domingo, 30 de mayo de 2010

Hit and Run (2010)


Dentro del género de terror existe un, podríamos llamar subgénero, que yo he denominado “terror salchichero”. Estos productos son fácilmente reconocibles sin necesidad de meterlos en el reproductor. Suelen ser películas de poco presupuesto con la mirada puesta en el mercado domestico. Más concretamente, en los video club. Si, ya sé que esos lugares en España son una leyenda, y que ver uno en píe es más difícil que lograr la paz mundial. Ahora bien, en otros países la cosa debe ir mejor, porque la churreria no para de fabricarlos. Las señas básicas de estos productos se pueden ver en el cartel. Normalmente, se trata de carteles muy currados, mucho más que la propia película que venden. Pero, aunque no sean nada del otro jueves, siempre parecen estimulantes. Al lado del titulo suelen llevar un UNRATED así de grande. Vamos a ver, nadie a censurado estás películas antes y luego han sacado la versión del director, o la versión prohibida ni nada por el estilo. Sea como sea, esa palabra parece funcionar para llamar la atención del asiduo de video club (o en su detrimento, del asiduo del Emule o los visionados online). La que hoy nos toca, Hit and Run, sigue a rajatabla los aspectos superficiales del terror salchichero. ¿También es salchichera en su interior?, por supuesto.


Aunque haya un UNRATED del tamaño de Texas en la portada, todo aficionado avispado sabe que es mentira. En estos productos suele haber truculencia, pero a un nivel medio. Luego, la trama empieza, se desarrolla y acaba en unos escuetos setenta y cinco u ochenta minutos (contando los créditos iniciales y finales), lo que no me parece mal, pues veinte minutos más de un producto salchichero pueden causar graves problemas de salud. Los protagonistas suelen ser adolescentes (ya tengan edad de adolescente o estén cerca de los treinta) que cometen alguna estupidez durante A) un viaje romántico B) una fiesta C) una borrachera (que puede ser durante la fiesta o jugando al parchis), D) perdiéndose en un sitio dónde era fácil perderse o E) se mata a alguien por accidente (o no) y luego el cadáver, ya sea vivo o zombi, regresa buscando venganza. Está claro que hay variadas joyas del género que han partido de tales premisas y les ha quedado muy bien a sus responsables. Pero coño, por algo esto es terror salchicha. Los resultados son más bien funcionales, superficiales y ni siquiera entretenidos. Sabe a plástico, a producto manufacturado en dos semanas para ser consumido por incautos, o por masocas como yo.


En Hit and Run, que hombre, no es de las peores de su subgénero, una chica sale de una fiesta borracha (norma B y C), coge el coche y se pone a canturrear una cutre canción pop-rock de los primos del director. Se distrae, obviamente, y se sale de la carretera. El susto pasa, y llega a casa sana y salva. Escucha un mensaje de sus padres en el contestador, los cuales se han ido fuera el fin de semana. La chica se alegra, va al baño y se mete los dedos para vomitar el alcohol. Después se pone cómoda y se marcha a la cama. Una vez ahí, escucha un extraño ruido en el garaje. Baja y se encuentra clavado en el coche a un tipo sanguinolento (¡!). Debió atropellarlo sin darse cuenta y tal. Pues eso, que el tipo no está muerto, y ella no sabe muy bien que hacer con él. El tipo, al que le faltan varios dientes, tiene un ojo cuadrado, moretones por toda la cara y a penas puede articular una palabra, agarra el brazo a la joven. La respuesta de la joven asustada es partirle la cabeza repetidas veces con un palo de golf. Una vez muerto, se lo lleva y lo entierra. Después vienen los lloriqueos y todo eso. Y más tarde viene lo que ya suponíamos: el cadáver no está donde debería estar. ¿Será que no lo mató del todo y ahora el tipo busca venganza? (norma E). Si lo queréis saber, es que el terror salchichero ha invadido vuestra cinéfagia. Salir, salir antes de que sea demasiado tarde.

Valoración (0 a 5): 1,5




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La Horde (2009)


Hubo un tiempo en el que el cine de terror americano era el máximo exponente. En los noventa, salvo notables excepciones, se fue agotando a pasos agigantados. Fue entonces cuando muchos vieron, o quisieron ver, el relevo de ideas y talentos con el cine oriental. Ese cine, aunque nos haya ofrecido algunas joyitas del género, ha terminado por adentrarse en los caminos de la sobrevaloración y la repetición. Ya en el siglo XXI los que han marcado el camino, no solo en sus países sino emigrando a la meca del cine, son los europeos. Dentro de ese amplio mercado, los franceses se están llevando los mayores elogios. Más concretamente, la nueva marca de la casa que les ha diferenciado dentro del terror más hardcore. Algo que comenzó, o al menos se dio más a conocer, con la magnifica Alta tensión (Haute Tension, 2003). Más recientemente llegaron (aunque en España, de no ser por la red, no las hubiésemos olido) las no menos geniales, y muy polemicas, A L Interieour (2007) y Martyrs (2008) o aquel torture porn tópico pero muy disfrutable titulado Frontiere (s) (2007). Lo que se había visto poco en está nueva ola de terror francés era el subgénero de zombis o, como marca la moda, infectados.


La Horde llegó creando altas expectativas en los festivales especializados. De nuevo unos directores novatos, Yannick Dahan y Benjamin Rocher, ponían en pantalla una carta de presentación, a priori, salvaje y estimulante. Una vez vista, queda claro que sus responsables serán carne de Hollywood como lo fue, aunque con buenos resultados, Alexander Aja, u otros como Xavier Gens y próximamente Pascal Laugier y los compis Alexander Bustillo y Julien Maury. Ahora bien ¿está La Horde, en líneas generales, a la altura de sus respectivos trabajos?, desde luego que no. Lo que no quiere decir que se trate de una mala película, de una decepción o de un proyecto fallido. Tan solo quiere decir que la película de Dahan y Rocher va por otros derroteros. Pese a la seriedad y brutalidad que se apodera del relato en varios momentos, siempre hay un aura de producto desenfadado, de entretenimiento de sesión golfa confeccionado cien por cien para los amantes del gore, los desvaríos y la violencia por la violencia (en ficción, claro). No hay mensajes, ni planos filosóficos (aunque si alguno que otro muy currado), ni interpretaciones desgarradoras. Es lo que es: diversión de serie B con zombis locos luchando contra humanos aún más locos. Algo así como una zombie movie comercial de Hollywood pasada por un filtro bizarro que exagera todo sin miedo de caer en el ridículo.


No hay mucha explicación sobre lo que pasa y porqué pasa. Una historia de venganza, la de unos policías que se meten en un bloque de pisos buscando a unos delincuentes, en cosa de quince minutos se transforma en una carrera de tiros, detalles apocalípticos y desmembramientos variados contra unos zombis híper vitaminados. No hay personajes buenos. El que no es un asesino, es un corrupto, el que no un tarao con bajos instintos. Pese a la aparente complicidad que se establece entre ambos bandos, al principio enfrentados por la venganza, para superar el embrollo, siempre está la sensación de que ninguno es de fiar. La Horde no es una película nada optimista, ni contiene happy ends metidos con calzador, y los actos heroicos son puramente efectistas y no emocionantes. Al final queda la sensación de que podría haber sido mejor, pero tampoco creo que sus responsables lo pretendieran. Como dije, una serie B entretenida, bien rodada, en la que no se puede, ni se debe, buscar demasiada trascendencia.

