescentes. De este modo, la obra queda intacta. Aún así, ya que Haneke está al mando, hubiera preferido que intentase mejorar ciertos aspectos (la media hora, excesivamente lenta, previa al clímax final), o que hubiese añadido algún que otro elemento novedoso que no afectase a lo ya conocido.

Lo mejor: Todos y cada uno de los protagonistas.

Lo peor: Según como se mire, que es lo mismo, plano por plano, de lo que ya conocemos.

Valoración (0 a 10): 8

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My Name is Bruce (2007)


El actor Bruce Campbell se encuentra en una mala situación. No le salen buenos papeles, su mujer le ha dejado, y se ha convertido en un malhumorado borracho que vive en una caravana. Un joven, fanático de sus películas, le llevará hasta su pueblo para que les libre de una terrible amenaza sobrenatural, creyendo que realmente es un héroe y podrá vencer a un malvado espíritu. Al principio, Bruce piensa que se trata de una broma, un regalo de cumpleaños por parte de su manager. Más tarde comprobará que su valentía en las películas le hará más falta que nunca en la realidad.

Bruce Campbell es un icono del género de terror y la serie b. Gran parte de este privilegio se lo debe a una genial trilogía: Posesión infernal (Evil Dead, 1979), Terroríficamente muertos (Evil Dead II, 1987) y El ejercito de las tinieblas (Army of Darkness, 1992). Dirigidas por su buen amigo Sam Raimi, le auparon a la cima, posters, y muñequitos de muchos fans. A parte de esto, su carrera está plagada de títulos menores, algunos entretenidos, otros no tanto. Hace unos años resucitó, convenciones de cine de terror a parte, gracias a (la sobrevalorada) Bubba Ho-Tep (2002). Pero no ha vuelto a protagonizar nada destacable. Con dicha situación juega My name is Bruce. Entre lo biográfico y lo puramente ficticio, siempre en referencia al propio Bruce Campbell, actor, persona e icono.

Cuando se dieron a conocer las primeras noticias sobre My Name is Bruce, todo parecía señalar que veríamos algo grande y realmente divertido. Lo cierto es que, aunque sirve para pasar el rato y tiene varios momentos graciosos, e incluso ingeniosos, My Name is Bruce se queda en intento fallido. La historia da para mucho más. Puede que ese sea el principal problema: las expectativas que genera su premisa, así como el interés de ver por fin a Bruce Campbell en un producto a la altura de las circunstancias. Sin embargo, lo que él mismo ha construido (protagoniza, dirige, produce y escribe) es más un pasatiempo inofensivo entre colegas. Una comedia de terror del montón, dirigida a un público que se presupone cómplice, y por tanto, fácil de complacer.

Lo mejor: El carisma siempre presente de Bruce Campbell, así como algunas situaciones y diálogos ingeniosos.

Lo peor: A la película le falta un hervor. Los ataques del espíritu asesino al principio molan, pero más tarde se hacen repetitivos. Algunas gracias son demasiado fáciles y previsibles.

Valoración (0 a 10): 5,5

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Ángeles y demonios consigue buenas cifras, aunque lejos de Da Vinci, y Star Trek se confirma como un fenómeno de masas, al menos en Estados Unidos


Las cifras, más modestas de lo que esperado (o al menos de lo que esperaban algunos) del estreno de Ángeles y demonios (Angel & Demons, 2009), lo han sido por varios motivos. Y estos motivos, pese a que sus responsables pretendían olvidarlos, siempre han estado presentes. Por un lado, El código Da Vici (The Da Vinci Code, 2006), aunque recaudase la friolera de 758 millones de dólares alrededor del mundo, no despertó demasiado entusiasmo en gran parte del publico que pago la entrada. Coño, hasta yo fui a verla, interesándome un comino la novela que adaptaba. La publicidad, tanto la pagada como sobretodo la gratuita, ésta última originada por los idiotas de siempre, los de la Iglesia, convocó a las puertas de los cines a toda una legión de espectadores. Tanto los que habían leído la novela homónima de Dan Brown como aquellos que ni sabían leer. En todo caso, lo de Ángeles y demonios es otra historia. Nace como Blockbuster. De acuerdo, lo es. De nuevo protagoniza Tom Hanks, de nuevo está Dan Brown en los créditos con su novela de mismo titulo. Pero esta vez no ha habido polémica con la Iglesia (parece que han aprendido, aunque no del todo), ni es tan desorbitadamente popular el libro adaptado. Y aunque dicen que Ron Howard ha hilado mejor las piezas y la película es al menos digerible, era mucho pedir que se igualaran los ingresos de El código Da Vinci.