Valoración (0 a 5): 3



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viernes, 28 de mayo de 2010

Halloween 2010: Saw VII vs Paranormal Activity 2 vs Hereafter



El fin de semana previo a Halloween de este año, al menos en Estados Unidos, va a ser una batalla campal en la taquilla. Y es que, si nada cambia, han decidido estrenar a la vez, durante el 22 de octubre, Saw VII, Paranormal Activity 2 y Hereafter. El duelo de las dos primeras ya era conocido desde hace tiempo, pero la nueva en disputa pondrá las cosas más interesantes. Recordemos que Paranormal Activity y su impresionante éxito (107 millones de dólares sólo en Estados Unidos, con un presupuesto de 35.000 dólares) fueron los causantes de la debacle de Saw VI (27 millones por allá, que vienen a ser menos de la mitad de lo que recaudó la quinta entrega, hasta entonces la menos taquillera de la saga). Claro que este año se podrían cambiar las tornas, porque Saw VII cuenta con el as en la manga de las 3d, por primera vez en la franquicia, y Paranormal Activity 2 no causará tanta expectación, a priori, como la primera entrega, cuyo éxito se debió sobretodo a una inteligente campaña de marketing que fue acrecentando la expectación mes tras mes. Pasado el efecto sorpresa, y considerando que, no porque la viese tanta gente quiere decir que muchos le diesen el visto bueno una vez vista, el duelo entre ambas estará bastante reñido.


Ahora bien, qué pasa con Hereafter. Pues se trata de la nueva película dirigida por Clint Eastwood, y que protagonizará, como en su último trabajo, Matt Dammon. Pero esta vez Eastwood se ha pasado al género de terror sobrenatural. No se hasta que punto las otras dos pueden obstaculizar el peso de ésta, o al revés, pues se trata de una propuesta diseñada para el publico más adulto, y puede que no interese demasiado a los habituales de Saw o incluso a parte de los de Paranormal Activity. Sea como sea, se prevé un fin de semana de lo más interesante para el aficionado, pues lejos de guerras de cifras, para el que se lo pueda permitir no estaría nada mal una maratón y jactarse de ver las tres esperadas propuestas de un plumazo. No obstante, hablo de Estados Unidos. En España veremos los estrenos separados y, posiblemente, Saw VII ni siquiera la veamos (en cines, la red es otro asunto) al igual que prohibieron (suena fuerte en el siglo XXI, pero si, la prohibieron políticos socialistas y liberales) la sexta parte.

El futuro está en dos lentes


Esto de las tres dimensiones, o mejor, las nuevas tres dimensiones (porque inventado ya estaba, pero no con la calidad de las actuales ni con las formas de rodaje que implican) va a ser más que una moda pasajera. Así lo confirma el interés creciente por parte no sólo de la industria del cine, sino también de las que conciernen a los videojuegos o a los televisores. Aunque aún sea una tecnología demasiado cara para ser accesible al usuario medio, es algo que dentro de unos años se implantará en los salones como hoy lo están las pantallas lcd y las de plasma. Claro que todo esto no sería posible si no fuese porque una demanda. Y esa demanda existe. Se decía que el estreno de Avatar (2009) sería el detonante, o la tumba, de las 3d cinematográficas (y por ende, muy posiblemente del resto). Ya existían varios éxitos en las salas con el nuevo formato, aunque estaba por ver si, a nivel masivo, captaba una atención, valga la redundancia, masiva. Las cifras dieron le razón a su director, James Cameron, y al resto de reyes midas del séptimo arte que anunciaban la llegada inminente del 3d, entre ellos Steven Spielberg, Peter Jackson y George Lucas. Avatar, que todavía se exhibe en algunas salas por el mundo pese a haber salido en Dvd y Blu-Ray, ha recaudado la friolera de algo más de 2.700 millones de dólares en todo el mundo. Un tremendo éxito en el que la nueva tecnología ha tenido mucho que ver. Tanto que alrededor del 70% de las entradas vendidas corresponde a las salas donde hay que entrar con las gafas de marras, y que a su vez cuestan una media del 25% más que la entrada normal. Por tanto, si la gente (que ya sabemos que hoy en día cada vez es más tacaña con esto de pagar entradas pudiendo bajar todo por Internet) ha visto con buenos ojos pagar tal dinero por ver la película en ese formato, y el éxito además se ha mantenido durante meses (con lo que ha funcionado de maravilla el boca a boca) queda claro que esto interesa, y bastante, a nivel popular.


El éxito de Avatar solo ha sido el detonante. La verdadera avalancha de estrenos en 3d (o con opción de ser visto así, pues tampoco te obligan) está empezando ahora. Ahora bien, hay que tener cuidado. Una cosa es el 3d de la citada película de James Cameron, realizada íntegramente y desde su concepción con tales fines, y otra muy distinta el 3d conseguido mediante un cutre trabajo de post producción. Es decir, que la película sea rodada para estrenar en 2d pero luego les de por pasarla a 3d cagando prisas. Esto ultimo, y muy criticado, ha sido el caso de Furia de titanes (Clash of the Titans, 2010), que pese a ello se ha hecho en todo el globo hasta la fecha con unos notables 463 millones de dólares. A parte, una vez más, la venta de entradas en 3d ha supuesto más de la mitad de los beneficios. El caso reciente más notorio es el de Alicia en el país de las maravillas (Alice in Wonderland, 2010), ésta si creada desde 0 con el formato en mente. La asistencia a las salas en 3d ha sido similar a la de Avatar, o incluso mayor. Algo más de un 70% de las entradas vendidas (al menos en Estados Unidos y España) corresponde a dichas salas, que vienen a ser un 35% de las totales. Echen cuentas y les saldrán llenos totales durante varios fines de semanas. Las cifras mundiales de la nueva Alicia recientemente han superado los 1.000 millones de dólares.

En los próximos meses, y años, irán llegando una cantidad ingente de propuestas en 3d, reales o “convertidas”. Lo que antes eran excepciones, ahora serán la norma. Aquí os dejo unas cuantas (pues dudo encontrar o acordarme de todas) de las producciones que podremos ver con gafas.


Piraña 3d: Remake del pequeño clásico de Joe Dante, dirigido para la ocasión por Alexander Aja. Atención al reparto, que incluye a Richard Dreyfuss, Elisabeth Shue, Ving Rhames, Eli Roth o Christopher Lloyd.


Scar 3d: Pequeña película con un psicópata persiguiendo a Angela Bettis, cuyo estreno ha sido aplazado numerosas veces.

Toy Story 3: Una de las películas más esperadas del año. Tercera entrega de una de las mejores propuestas de la animación moderna, como siempre, de Pixar.

Halloween 3d: Cuando la gente ha perdido interés en una franquicia, el 3d es la salvación. Eso al menos es lo que creen los responsables del próximo Halloween, esta vez sin Rob Zombie en la dirección.

Saw VII: El mismo caso que el anterior. La sexta entrega dio bajón en recaudación, y la única forma de volver a las andadas es con trampas de Jigsaw en 3d.

Piratas del Caribe: En costas extrañas: Otra cuarta entrega, esta vez de una de las franquicias más taquilleras de la historia. Del reparto solo repite Johnny Depp, y en la silla del director se sienta Rob Marshall.