En Estados Unidos, Ángeles y demonios ha recaudado, en sus tres primeros días, unos nada despreciables 48 millones de dólares. Son 29 millones menos de los que acumuló El código Da Vinci en el mismo tiempo, y en fechas similares. Por ello, es fácil pensar que terminará recaudando alrededor de 150 millones, siempre que la competencia de las próximas semanas no la cause excesivo daño. En el mejor de los casos, se quedaría a unos 70 millones de diferencia, contando con un presupuesto de 150 millones, frente a los 125 de Da Vinci. Ahora bien, donde los productores tienen su gallina de los huevos de oro es fuera de su país. Y es que en el resto del mundo, la anterior película recaudó un 71,3% del total, lo que viene a ser unos espectaculares 540 millones de dólares. Por ahora, podemos avanzar que en España se ha estrenado con fuerza, aunque sin batir ningún record, amasando algo más de 5 millones de euros.

A quien le salen las cosas realmente redondas, al menos en Estados Unidos, es a J.J. Abrams y su Star Trek. Tras el magnifico estreno, en el que alcanzó en cuatro días cerca de 80 millones de dólares, cualquiera podría pensar que el descenso seria abultado en el siguiente fin de semana. Nada más lejos de la realidad. Las buenas críticas, tanto de la prensa como de los espectadores, han conseguido que Star Trek descienda un 43%, acumulando hasta la fecha 147 millones. De seguir este camino, su recorrido final podría rondar, e incluso superar, los 200 millones. Un hito en la saga trekkie. Aún es pronto para afirmar que sucede en el resto del mundo con la propuesta, aunque, como es habitual en la serie, los resultados serán correctos aunque menos espectaculares.

domingo, 17 de mayo de 2009

Martyrs (2008)


Una niña es cruelmente torturada. Quince años después, ayudada por su intima amiga, acude a la casa de una familia, aparentemente normal e inofensiva, que cree culpable. Acaba con todos sin piedad. Aunque parezca que todo ha terminado, el lugar, y su propia mente, guardan algunos secretos que sacaran a relucir un martirio que nunca hubieran imaginado.

Aún recuerdo cuando hicieron saltar la polémica por la excesiva violencia de Hostel (2005). Cuando se estrenó, pudimos comprobar que, ni de lejos, había para tanto. Algunas torturas y desmembramientos que cualquier adolescente puede asumir con facilidad hoy en día. Poca cosa, vaya. En ocasiones, este marketing no es más que eso, puro truco comercial destinado a polemizar para hacer taquilla. Sucedió algo parecido con La pasión de Cristo (The Passion of Christ, 2004). Carteles en las taquillas de los cines avisaban sobre el alto nivel de violencia en pantalla. En éste caso hay que admitir que tales advertencias eran más coherentes, sobretodo para la gente muy religiosa. Igualmente era un truco comercial. Con la llegada de Martyrs al festival de Sitges del pasado año, las multitudes se amontonaban en las puertas del cine para comprobar si era cierto todo lo que se decía sobre ella. Desmayos, mareos, vómitos, infartos y ambulancias situadas a las puertas de la sala. Todo eso estuvo de la mano de Martyrs durante su estancia en el certamen, rodeándola de un aura de película maldita. Algo que obtuvo su dimensión definitiva cuando se supo del suicidio de Benoit Lestang, responsable de los soberbios efectos de maquillaje y gore de la película.

Antes de meternos de lleno en la reseña, me gustaría hacer una aclaración. Los que ya nos hemos habituado a ver todo tipo de películas violentas, estamos, por así decirlo, curados de espanto en estos temas. Es por ello que después de conocer toda la polémica suscitada por Martyrs, más de uno se ha sentido decepcionado. No es que Martyrs no sea todo lo que han dicho de ella. Lo es. Y no dudo que haya determinadas personas que puedan marearse, angustiarse o incluso desmayarse viéndola. El problema es que ya no se trata de una película que se conoce siendo virgen. Conoces mucho de ella antes de verla, estas preparado. Gracias a la polémica habrá mucha más gente que sienta iteres hacia ella, aunque, jugando con un arma de doble filo, también conseguirá que no impacte del mismo modo una vez vista. Aún así, que a nadie le quepa duda que se trata de algo realmente malsano e impactante. Son noventa minutos que soportaremos los que, como dije, estamos curados de espanto, pero, y aviso, serán demasiado desagradables y ofensivos para otros, según su sensibilidad.