Tron: Legacy: Secuela, y menos mal que no les dio por un remake, de aquel mítico Tron (1982) adelantado a su tiempo. Regresa al reparto Jeff Bridges, y para la ocasión se han arriesgado con presupuesto bastante abultado.

Untiled Alien Prequel: Pues eso. Como indica el titulo provisional, una precuela de Alien, el octavo pasajero (Alien, 1979). Para sorpresa de muchos, la dirigirá Ridley Scott, lo que da esperanza. También la da que H.R. Giger se vaya a encargar una vez más de los modelados y decorados.

Batlle Angel: James Cameron, antes de estrenar (que aún queda) su secuela para Avatar, hará llegar a las pantallas, por fin, su visión del famoso manga. Y claro, rodará siguiendo la ética de su anterior trabajo.

Tiburón 3d: No confundir con aquella cosa que estrenaron en 1983. Aunque habrá que ver lo que sale de todo esto. Efectivamente, hay unos cuantos que parecen interesados en remakear la obra magna de Steven Spielberg.

Iron Man 3: Cuando su director, Jon Favreau, termine con Cowboys vs Aliens (que lo mismo también es en 3d) se pondrá manos a la obra con la tercera del hombre metálico. Repetirá el reparto principal.

The Hole: Vuelve Joe Dante a la gran pantalla, y lo hace con ésta pequeña película de aventuras fantásticas. Ya se ha pasado en varios festivales con cierto éxito.



Xerxes: Así se titulará la precuela de 300 (2007). Aunque todavía no hay nada confirmado, puede que se ruede en 3d. Rumor que ha cobrado vida ahora que algunos piensan reestrenar la citada 300 en ese formato.

Scream 4: Si, lo más probable es que la cuarta entrega, y bastante tardía, de la popular saga slasher venga en 3d. Repite Wes Craven en la dirección, y los principales papeles vuelven a caer en Neve Campbell y los demás.

Drácula 3d: No se si finalmente llevará ese titulo, pero parece confirmado que Dario Argento prepara su versión de Drácula con el añadido del formato. Se nota que quiere volver a tener dinero en el banco.

Kung Fu Panda 2: Como viene siendo habitual, toda película de animación que se precie tiene que ser vista con las gafas. Así que, el panda aquel que daba patadas se une al club.

Untiled Spider-Man Reboot: Aún sin titulo, el reboot del hombre araña tendrá en la dirección a Mark Webb, y aún no hay confirmación sobre los protagonistas. Se dice que Sam Raimi abandonó la saga porque no le daba la gana rodar la cuarta en 3d.

The Invention of Hugo Cabret: Lo nuevo de Scorsese le alejará de sus temas adultos para inscribirse en el cine familiar. Curioso ¿verdad? Sea como sea, se trata de la adaptación de una popular novela infantil, como manda la moda, y en su reparto aparece gente como Sacha Baron Cohen, Ben Kingsley y la ascendente Chole Moretz.



Legend of the Guardians: The Owls of Ga´Hoole: El genial Zack Snyder se inicia en el cine de animación con esta adaptación de una popular novela infantil. Esperemos que no se le vaya la olla.

The Adventures of Tintín: The Secret of the Unicorn: Primera parte de las adaptaciones del mítico personaje en las que están trabajando Steven Spielberg y Peter Jackson.

Los pitufos: Efectivamente. La famosa serie animada llegará a los cines sin escatimar en gastos ni en gafas para las salas.

Resident Evil: Aferlife: Cuarta entrega de la saga en la que vuelve como director Paul W. Anderson. De nuevo con Milla Jovovich y Ali Larter (vista en la tercera), a los que se unen Wentworth Miller y el español Sergio Peris Mencheta.

Legion (2010)


En Terminator 2: El juicio final (The Terminator 2: Judment Day, 1991), un robot era enviado del futuro a nuestro tiempo para ayudar a una mujer y a su hijo, futuro líder de la humanidad en la guerra contra las maquinas. Su enemigo era otro robot, más avanzado y peligroso, que era enviado para matar al crío. El destino del planeta dentro de no tantos años dependía de que no consiguiera su objetivo. De acuerdo. Ahora cambiemos los robots por ángeles, las maquinas por más ángeles poseyendo humanos y convirtiéndolos en pseudo zombis, situémoslo todo en un escenario cerrado, rollo Asalto a la comisaría del distrito 13 (Assault on Precint 13, 1976) o La niebla, de Stephen King (The Mist, 2008). El resultado, aunque salvando las distancias de calidad con las tres películas citadas, es Legion. No es que haya gran cosa que ver en sus noventa minutos, pero sin lugar a dudas es una propuesta entretenida para aquellos que disfrutamos de la serie B de video club (de cierta calidad) aunque sea hecha para los cines. Es precisamente esa falta de pretensiones, ese auto-conocimiento de producto de mercadillo inflado para la gran pantalla, con trama, diálogos y personajes rocambolescos, pero divertidos, lo que hace de Legion una película recomendable, hasta cierto punto, y no insultante.


El director de este particular Apocalipsis de acción y terror es un tal Scott Stewart. No penséis mucho, pues como director se trata de su opera prima. Ahora bien, su trabajo para el cine data de hace unos cuantos años, trabajando en el campo de los efectos especiales. Su nombre está en los créditos de Mars Attacks! (1996), Sin City (2005) o Acantilado rojo (Chin Bi, 2008). Lo más interesante de Legion, en todo caso, son algunos geniales momentos que guarda en su metraje. No obstante, hacen falta más de esos momentos: más heladeros elastiscos, niños cabrones y abuelas tuneadas para contrarrestar la pesadez (innecesaria porque dentro de este producto importa un carajo) de algunas conversaciones serias en torno al futuro de la humanidad y el pasado de los personajes. En los momentos más desenfadados y hasta bizarros, es donde se disfruta sin complejos. Además, tenemos por ahí a un genial Paul Bettany haciendo de “ángel bueno” y también secundarios de carácter como Dennis Quaid o el siempre correcto Charles S. Dutton. Lastima que al final, como, no nos engañemos, cine mainstream que es, haya ciertas bajadas de pantalón por parte de los guionistas para cerrar la historia.

Valoración (0 a 5): 2,5



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miércoles, 26 de mayo de 2010

Capsulas informativas



Esto de la crisis se pone "feo" hasta para los millonarios. Al menos eso es lo está pasando con el presupuesto de la próxima entrega de Piratas del Caribe. Jerry Brukheimer, su productor, se ha visto obligado a controlar el presupuesto y hacer que no exceda de los 200 millones de dólares (que es una barbaridad, pero son 100 millones menos de los que costó la anterior entrega, y tampoco sé muy bien en que se los gastaron). El caso es que los nuevos Piratas, que vendrán en 3d como manda la ley, tendrán, según dicen por ahí, 1.300 efectos especiales (casi la mitad que la tercera), 100 días de filmación (en lugar de 140), menos localizaciones y recortes en el guión en lo que respecta a algunas espectaculares escenas de acción.

Habrá secuela de Hitman (2007). Si, aunque la primera no fuese un gran éxito ni nada similar, supongo que vendió lo suficiente en formato domestico para que se hayan decidido. Y el director será nada menos que un español, Daniel Benmayor, que no hace mucho estrenó con poca suerte Paintball (2009). Se dice que la trama adaptará la quinta entrega de la saga de videojuegos, aunque se desconoce si Timothy Olyphant volverá a encarnar al personaje principal.

Rob Zombie, cuya Halloween II (2009) no les ha dado la gana a “nuestra gente del gobierno” de estrenarla por aquí (lo que me da un poco igual, pues ya la he visto por otros medios, buena calidad y versión original hace meses) parece tener nuevos proyectos. Pero está dudando. El más presente por la red es el remake de The Blob (1958), que ya contó con uno, y muy simpático, en 1988. Pero, a sus proyectos tanteados desde hace mucho, Tyranosaurus Rex y la puesta en largo de su fake trailer, Worewolf Women of the SS, se une uno que podría ser muy interesante: la continuación de su magnifica Los renegados del diablo (The Devil´s Rejects, 2005), que a su vez forma díptico con la no menos genial La casa de los mil cadáveres ( House of 1.000 Corpses, 2003). Veremos que pasa.


El famoso videojuego Mass Effect, que hasta ahora cuenta con dos entregas y está pendiente de la tercera, será adaptado a la gran pantalla. La empresa que tiene los derechos es Warner Bros, y se rumorea que el guionista será Mark Protosevich, que ha firmado los libretos de La celda (The Cell, 2000) o Soy leyenda (I am Legend, 2007).

Puede que ahora el nombre de Rodrigo Cortes no les suene de nada a muchos. Eso cambiará dentro de poco cuando estrene Buried. Mientras, ya han salido noticias sobre su próxima película, y el fichaje para protagonizarla es nada menos que Sigourney Weaver. El titulo será Red Lights, y según comenta el propio director, su inscribirá en temas sobrenaturales.

Ha saltado un rumor por la red, y repito, un rumor, que asegura que Tarantino se encuentra actualmente buscando localizaciones para su siguiente película. Hasta aquí no habría nada raro, pero lo que viene a continuación es lo que sorprende: según, repito, la fuente del rumor, esa nueva película sería la revisión, desde su particular punto de vista, del Dracula de Bram Stoker. Lo cierto es que, conociendo al tipo, esto podría dar mucho de que hablar. Queda esperar a que se confirmen o desmientan dichas palabras.

El príncipe de Persia, las arenas del tiempo (Prince of Persia: Sands in Time, 2010)


El príncipe de Persia, más conocido según su titulo original, Prince of Persia, es una saga de videojuegos iniciada en 1987, y que sigue ofreciendo juegos en la actualidad. A medio camino entre el género de plataformas y la aventura de acción, elementos en mayor o menor grado según cada titulo, el éxito cosechado a lo largo de los años ha sido más que notable. No obstante, las últimas entregas creadas para la nueva generación de consolas no han tenido el éxito esperado ni tampoco han sido recibidas con entusiasmo por la crítica ni los fans. Esto pudiera dar a pesar que no era el mejor momento, al menos en cuanto a popularidad de la saga, para lanzar la adaptación al celuloide. Sea como sea, El príncipe de Persia, las arenas del tiempo, ha llegado a las salas. Claro que, una vez vista, queda entendido que el interés de sus responsables no se encuentra tanto en adaptar el material original, sino en ofrecer una película de aventuras y efectos especiales siguiendo el “estilo” de las franquicias iniciadas por La momia (The Mummy, 1999-2008) o Piratas del Caribe (Pirates of the Caribbean, 2003 - ¿?). Con esto me refiero a que no se sigue un patrón para adaptar nada en concreto, aunque es cierto que la esencia de los videojuegos, en su traspaso al cine, se acerca en algo al camino elegido.


Producida, sin escatimar en gastos (aunque los 150 millones de dólares que dicen haber costado no se ven demasiado en pantalla) por Jerry Brukheimer, la dirección fue cedida erróneamente a Mike Newell. Y digo por error, porque ya demostró en la soporífera Harry Potter y el cáliz de fuego (Harry Potter and the Globet of Fire, 2005), su única aproximación previa al cine blockbuster, que no era capaz de llevar a cabo un producto de éstas características, y menos gastar de forma coherente el gran presupuesto asignado. En El príncipe de Persia ocurre algo similar en lo del presupuesto, aunque, menos mal, su pulso resulta más ameno (aunque demasiado artificioso y a veces brusco) gracias sobretodo a un guión que, sin ser nada del otro jueves y recurrir una y otra vez a frases mongólicas, construye una fresca historia de aventuras cuyo visionado no molesta, aunque sea olvidado antes de llegar a casa. La elección de los protagonistas no va desencaminada. Tanto Jake Gyllenhaal como Gemma Arterton dan el pego en sus personajes (el príncipe del titulo, de nombre Dastan, y la princesa Tamina), aunque tampoco se esfuercen en interpretar más allá de pasarlo bien hasta cobrar el cheque. Lo mismo se podría decir de Ben Kingsley en el rol de villano.


Lo bueno de El príncipe de Persia es que, si entramos en comparaciones con otras adaptaciones de videojuegos, tiene las de ganar. En general, la calidad de estas propuestas siempre ha dejado mucho que desear. Tal vez el primer Resident Evil (2002), aunque no como adaptación, o Silent Hill (2006), hayan ofrecido algo más digno de lo normal. Se podría decir que El príncipe de Persia, sin pasar de ser correcta si no vamos con exigencias, entra en esa línea minoritaria de películas basadas en videojuegos que no resultan insultantes. Luego entrarán los puristas del juego y demás a comentar desde su punto de vista fan (efectivamente, no soy un aficionado a la saga), pero como cine de aventuras “para pasar el rato”, de ese que nos tragamos sin problemas en las sobremesas del fin de semana, no se puede pedir mucho más, ni tampoco más violencia en los enfrentamientos (el nombre del tito Walt Disney aparece en los créditos) ni un mayor desglose de los derroteros interiores de sus protagonistas. Es lo que es, y lo que es tampoco está mal, aunque no me acuerde a penas de una escena. Habrá que esperar a las adaptaciones de Bioshock o Gears of War para ver si definitivamente hacen justicia a los grandes juegos del ocio electrónico.

Valoración (0 a 5): 2,5



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domingo, 16 de mayo de 2010

Correcto estreno para el nuevo Robin Hood



Este fin de semana la taquilla de Estados Unidos ha recibido la nueva visión de Robin Hood dirigida por Ridley Scott y protagonizada por su buen amigo Russel Crowe. La unión entre el director y la estrella les ha ofrecido los mismos éxitos – Gladiator (2000) y American Gangster (2007) que fiascos – Un buen año (A Good Year, 2006) y Red de mentiras (Body of Lies, 2008)-. Su nueva propuesta, a priori, parece entrar en el primer grupo. Robin Hood, reinvención del clásico personaje, ha causado opiniones dispares, aunque la taquilla de momento le ha dado la razón. En su primer fin de semana por allá ha ingresado (según las cifras estimadas antes del lunes) 37 millones de dólares. Así, consigue el segundo puesto, por detrás de Iron Man 2, que en su segundo fin de semana amasa otros 54 millones y hace un total de 213 millones. La película con el superhéroe de marras ha tenido un éxito similar en todo el mundo…menos en España, donde tendrá que luchar por llegar al millón de espectadores (la primera consiguió un millón trescientos mil). Al contrario que ésta, en nuestro país es muy probable que Robin Hood se convierta en un gran evento, pues las películas de aventuras de corte épico suelen funcionar mejor aquí, y en Europa en general, que en Estados Unidos. No obstante, a poco que funcione de forma correcta en las próximas semanas, lo nuevo de Ridley Scott podrá hacerse con un digno total de 115-125 millones (más o menos su presupuesto) en su país, esperando a que en el resto del mundo la cifra aumente de forma considerable.