Martyrs está dirigida por un Pascal Laugier en estado de gracia. Afortunadamente, no consigo ver en ella al mismo director que se dio a conocer con la terrible El internado (Saint Ange, 2003). El guión, escrito por el propio Laugier, está estructurado de una forma original y adictiva. Siempre interesante, narra en la primera mitad la historia de venganza, incrustando flash backs de las torturas que le hicieron sufrir de pequeña a una de las protagonistas. Y a esto se le adhiere una subtrama supuestamente sobrenatural, que ira despejando su significado a medida que avance la acción. Estos, digamos cuarenta y cinco minutos, ya de por sí guardan momentos escalofriantes (la fría visión del asesinato de la familia, los macabros ataques de una monstruosa mujer aparentemente imaginaria). Avanzamos después a un segundo acto a partir de un giro de la historia, que tiene, probablemente, la escena más brutal en cuanto a gore de la película. No diré más. La cosa es que, cuando parece que lo visto en esa hora ya ha sido bastante, sabemos que aún queda la muy publicitada media hora final de tortura. Son treinta minutos rodados a base de fundidos en negro, prácticamente sin diálogos. Más duros por la violencia psicológica que por la grafica. Y es aquí donde descubriremos el verdadero porqué de Martyrs. Un mensaje que puede resultar confuso en cuanto a las intenciones de Laugier, pero que al fin y al cabo, logra estremecer.

Lo mejor: La interpretación de las dos protagonistas, así como la potencia de las imágenes y la inteligente estructura del guión. Se trata de una de esas pocas películas que dejan huella en el espectador, además varias imágenes grabadas en la retina por mucho tiempo.

Lo peor: Que tanta polémica y presencia en los medios provoque en muchos espectadores unas expectativas altísimas, que pueden no verse alcanzadas pese a la genialidad y contundencia de Martyrs a todos los niveles.

Valoración (0 a 10):
9

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La casa de los horrores (Funhouse, 1981)


Dos parejas de jóvenes acuden a pasarlo en grande a una feria ambulante. Una vez allí, deciden quedarse a pasar la noche dentro de una de las atracciones. Para su sorpresa, serán testigos de un crimen perpetrado por uno de los feriantes.

Al prometedor Tobe Hooper se le acabaron las pilas alcalinas antes de lo esperado. Cuando sorprendió a propios y extraños con la obra maestra La matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, 1974), todo apuntaba que estábamos ante uno de los más talentosos realizadores del cine de terror. Su confirmación llegó con Poltergeist: fenómenos extraños (Poltergeist, 1982), otra obra maestra del género y su mayor éxito comercial. Sin embargo, le traería más problemas que alegrías. Es muy popular aquello de que Spielberg, productor, tuvo más que ver con la dirección de la película que el propio Hooper, del cual se rumorea que no tenía el talento suficiente para llevarla a cabo. Sea cierto o no, lo que esta claro es que Hooper se quedó para siempre con la etiqueta de bluff. Y a ello se sumó la pobre recepción de la mayoría de sus siguientes trabajos. Con el éxito de La matanza de Texas y Poltergeist, consiguió un contrato con la entonces imparable productora Cannon. Debía dirigir tres películas para ellos. Éstas fueron Fuerza vital (Lifeforce, 1985), La matanza de Texas 2 (The Texas Chainsaw Massacre 2, 1986) e Invasores de Marte (Invaders from Mars, 1986). El caso es que éstas tres películas, aunque inferiores a lo que cabía esperar de él, están hoy día entre lo más interesante de su filmografía. No fue impedimento para que la taquilla no respondiese, llevando a Hooper a una existencia más televisiva que cinematográfica.