sábado, 15 de mayo de 2010

La caída de la casa Usher (House of Usher, 1960)


También conocido como El hundimiento de la casa Usher, se trata de un relato de 1839 escrito por el gran Edgar Allan Poe. No un relato cualquiera, sino uno de los mejores. De hecho, la única obra que el propio autor consideraría por encima es Ligeia, publicado en 1838. En el que nos ocupa, un joven caballero hace un viaje desde hasta una vieja mansión en la que se encuentra su amada, a la que quiere llevar a su ciudad para casarse. La joven vive en la mansión junto a su hermano, un excéntrico artista. Ambos sufren diversas enfermedades que los sitúan en una delgada línea entre la vida y la muerte, un misterio al que se une la propia casa, que guarda no pocos secretos. A partir de dicho relato se han creado numerosas adaptaciones en formato de musical y también para el cine. Fue Roger Corman, en tareas de guionista y director, junto al mítico Vincent Price al frente del reparto, quien llevo a cabo una de las más populares. La caida de la casa Usher, versión Corman, se mantiene fiel al espíritu del relato. Fiel también, a los intereses de su creador, es la situación en la que fue realizada, gastando poco dinero (se dice que unos 270.000 dólares de la época), con cuatro únicos personajes y el mismo escenario durante toda la trama.


Protagonizada por un esplendido Vincent Price –que llegó a considerar ésta la mejor interpretación de su carrera-, que deja en ridículo al resto del reparto, La caída de la casa Usher cuenta, además, con una cuidada ambientación (atención a las breves pero sugestivas secuencias de exteriores) y un tempo narrativo en todo el sentido clásico del término, construyendo a lo largo de unos ajustados setenta minutos una sutil, casi de pasada, historia de casas encantadas que se sustenta sobretodo en el devenir de los personajes y las tragedias que los acechan. Así, la muerte, tema recurrente de Poe, está presente en todo momento, casi como alegoría. La muerte desde el suicidio a la natural, pasando por estados intermedios o el asesinato. A día de hoy puede entenderse mejor como una obra de teatro filmada, lo que no la resta valor, aunque es cierto que el ritmo a veces es demasiado lento y parece no querer arrancar, así como la reiteración e ingenuidad de ciertas situaciones.

Valoración (0 a 5): 3

Ninja Assasin (2009)


Según la historia japonesa, los ninja, o shinobi, era un grupo militar de mercenarios entrenados, entre otras cosas, para asesinar, infiltrarse y sabotear. Su visita al enemigo suponía que entrase en confusión, disminuir su numero y conseguir información sobre sus avances. Llevan siglos existiendo (se dice que desde el siglo VI) aunque actualmente, sin obviar sus momentos de actividad real en el pasado, se les considera más bien una leyenda, algo impensable como organización demostrable en nuestros días. Pese a ello, el cine nunca ha dejado de prestarles atención. Una atención, eso si, que en la mayoría de los casos se ha saldado con resultados poco comprometidos con la verdadera esencia del ninja. Así, salvo excepciones, los subproductos de acción de serie z y telefilmes han campado a sus anchas, aunque en el campo del manga y el anime han nacido producciones muy interesantes y más serias. Por esa razón los hermanos Wachowski, reconocidos aficionados de la cultura oriental, decidieron, en tarea de productores junto a Joel Silver, encargar un producto de acción que dignificará el subgénero. Para llevarlo a buen puerto contactaron con su coleguita, el director James McTeigue, que ya colaboró con ellos en la realización de la interesante V de Vendetta (2005). Para el papel principal, alguien que podría parecer impensable para un registro que concierne tanta violencia, nada menos que una mega estrella del pop japonés, apodado Rain -que también colaboró con los hermanos, esta vez como directores, en su fallida Speed Racer (2008)-.


Ninja Assasin se estrenó a finales del pasado año pasando un poco desapercibida. Una lastima, pues, pese a que en líneas generales no estemos (ni se pretenda) ante una gran película, se trata de una de las más divertidas, cafres y dinámicas aportaciones al cine de acción y artes marciales en años. Al menos, en lo que se refiere al cine de Hollywood. Y es que desde el primer minuto al último, ofrece un espectáculo eficazmente dirigido y coreografiado en el que la violencia sanguinolenta (aunque muy estilizada) y sin prejuicios no deja lugar al aburrimiento para el aficionado a estás cosas. Directa, yendo al grano y alternando la acción actual con duros flashbacks en los que se retrata el pasado del protagonista en su cruel entrenamiento para llegar a ser el mejor en lo suyo. Ninja Assasin no intenta ganar premios al mejor guión (que fácilmente podría ocupar varios folios), ni ser la película de acción definitiva, aunque en cuanto a cine con ninjas enmarcado en la acción desenfadada, pocas recuerdo igual de estimulantes. Lo que pretende es presentar en el país de las barras y estrellas a su estrella, Rain, que no lo hace nada mal dentro de sus limitaciones, y entretener a su público. En definitiva, podríamos decir que Ninja Assasin es una disfrutable versión Burger King de, en el marco actual, lo que el grande Tarantino hizo con su grande Kill Bill (2003-2004)

Valoración (0 a 5): 3,5



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viernes, 14 de mayo de 2010

The Last Exorcism, ¿sleeper terrorífico de 2010?



Sin prisa pero sin pausa van llegando cosas de la que promete convertirse en uno de los sleeper de 2010. The Last Exorcism, también conocida como Cotton, trata, como indica el titulo, de un exorcismo. La peculiaridad es que está rodada cámara en mano a modo de falso documental. Esto, un pequeño presupuesto y su publicidad viral por Internet, la emparentan directamente con El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999) o Paranormal Activity (2008), y ya sabemos en ambos casos cual fue el taquillazo obtenido. En la producción se encuentra Eli Roth y la compañía productora especializada en cine de terror y ciencia ficción Strike Entertainment, a los avalan productos como Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, 2004) o Hijos de los hombres (Children of Men, 2006). La historia, que dirigirá el desconocido Daniel Stamm, cuenta como un miembro de la Iglesia acepta participar en un documental en el cual se grabará en directo un exorcismo. Sencillo y directo, el hype no se ha hecho esperar y ya hay quien dice que será una de las películas más terroríficas de la historia (lo que decían de, sin ir más lejos, Paranormal Activity, y creo que todos o casi todos sabemos que no fue así, pero quien sabe). Su estreno en Estados Unidos será el 27 de agosto, y aquí arriba teneis el primer cartel oficial que han dejado caer por la red.

Terror en Amytiville (The Amytiville Horror, 1979)


A las 3:15 de la madrugada del 13 de noviembre de 1974, un joven llamado Roland DeFeo asesinó a su familia. El crimen tuvo lugar en la pequeña ciudad de Amytiville, en Estados Unidos. El verdugo aseguró oír voces que le obligaban a cometer tan terribles actos. Dicho así, no es un caso peculiar, pues no son pocos los tarados que en los juicios argumentan “coartadas” similares para no ir sufrir la justa condena en prisión. El caso subió como la espuma poco después, cuando los Lutz, un matrimonio con tres hijos, compraron la casa de marras aprovechando una suculenta oferta. Supuestamente, la nueva familia sufrió todo tipo de fenómenos extraños dentro de sus paredes, y su estancia no pasó de los 28 días. Los medios pusieron tanto empeño en contar la historia que, a fecha actual, el “caso Amytiville” sigue siendo uno de los más comentados, temidos y estudiados en lo referente a casas encantadas. Claro que, posteriores propietarios de la casa dicen que no han vivido ningún fenómeno relevante. No obstante, sea cierto o, lo más probable, un cuento que se haya exagerado hasta niveles insospechados, tales hechos han dado lugar a una longeva franquicia cinematográfica.


Cinco años después de los crímenes, el circo mediático en torno a los fenómenos paranormales y demás, se estrenó Terror en Amytiville. La película fue todo un éxito comercial (83 millones de dólares de la época) y provocó el inicio de una saga que fue perdiendo interés y calidad a pasos agigantados. La que nos ocupa se centra en la historia de la familia Lutz. Tras una breve introducción recordado los hechos, estos si, verídicos –lo que concierne a los asesinatos-, el guión comienza a meter sin descanso las claves de terror efectista siguiendo los hechos narrados por la verdadera familia. Esto es, extraños líquidos negros saliendo del baño y los grifos, ventanas y puertas que se abren y cierran solas, voces de ultratumba y un drástico cambio de humor en el marido, que parecía estar poseído por el espíritu de DeFeo. Así, lo que vemos no pone en ningún momento en duda los sucesos paranormales, tomando las libertades necesarias para ofrecer una genuina película de terror. Analizándola como tal, hay que reconocerle, pese a sus fallos, que al menos es un producto artesanal decente.


La puesta en escena de Stuart Rosenberg es correcta, aunque se le pudiera pedir más que corrección al director de La leyenda del indomable (Cool Hand Luke, 1967), El viaje de los malditos (Voyage of the Dammed, 1976) o Brubaker (1980). El guión, firmado por Sandor Sterm adaptando el libro sobre los “hechos reales”, tiene momentos muy buenos, aunque también guarda cierto esquematismo y varios agujeros (¿qué narices pasa con la investigación del teniente de policía?). Lo mejor es la acertada banda sonora (nominada al Oscar) de Lalo Schifrin, y algunas interpretaciones (James Brolin en el papel principal y, sobretodo, Rod Steiger en el del cura). Aunque el conjunto pueda ser irregular y esté lejos de las mejores aportaciones al subgénero de casas encantadas, se puede ver sin problemas, y ese toque que tiene al estar producida entre los setenta y los ochenta es algo que difícilmente podemos catar en nuestros días. Algo especial, que invita a que uno siga sintiendo curiosidad por ver que carajo esconden sus dos horas. Es difícil pensar que el remake producido por Michael Bay en 2005, aquí titulado La morada del miedo, continue siendo buscada por los aficionados treinta años después del estreno.

Valoración (0 a 5): 3

miércoles, 12 de mayo de 2010

The Burrowers (2008)


Raro es ver actualmente una película que se desarrolle en el salvaje oeste. Pero más raro todavía es que el género de terror se mezcle con el western. Salvo algún que otro subproducto de nulo interés, poca cosa ha salido no ya en los últimos años, sino en la historia del celuloide. Tal vez por ello, una película como The Burrowers haya llamado la atención más de la cuenta en diversos festivales especializados. Y digo más de la cuenta, porque el resultado, al menos desde el punto de vista del aquí firmante, queda lejos de las altas valoraciones obtenidas en su paso por dichos certámenes. El guión parte de una idea interesante: meter en un entorno de pistoleros, indios y vaqueros, a unas criaturas con hambre de carne de humana. Así, contemplamos, aunque de forma rutinaria y más lenta de lo deseable, la odisea que lleva a los vaqueros a hacer un viaje buscando respuestas a ciertos ataques que sufrieron en sus tierras. Por supuesto, piensan que los causantes fueron sus enemigos, los indios, lo que causará los previsibles y sanguinarios mal entendidos entre ambas culturas mientras que los monstruos de marras (que se ocultan bajo tierra) continúan su caza.


El problema de The Burrowers no es el guión en sí. La trama tiene interés, pero la puesta en escena de su director, J.T. Petty, también guionista y director de la serie televisiva en la que se basa la película, es demasiado plana y sosa, además de carecer de ritmo, oscureciendo las ventajas que podría dar una historia, a priori, original. Los actores no están mal, los efectos especiales y de maquillaje cumplen (aunque las criaturas aparecen casi siempre en la oscuridad y con un montaje un tanto epiléptico), pero sus noventa minutos se hacen tan y tan largos, que más de una vez empiezas a hablar con la almohada. Por cierto, el tal Petty, también ha dirigido Mimic 3 (Mimic: Sentinel, 2003) y parece especializado en guiones para videojuegos, entre ellos algunos de Batman y conocidas sagas como Splinter Cell.

Valoración (0 a 5): 1,5



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Cameron lanza nuevos detalles sobre Avatar 2



James Cameron está tanteando unas cuantas ideas para el guión. Recientemente ha comentado que uno de los principales lugares de acción será el océano de Pandora, el cual no fue explorado en la primera entrega. Así, el director reincide en uno de sus territorios favoritos, y nos mostrará una nueva y, asegura, sorprendente fauna que se oculta en las aguas del planeta. No obstante, también ha comentado que, pese a que el desarrollo en gran parte pasará al agua, no se olvidará de las novedades dentro de lo que ya vimos. Respecto a la edición en Blu-Ray de la primera, se dice que la especial, que saldrá a la venta en unos meses, constará de cuatro discos y, a diferencia de la sencilla que tenemos en las tiendas, tendrá la posibilidad de poder verse en tres dimensiones. El lanzamiento del Blu-Ray coincidirá con el reestreno de la película, con seis minutos de material inedito y que se podrá ver de nuevo en 3d y en pantallas IMAX. Vamos, que Cameron piensa exprimir el fenómeno al máximo
Antes de Avatar 2, se supone que Cameron se pondrá las pilas con Battle Angel: Alita, la esperadísima adaptación del manga de Yukito Kishiro.

lunes, 10 de mayo de 2010

The Descent: Part 2 (2009)


Neil Marshall, que dio motivos de seguimiento con la divertida y muy cafre Dog Soldiers (2003), sorprendió a propios y extraños con su siguiente trabajo, The Descent (2005). Juntando varios personajes femeninos y situándolos en unas oscuras cavernas consiguió un notable ejercicio de tensión creciente. En la primera mitad nos sumergía en una claustrofóbica (y tensa, muy tensa) película de aventuras, para, justo después, convertir la función en un survival con criaturas caníbales de por medio. El buen pulso de la narración, que te apretaba el culo al asiento hasta el ultimo minuto, sin olvidarse de la truculencia bien insertada, hizo de aquella propuesta una de las más interesantes dentro del genero terror en muchos años. Su éxito y, sobretodo, su gran recepción tanto crítica como en cuanto a la opinión de los espectadores (creándose un culto instantáneo) fueron razones de sobra para que se pensase en la secuela. El principal problema después de la luz verde fue que Marshall no estaba interesado en dirigirla, aún guardándose el típico crédito de productor ejecutivo. Hay muchos ejemplos de este tipo, y no suelen salir bien. Así, a bote pronto, se me ocurren las secuelas de Abierto hasta el amanecer (From Dusk Till Dawn, 1996) o Vampiros (Vampires, 1998). Cuando una película de terror cuenta con secuela en la que los principales puestos del equipo recaen en otras personas, la cosa empieza a oler mal. Un mal olor que creció cuando se supo que The Descent 2 sería un directo a video, o al menos contaría con un presupuesto menor que la primera.