Antes de su contrato con Cannon, y entre medias de sus dos grandes éxitos, Hooper dirigió La casa de los horrores. Se trata de un bienintencionado, pero fallido, intento de regresar a la formula de La matanza de Texas. El problema es que el resultado se encuentra más cercano a la filmografía menor de su director. La casa de los horrores arranca con unos créditos magníficos, acompañados de las imágenes de unos inquietantes muñecos de feria. Luego, cuando los protagonistas dan un paseo por la feria contemplando su lado oscuro (atracciones de terror, muestrario de freaks) la historia promete. Pero, allá por la mitad, cuando quedan encerrados en una atracción y son testigos del crimen, todo empieza a ser aburrido, reiterativo y rodado con una violencia de mentirijilla por quien fuera responsable de una de las películas más impactantes de la época. Tenemos a un padre maniaco y a su hijo con rostro deforme, éste ultimo en clara alusión al mucho más carismático y terrorífico Leatherface. Tenemos, en definitiva, un slasher con muertes escasas y poco trabajadas.

Lo mejor: Los créditos, y la primera mitad hasta que los protagonistas se topan con los asesinos.

Lo peor: Por momentos resulta aburrida, y para ser un slasher del mismo director de La matanza de Texas, todo sabe demasiado soft y descafeinado. Además, algunos de los intérpretes son realmente repelentes.

Valoración (0 a 10): 4

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viernes, 15 de mayo de 2009

Muchos, muchos remakes: La lista (casi) completa

Posesión infernal: Se dice que el propio Sam Raimi podría dirigirla, y que no está del todo descartado que Bruce Campbell la protagonice. Me da que se va a quedar en tristes rumores. Al final, Raimi optará por el típico crédito de productor ejecutivo, y Campbell hará un cameo. Como el remake ya está confirmado, recemos para que, con suerte, suceda lo primero.

La cosa: Halloween ya fue remakeada, por lo que ahora le tocaba a la segunda más popular (y una de las mejores) de Carpenter. Según dicen, no será un remake, sino una precuela.

Robocop: Otro de esos remakes del todo innecesarios, si no fuese por la interesante elección de director. En este caso, el siempre genial Darren Aronofsky pondrá su punto de vista a la historia del mítico policía metálico. Muchos millones de presupuesto, y la promesa de Aronofsky de que todo será innovador y nos dejará satisfechos. Veremos.

20.000 leguas de viaje submarino: Aún a la espera de su Terminator Salvation (que todo hay que decirlo, tiene una pinta estupenda), el, a priori dudoso director McG, será encargado de llevar a cabo éste remake. Bueno, al menos se trata de una película estrenada hace más de veinte años. Algo es algo. ¿Habrá cameo de Kirk Douglas con su arpón?

La historia interminable: Ya de paso metamos a Harry Potter para luchar con Atreyu, y que al final el monstruo de piedra les aplaste a los dos y tenga su propio spin-off. No fue de las favoritas de mi infancia, pero me la tragaba todas las navidades.

Hellraiser: Con la de secuelas que ha tenido esta película, no se que a que carajo se refieren con lo de reformulación en lugar de remake. Viniendo de otro director pensaría en más clavos en la cara de Pinhead, pero demos gracias que Pascal Laugier esté metido en el asunto y quizás pueda sorprendernos.

Piraña: En manos equivocadas podría tratarse del remake más absurdo en años. Pero, pensándolo bien, con Alexander Aja en la dirección y la novedad de poder verla en 3d, la cosa pinta mejor. De todos modos, superar al mediocre original tampoco es trabajo de titanes.

Plan 9 del espacio exterior: Que si coño, no os riáis. La película más popular del llamado “peor director de la historia del cine”, Ed Wood, también tiene cabida en el club del remake. ¿Quieren mejorarla? ¿Es irónico?

Depredador: Con Robert Rodríguez detrás de las cámaras, y en lugar de uno varios depredadores acechando en la jungla. Estaría bueno que Tarantino se pusiese a disparar a los míticos alienígenas, y que Schwarzenegger envíe, durante el clímax final, varias bombas desde California para terminar con la amenaza.

Muñeco diabólico: Don Mancini, guionista de la saga y director de la última entrega, tiene fijación con este muñeco. Por ese motivo, y porque olvido tomar las pastillas que le receto el medico, se pondrá tras las cámaras de dicho remake. Es de suponer que Chucky volverá a sus comienzos más terroríficos, apartándose de la imagen de parodia con la que hoy se le conoce.

The Crazies: Ya no solo remakean las pelis buenas de míticos directores del género, sino también las normalitas, y a veces las malas. Todo sea por adaptarlas a los nuevos tiempos, por si cuela. Su estreno se ha retrasado hasta el año que viene. ¿Mal augurio?

Déjame entrar: Intento de batir el record de Quarantine, remake de Rec. Y con esto me refiero a batir el tiempo de espera de Estados Unidos para llevar a cabo la nueva versión de una película extranjera. Con Rec a penas tardaron un año. ¿Lo conseguirán?


Los pájaros: Ya no está a salvo ni Hitchcock. Dentro de poco veremos otro calco de Psicosis, pero esta vez en 3d (espero que los productores no lean esto). Los pájaros volverán a ponerse agresivos, ahora dirigidos por Martin Campbell e intentando agujerear a Naomi Watts y George Clooney.

Moby Dick: Pues mira por donde, este remake, a priori y contra todo pronostico, puede ser interesante. Lo dirigirá Timur Beckmambetov. Si añade su particular estilo a las escenas de acción y aventura, puede quedar de lo más curioso. Y claro, la ballena gigante, con unos cuantos millones de presupuesto, lucirá espectacular.

Están vivos: Más Carpenter remakeado. En este caso, otra de sus más destacadas y originales propuestas. ¿Repetirán la mítica pelea, sin sentido alguno, de quince minutos? ¿Será igual de políticamente incorrecta?

Karate Kid: Digo yo, que con tantas películas del estilo que se han hecho desde entonces, podrían haberla titulado de cualquier modo. Pero así llama más la atención. Lo más gracioso es el reparto: el hijo de Will Smith de chaval karateka, y su maestro, en lugar del legendario Pat Morita… ¡Jackie Chan!

El ataque de los tomates asesinos: Fuera de coña. Ya no se encuentra a salvo ni la cosa en cuestión. Pero ¿será en plan superproducción? ¿Tomates digitales atacando a los humanos? Posiblemente, se trata del remake más misterioso en mucho tiempo. Ya saldremos de dudas.


Critters: No está confirmado, aunque se han oído varias voces contundentes al respecto. Si se hace, imagino que ahora los bichejos comerán hamburguesas con la correspondiente publicidad de McDonalds o Burger King. Y a parte de alfileres venenosos, lanzaran fuego por el culo.


Videodrome: Una de esas películas difícilmente remakeables. Sin embargo, cada vez parece más confirmada la noticia. Como esto de los remakes es un negocio, y hay que sacar dinero, dudo que la nueva versión sea tan compleja y desquiciada como el genial original. ¿Un Videodrome teen con calificación PG13? Quien sabe.

Re-Animator: (…) bueno, al menos se podrá ver en 3d, si no ¿qué gracia tendría el asunto? ¿No seria mejor que hicieran un mix del Mad Doctor en cuestión contra, yo que sé, Espinete? Esperemos a ver las primeras imágenes.

Alien: ¡Nooo! En un principio se quiso hacer una quinta entrega, pero Sigourney Weaver, al ver como dejaron en ridículo la saga con los dos spin-off de Alien contra Depredador, no aceptó ni por todo el oro del mundo. Pero la idea de volver a la saga, aunque sea en forma de remake, no ha sido aún desechada. Aunque de momento solo es un rumor, se ha especulado con la idea de “actualizarla”.

Al final de la escalera: Con la cantidad de películas similares que han salido después, hacer un remake es algo absurdo. Pero como nadie en Hollywood me ha pedido la opinión, pues siguen a lo suyo. Esperemos que no metan fantasmas con larga melena y andares epilépticos.

Tron: Se están haciendo la picha un lío. ¿Remake? ¿Secuela? Lo que está confirmado es que Jeff Brdiges volverá a ser el protagonista, rejuvenecido por medio de técnicas digitales para “dar el pego”. Miedo da que sea un nuevo Speed Racer.


Furia de titanes: Louis Letterrier pondrá efectos especiales de nueva era a la historia que ya conocemos. Hay esperanza, pues Lawrence Kasdan se encarga del guión, mientras que Liam Neesson y Ralph Fiennes han sido confirmados como Zeus y Hades, respectivamente.

Pesadilla en Elm Street: Al final no será Billy Bob Thorton quien haga del nuevo Freddy, sino Jackie Earle Haley, al que hace poco vimos en Watchmen. Se dice que no será un remake sino una reformulación, y prometen que las escenas oníricas sorprenderán. Yo habría preferido aquel Freddy vs Jason vs Ash. ¿Veremos un cameo de Jhonny Deep disfrazado de Jack Sparrow?