Las buenas noticias llegaron cuando se supo de algunos nuevos integrantes. Entre los guionistas se encontraba James Watkins, prometedor director y firmante del libreto de Eden Lake (2008), mientras que detrás de las cámaras se sentaría Jon Harris. Aunque se trate de su opera prima, Harris es el editor del primer The Descent, la citada Eden Lake u otros títulos como Stardust (2007) y la pendiente de estreno por aquí, Kick-Ass (2010). No obstante, una vez vista se reconoce que sus implicados han tirado por el camino fácil. Demasiado fácil. Tanto que The Descent 2 es algo así como un remake involuntario. No solo es que repita el escenario, lo cual es coherente, sino que las situaciones, incluso en su estructura, son similares. Las únicas “novedades” las aportan el aumento de salvajismo en los ataques de las criaturas (aunque la sangre es misteriosamente rosada) y la aparición, sin mucho sentido, de una de las victimas de la primera entrega, que debería estar más muerta que los dinosaurios. Es por esto y muchas más razones que nos va dando el guión que, para disfrutar, o al menos pasar el rato, debemos olvidar lo de hacer preguntas. En caso contrario, costará entender como a la única que salió de las cuevas la sacan del hospital (todavía en estado de shock y muy traumatizada) para que acompañe a la policía y su grupo de rescate al mismo lugar dónde hace horas vivió un infierno. Claro que, la muchacha parece no recordar nada. Obviamente, una vez dentro, irá recordando que en las cuevas acechan criaturas con las que no se puede mantener una charla.



Aunque, por suerte, no ha sido el subproducto que muchos creíamos, tampoco ha ido más allá de la pura funcionalidad para salvar la papeleta. Tiene alguna escena de tensión que recuerda lo mejor de la primera, aunque son cosas puntuales. En general, desaparecido el factor sorpresa y con una notoria desgana por innovar o crear un suspense trabajado, todo pasa por el filtro de un deja vu que busca la complicidad en el fan que no ande con exigencias. Hay más acción, menos suspense. Hay más sangre, pero menor impacto. Hay más criaturas, pero ya no inquietan, sólo distraen. Y bueno, hay un final tramposillo que deja abierto el camino a una posible franquicia de video club.

Valoración (0 a 5): 2,5




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Iron Man 2 arrasa en su estreno, aunque no supera el record



En los días previos al estreno en Estados Unidos de Iron Man 2, se ha hablado más de lo que conseguiría recaudar en sus tres primeros días que sobre el contenido de la película. Los analistas pusieron sus cifras por las nubes. La apuesta más alta era comprobar si la nueva aventura del hombre metálico podría superar a la de otro hombre, el murciélago, que hasta ahora mantiene el record de ingresos en el primer fin de semana. Hablo de El caballero oscuro (The Dark Knight, 2008) y sus 158 millones en dicho periodo de tiempo. Al final, Iron Man 2 se ha tenido que “conformar” con algo menos, reuniendo unos, aún así espectaculares, 133 millones. De este modo, tambien se queda por detrás de otro gran estreno “superheroico”, el de Spider-Man 3 (2007), que arrasó con 143 millones. Lejos de esa guerra de poder, la película se ha estrenado en un fin de semana sin competidores, por lo que le ha sido fácil hacerse con un 72% del total de las entradas vendidas entre las diez principales. Así mismo, ha recaudado 27 millones más que la primera parte hace dos años. En aquel caso, Iron Man terminó su recorrido nacional con 317 millones, manteniendo buenos descensos gracias al boca al boca. Es difícil que la segunda parte consiga tal apoyo en semanas venideras, por lo que su descenso será más agudo. Nada problemático, pues los 330 millones parecen una cifra segura. Además, Iron Man 2, curiosamente, se ha estrenado en varios países (entre ellos España) una semana antes que en el suyo, y los 267 millones que recaudó la primera parte se verán superados sin problemas, a juzgar por los casi 200 que acumula en sólo diez días.

Alicia en el país de las maravillas (Alice in Wonderland, 2010)


Alicia en el país de las maravillas – de titulo original Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas- es un clásico imperecedero de la literatura universal. Su creador, el sacerdote anglicano y escritor británico Lewis Carroll. El particular e imaginativo universo que creó en su obra ha sido, desde su primera publicación en 1865, una montaña de ideas e influencias para literatura y el cine fantástico, e incluso para la música y la pintura. Su complejo entramado ha conseguido que fuese no solo pieza de lectura para niños, sino también objeto de estudio del mundo adulto en ámbitos profesionales (matemáticos, psicólogos, filósofos). La historia tuvo continuación en 1871 con la menos reconocida A través del espejo y lo que Alicia encontró allí. El cine, desde sus primeros años de vida, puso en imágenes la obra de Carroll, contándose hasta la actualidad más de una decena de adaptaciones. La más popular, y posiblemente la mejor, siempre ha sido la que llevó a cabo Walt Disney en formato animado allá por 1951. De hecho, generalmente la obra es conocida a raíz de tal película, que sin embargo adaptaba también parte de la secuela literaria. Que ahora, en el 2010, se estrene una nueva versión con Tim Burton detrás de las cámaras era algo que, si no durante este año, alguno tendría que ocurrir. Y es que el universo de Alicia está totalmente casado con el imaginario y las inquietudes, incluso personales, del extraordinario cineasta.


Anticipando que los universos de Carroll y Burton se dan fácilmente la mano, así como que el talento de su director está fuera de toda duda, la espera ante la nueva Alicia no hacía más que crecer en expectativas. Precisamente, tales expectativas son las que pueden jugar una mala pasada durante el visionado. Me explico. Alicia en el país de las maravillas, versión Tim Burton, no es una mala película. Sin embargo, me ha resultado más funcional que magnifica, más eficaz que transcendente. Si la hubiese dirigido un Joe Johnston o un Cheris Weitz cualquiera, no sorprendería. Pero hablamos de la esperada puesta en imagen de un gran creador, autor, trabajando sobre un universo que le daba muchas y ricas posibilidades. Con esto en cuenta, hay que restarle algún que otro punto al resultado final. No obstante, avisar desde el principio que Burton no ha hecho un remake de la película de Walt Disney, ni una revisión de la obra literaria. En realidad, lo que ha pretendido es llevar los personajes de aquellas a su terreno, y a partir de ahí confeccionar una nueva historia (sin olvidar ciertas situaciones) que más bien parece una continuación cinematográfica. Alicia no es una niña, sino que ya ha pasado la mayoría de edad y está a punto de ser casada, sin ella quererlo, con un horrendo tipo con el titulo de Lord (no olvidemos que la acción se sitúa en el siglo XIX). Su salida a tan incomoda situación es perseguir a un conejo blanco, que la llevara hasta la entrada del nuevo mundo de las maravillas. Lo que ocurre es que, una vez dentro, sus habitantes ya parecen conocerla, pues es la Alicia que les visitó de niña, aunque ella al principio no lo tiene tan claro.