It: El tocho de Stephen King que conoció una irregular adaptación televisiva, por fin pasará a la gran pantalla. Si en dicha adaptación hicieron falta tres horas para contar, más o menos, lo del libro, ¿estaremos ante un remake a lo version extendida de El señor de los anillos? Yo opto por darle el papel del payaso a alguno de nuestros políticos.

El orfanato: Como el cine español nos da pocas alegrías, cuando sucede los americanos están al tanto. La cosa es que El orfanato no es más que un refrito de mucho del terror que han hecho por allá desde hace décadas.

Akira: Leonardo DiCaprio produce y se guarda el papel de Kaneda en este remake, en imagen real, de la famosa película de animación. Esperemos que no se curren algo como la reciente Dragon Ball: Evolution. Sea como sea, Akira es una obra de difícil revisión. Habrá que esperar para saber por donde van los tiros.

Desafió total: Sin Scwarzenegger, sin Verhoeven…no puede ser igual, ni mejor. Mira que lo dudo. Uno de los remakes más innecesarios de toda la lista. Además, ¡que no ha pasado tanto tiempo del estreno de la original, cojones!

Los cronocrímenes: Pasó desapercibida por España, y aún tiene problemas con la distribución internacional. No hay problema. En Hollywood saben que lo solución está en hacer el remake para que lo puedan ver todos sin necesidad de leer subtítulos. Lo bueno del asunto es que David Cronemberg se muestra interesado en el proyecto desde hace tiempo.

Estoy vivo: No se muy bien que ha pasado con este remake. Se empezó a vender a bombo y platillo, y después se dijo que estaba condenado al mercado domestico. Poco más se sabe. El trailer es bastante insípido

Un San Valentín sangriento: Ya se estrenó hace unas semanas en Estados Unidos, cosechando buenas cifras y críticas algo mejores de lo esperado. Lo cierto es que el poder verse en 3d, y el hecho de que el original no sea gran cosa, juegan a su favor.

La última casa a la izquierda
: En Estados Unidos ha tenido una buena aceptación. Incluso hay unos cuantos que dicen que supera a la original. Viendo el trailer, parece que han cambiado unas cuantas cosas, y al ser éste tan explicito, poca sorpresa nos podremos llevar. Ya veremos.

Los Goonies: Dios mío. ¡Esto si que no! Los Goonies es una de las películas predilectas de mi infancia. Tanto si hacen un remake, como una secuela (parece que aún está en duda) pueden cagarla a base de bien. El original es de esas películas con una magia muy particular, de su época, que difícilmente puede ser traspasada a la actualidad. ¿Por qué no reestrenar la original en cines?

13 Tzameti: El original es una de esas películas notables, pero minorarías, que al no ser made in Hollywood lo tienen difícil para darse a conocer al gran público. Por ello, los americanos la llevan a su terreno y la adaptan (espero que con la misma intensidad) a su idioma. Innecesario, salvo para quien se niegue a ver películas subtituladas.

Scanners: Particularmente, no encuentro nada de especial en el original, salvo la mítica escena de la explosión craneal. Me da a mí que ese momento será repetido en este remake. Por lo demás, se dice que Darren Lynn Bousman está interesando en dirigirlo. Gore habrá, eso seguro.

Perlham 1, 2, : Lo bueno de este remake es que tenemos a dos buenos actores, Denzel Washington y John Travolta, cara a cara en una historia interesante. Y bueno, también tenemos a Tony Scott, que cuando quiere es muy competente tras las cámaras.

Ninja Scroll: Otro remake de un popular anime producido por Leonardo DiCaprio. En este caso, esperemos que la violencia y el sexo a raudales del original no se pierdan en el traspaso. Aún no está confirmado si el propio DiCaprio asumirá algún papel destacado.

Poltergeist: Es una película demasiado conocida, y aun sigue vigente para el gran publico. La pasan por televisión varias veces por año. Aún así, el remake está en marcha. Se podría haber hecho una precuela contando las aventuras de los indios después enterrados bajo la casa de marras… ¿No habré dado alguna idea, verdad?

Conan: Este remake ha pasado por muchas manos. Muchos han sido los que iban a poner su rostro, y sobretodo su cuerpo, al poderoso protagonista. Schwarzenegger no tiene sustituto. Es por ello que se han aventurado a decir que Conan, la nueva, se tratará más de una reinvención de los cómics que de un remake de la película original. Ahora, temblemos: el director es Brett Ratner.

Stallone, más cachas que nunca en The Expendables

Increíble. Así lucirá Stallone en la esperadísima The Expendables. No se si tomará mierdas varias o será el resultado del ejercicio siete días a la semana, pero lo cierto es que la forma en que se encuentra, pasados ya los sesenta tacos, es brutal. Como ya he comentado en otras ocasiones, The Explendables puede ser revival definitivo de la acción ochentera, que Sly se quiere a marcar junto a estrellas del cine de acción de antes y de ahora. En el espectacular reparto encontramos a Jet Li, Jason Statham, Mickey Rourke, Dolph Lundgren, Arnold Schwarzenegger (¡!), Forrest Withaker (que podría ser sustitido por el rapero 50 cent), Ben Kingsley, Britthany Murphy, David Zayas o Sandra Bullock. Y aun está por confirmar si Van Damme acepta entrar en el proyecto, aunque en principio ha dado su negativa. The Expendables trata de un grupo de soldados de elite que viajan a Suramérica para derrocar a un dictador. Es decir, algo parecido a lo que vimos en la excelente John Rambo (Rambo, 2007). Se dice incluso que dicho dictador nos recordará bastante a… ¡Hugo Chávez! (y ahora es cuando dejo escapar una sonrisa maléfica). El rodaje comenzó hace poco en Brasil. Stallone, a parte de ser uno de los protagonistas, también dirige y escribe el guión. Ahora nos queda esperar hasta abril del próximo año para comprobar si estamos ante una de las mejores y más nostálgicas películas de acción en mucho tiempo.

A l ´intérieur (2007)


Debido a un accidente de coche, una mujer embarazada pierde a su marido. Meses más tarde, aun deprimida y a poco de dar a la luz, recibe una inquietante visita nocturna. Se trata de una mujer que parece conocer lo que la ha sucedido. Asustada, decide no abrirla la puerta. Esto no será impedimento para que consiga entrar e intente hacer realidad su siniestro plan: arrebatarla el niño que lleva dentro.

En el festival de Sitges de hace dos años se exhibieron un par de películas francesas que causaron sensación. Una, la genial Frontiere (s) (2007), la comenté hace unos días. Pero la que de verdad conquistó a un gran segmento del certamen fue A l ´intereieur, calificada por muchos como “la película más violenta de la historia”. Tal descripción también fue utilizada, un año después, para hablar de la también francesa (y magnifica) Martyrs (2008), película que todos querían ver en dicha edición. Esto nos lleva a la conclusión de que Francia se ha puesto las pilas con el cine de terror, y ha comenzado una carrera a gran velocidad y sin mirar atrás. No se si se tratan de las más violentas de la historia, tal como aseguran, pero crudas son un rato. Y esto lo dice alguien que ha visto todo tipo de salvajadas en celuloide. La violencia de A l ´interieur no es solo grafica, sino también psicológica, que en ocasiones es la que realmente duele. Y el mal rollo omnipresente de la propuesta no se encuentra en las labores matarifes de la psicópata de marras, sino en el verdadero propósito de ésta. Tocar un tema tabú y poco visto en el cine como el intento de sacar, por las malas, el feto de una embarazada, ya ofrece suficientes situaciones malsanas. Y esto sin citar las artimañas que emplea para llevar a cabo su propósito.

En su punto de partida, A´l interieur resulta similar a tantas otras. Tenemos a la protagonista en su casa. Tenemos a una psicópata que quiere entrar, y finalmente lo consigue. Se trata de quince pausados minutos de introducción que sirven para pillar al espectador por sorpresa con lo que viene a continuación. Los jóvenes y prometedores Alexander Bustillo y Julien Maury llenan la pantalla de ésta, su opera prima, con imágenes difíciles de digerir, no aptas para todo tipo de sensibilidades. La violencia va tomando un ritmo in crescendo hasta llegar a un clímax final de esos que llamo “vacía salas”. No voy a joder la película a nadie. Solo diré que se trata de los minutos más terribles y brutales que uno ha podido contemplar en una película. Avisados quedan los sensibles, y sobretodo las mujeres embarazadas.