Pese a que se mantengan los personajes (Sombrerero, Gato de Cheshire, Reina de corazones, Conejo blanco, etc.), estamos ante otra cosa. La odisea pesadillesca que, en realidad, nos contaba la obra original, aquí sucumbe ante una aventura preciosista y digital en abundancia. El rodaje en las nuevas tres dimensiones es un acierto de cara a sumergir al espectador en las situaciones, pero éstas, pese a resultar casi siempre entretenidas y simpáticas, no destacan más allá de lo esquemático. Introducción, desarrollo y, sobretodo, desenlace, suceden de forma rápida y sin entrar en muchos detalles. Parece que importa más deslumbrar con algunos efectos y crear nostalgia con variados guiños que entusiasmar a un espectador algo más exigente. Un espectador que seguramente busca en un nuevo Burton algo más que un bonito y distraído juguete de 250 millones de dólares (¡!). El elenco de intérpretes es espectacular, y se nota que no han ido al rodaje con intención de ganar premios, sino de pasárselo bien junto a un colega. El caso más obvio es el de su inseparable Jhonny Depp, en otra de sus creaciones festivas y muy “liberales” en la línea del Jack Sparrow de la saga Piratas del Caribe (Pirates of the Caribbean, 2003 - ¿?) para reinventar al Sombrerero. Otros que se pasean por allí (algunos sólo con la voz) son Helena Bonhan Carter, Anne Hathaway, Christoper Lee, Crispin Glover o Alan Rickman. Todos bastante correctos salvo la que debería haber sido más creíble, la propia Alicia. Y es que la joven y primeriza Mia Wasikowka, aunque físicamente da el pego, como actriz no consigue transmitir a penas una emoción.


En todo caso, el mensaje sigue presente. Aquel viaje de Alicia la sirve para comprender que uno tiene que ser él mismo, y que pese a los problemas en nuestra vida diaria, la solución no se encuentra en viajar a mundos imaginarios, sino resolverlos en el nuestro. Un mensaje al que se llega después de contemplar buenos efectos especiales, un desfile de interpretes con talento pasándoselo bien, una dirección artística notable, correcta banda sonora (de Danny Elfman, como de costumbre), un guión flojo y, al fin y al cabo,  un director que sabe que ya no tiene que demostrar mucho y que en los últimos años parece haberse hecho mayor. Su sentido transgresor, su pasión por la fantasía gótica, oscura, plagada de humor negro (pese a todo, siempre accesible al gran publico), salvo alguna excepción (¿un barbero diabolico?), va transformándose en colorido, poca sutileza y, puede, una mayor desgana.  Aún así, sigue siendo una buena elección sentarse en un cine y ver cada daño lo que hace. Porque, aunque es cierto que su ultima película realmente destacable fue Sleepy Hollow (1999), tengo que admitir que derramé algunas (bastantes) lagrimas con el final de Big Fish (2003) o que ésta Alicia, aunque no sea ni de lejos un Eduardo Manostijeras (Edward Scissorhands, 1990), tampoco es El planeta de los simios (Planet of the Apes, 2001).

Valoración (0 a 5): 3



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domingo, 9 de mayo de 2010

Vinyan (2008)


Recuerdo, en el festival de Sitges de hace varios años, quedarme con ganas de ver Calvaire (2004). Era una de esas películas muy comentadas en el certamen, dentro de selectos grupos de aficionados. Lo que me llamó la atención, además del subgénero (me trago todo lo que tenga que ver con el survival) fue la radical diversidad de opiniones que suscitó. Unos hablaban de ella como un peliculón absorbente y cruel, y otros la repudiaban a los treinta minutos. Indiferente no debería dejar. Este tipo de películas siempre suponen un buen reto para el aficionado. Cuando por fin la tuve en casa (puesto que su distribución en cines por España, para variar, no existió) mis expectativas fueron cubiertas del todo. En Calvaire conocí a su prometedor director, el francés Frabrice Du Welz, otro más del club del nuevo cine de género de su país, donde parece ser que no se andan con tonterías. En esps momentos y más adelante, Julien Maury, Alexander Bustillo, Pascal Laugier o Alexander Aja siguieron el camino, con resultados sorprendentes. Pero se intuía ya, con ésta su primera película, una diferencia respecto a dicho club. Y es que a Du Welz también le gusta la crueldad, lo malsano, pero prefiere no cubrirlo de demasiada hemoglobina. Lo suyo es más un rollo psicológico: intentar incomodar con los comportamientos de los personajes y sus situaciones más allá de despedazarlos explícitamente. A parte, su estilo es agobiante por pausado. Se toma su tiempo para llegar a los clímax, lo que puede suponer el saludable reto que apuntaba al principio, o la irritación del personal. En ese sentido me recuerda un poco a otro director francés a tener en cuenta, el polémico Gaspar Noé.


Por tanto, después de disfrutar (aunque sea en sentido malicioso) con la citada Calvaire, lo nuevo que hiciese este director contaba con mi espera impaciente. Su nueva película, Vinyan, se ha tenido que conformar, al menos en España, con una distribución igual de inexistente. Es por ello que hasta ahora, gracias a mi amiga la red, no he podido echarla un vistazo. ¿La espera ha valido la pena? No tanto como en el otro caso, aunque es mejor analizar los motivos. El primer motivo, principal, es que después de aquella magnifica Calvaire, su director tenía mucho que demostrar. No es tarea sencilla, y tampoco es que haya ido por el camino fácil, pero hay que adminir que salvo momentos puntuales Vinyan no sobrecoge, ni impacta, ni interesa tanto. El marco de la acción pasa de un pueblo perdido lleno de paletos zumbaos a una isla situada en el Bangkok post Tsunami. Los protagonistas ahora son un matrimonio que ha perdido a su hijo tras la catástrofe, y se aventuran en tierras y con gente de dudosa fiabilidad para aprovechar lo poco que les queda de esperanza. No obstante, aunque el entorno cambie, el fin de su anterior película y ésta sigue siendo el mismo: trazar la delgada línea entre la cordura y la locura del ser humano. El viaje de la pareja se convierte en un in crescendo surrealista. Pese a que, en la primera hora, podamos pensar que no es más que telefilme tipo “padres coraje buscan a su hijo perdido”, aunque rodado con más estilo, lo bueno llega en el ultimo tercio. Es ahí, puede que a propósito, cuando Du Welz lleva a sus personajes, y en cadena al espectador, a un viaje por los horrores de la mente. Al igual que en su primer trabajo, habrá quién disfrute con lo propuesto, mientras que el resto se sentirá ofendido, aburrido o ambas cosas.


Guste más o menos, resulte interesante o un bodrio, hay que aceptar que el cine, o al menos lo visto hasta el momento que hace este hombre, tiene su miga. Sabe componer planos, crear situaciones malsanas y jugar con el espectador, provocarlo. Para bien o para mal, consigue sus propósitos. Algo debe tener cuando, después del escaso ruido comercial de Calvaire, dos estrellas (Emmanuele Beart y Rufus Sewell, bastante correctos ambos) han aceptado trabajar con él en otro proyecto claramente minoritario. Ya es difícil hacer una película. Más difícil es llevarla a los cines. Pero lo que realmente es difícil es que, aunando calidad, estilo y raíz autoral, uno haga lo que le de la gana y se lo financien. No se de quién será primo, hijo o nieto este Du Welz, pero de momento le sale bien la jugada. Dentro de su mezcla de géneros (sobretodo suspense, pero bien aderezado con terror de varios tipos, drama y tocando subgéneros como el de “niños malvados” en un entorno que podría recordarnos al sucio “mondo” italiano) y de sus pretensiones no cumplidas, se esconde una obra que merece ser vista. Eso sí, con predisposición y algo de paciencia .

Valoración (0 a 5): 3



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