Lo mejor: La dirección de los debutantes Alexander Bustillo y Julien Maury; la banda sonora machacona en los momentos crueles, que suma la inquietud y el nerviosismo a lo sanguinario de las imágenes; la interpretación de una inmensa Beatrice Dalle en su rol de psicópata; y por supuesto, esos últimos quince minutos tan sádicos como valientes, que han hecho, y harán, que más de uno aparte la vista de la pantalla.

Lo peor: Se podrían haber pulido ciertas cosas del guión. En él, encontramos situaciones y soluciones a las mismas demasiado rocambolescas, que contradicen la naturaleza hiperrealista de la película. Pero nada que perjudique demasiado a un conjunto tan notable.

Valoración (0 a 10): 8,5

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jueves, 14 de mayo de 2009

Demons (Demoni, 1985)


Demons es una obra maestra. Y raro es que haya salido de la cámara de Lamberto Bava, el hijo aprovechado del maestro Mario Bava. Tanto ésta como, algo menos, Demons 2 (Demoni 2: l´incubo ritorna, 1986), son piezas imprescindibles para todo aficionado al terror y al gore italianos. Ya desde el comienzo, la historia apunta maneras. Varias decenas de personas, a cada cual más pintoresca, acuden a un misterioso cine al cual han sido invitados. Se proyecta una película de terror, que habla del comienzo del fin del mundo a manos de los demonios. Pronto, lo que sucede en la película también sucederá en la sala de cine. Todos quedan atrapados, y la única salvación que tienen es luchar contra los seres del averno. Ante todo, hay cinco razones para tener Demons en la cabecera de cualquier colección.

5. La banda sonora, tanto la instrumental como la selección de grupos heavy, destacando Montley Cure o los geniales Goblin (grupo predilecto de Dario Argento, no por nada productor de la película). Atención al tema inicial, en la secuencia del tren. Se trata de una de las composiciones más surrealistas que uno ha podido escuchar. No pega para nada, pero joder… ¡es mítica!

4. Las escenas gore son tan exageradas como divertidas. Desde la primera transformación en demonio de una prostituta, hasta desmembramientos y desgarros de piel varios, sin olvidarnos de la mala leche de algunas, como aquella en la que a un ciego se las hacen pasar verdaderamente putas. Además, no hay solo sangre, sino litros de babas verdosas y demás fluidos corporales.

3. El momento Deus ex machina. Un helicóptero se carga el techo del cine cuando los protagonistas más lo necesitan. Un momento apocalíptico e hilarante a partes iguales. Para terminar de redondear la escena, tenemos la aparición sorpresa de un joven y malvado Michele Soavi, que se lleva un buen escarmiento por parte de los protagonistas. Esto es, que le meten de lleno en el ojo en una punta de acero. Ahí es nada.

2. La memorable escena del protagonista en moto rebanando, con una katana, cabezas y brazos de demonios. Todo aderezado con un temazo de los citados Goblin. El tipo pasa en unos segundos de pijo de ciudad a una especie de action hero, con las mangas de la camisa recortadas para enseñar bíceps. Brutal.

1. ¡El negro de Demons! Quien no haya visto la película no ha conocido aún a uno de los personajes más icónicos del género. Este tío, un chulo putas, aparece más o menos hasta la mitad de la función, pero cada escena con su presencia elimina la atención en el resto. Tan mítica es su intervención, que en Demons 2 vuelve a tener un papel secundario, con un personaje diferente. Y efectivamente, lo clava de nuevo.

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Star Trek resucita la franquicia

El Star Trek de J.J. Abrams ha resucitado la franquicia a todos los niveles. Ha conseguido entusiasmar tanto a los trekkies como a los novatos, ha encandilado a la crítica y se ha estrenado de forma apabullante. En Estados Unidos, país en el que la saga siempre ha gozado de sus mejores resultados, ha recaudado en sus primeros cuatro días unos excelentes setenta y nueve millones de dólares. Aún con el rápido descenso esperable tras su estreno, es fácil que consiga sumar alrededor de ciento setenta millones al final de su recorrido, lo que la convierte en la entrega más taquillera de la serie.
Por el contrario, en España, aunque ha sido promocionada a bombo y platillo, no ha sido el éxito esperado. Lo cierto es que Star Trek nunca ha gozado de éxito por aquí, pero todo parecía indicar que esta vez la cosa cambiaria de forma drástica. Aun sin despuntar en su estreno, si hay que decir que se ha hecho con algo más de un millón de euros. Ya son más de lo que las últimas entregas recaudaron en todo su recorrido.