sábado, 27 de febrero de 2010

De estreno: Cielos personales, venganzas y vampiros


Semana bastante interesante y variada la que toca. Tenemos un menú de tres platos. Para empezar, podemos ver que ha hecho Peter Jackson en su regreso al drama con elementos fantásticos que tan buen resultado le dio en Criaturas celestiales (Heavenly Creatures, 1994). The Lovely Bones es la adaptación de una popular novela de Alice Sebold, en la que una niña es violada y asesinada. Al morir, viaja a un cielo muy particular, desde el que hará todo lo posible para que cacen a sus asesinos, que ahora también van a por su familia; De segundo plato podríamos optar por otra en la que una joven es asesinada, aunque en éste caso el padre de la victima tendrá menos paciencia con los verdugos. Se trata de Al limite (Edge of Darkness), que supone el regreso a la actuación de Mel Gibson después de su (magnifico) periplo en la dirección; Ya por ultimo, pero no menos interesante, tenemos de postre Daybreakers, una de vampiros contra humanos (éstos últimos en un mundo donde son minoría) con trío protagonista de lo más llamativo: Ethan Hawke, Willem Dafoe y Sam Neill. La dirección corre a cargo de los hermanos Spiering, que sorprendieron con la divertida Los no muertos (Undead, 2003).

jueves, 25 de febrero de 2010

El juego del mal (Amusement, 2008)


En uno de mis viajes por la red encontré por casualidad éste directo a video. Por lo general, suelen ser subproductos sin demasiado interés, ni siquiera en el ámbito más cinéfago. Pero, masoca que es uno, y ya que es gratis, decidí hacerme con ella para verla con expectativa cero. Nada más comenzar, las vibraciones fueron mejor de lo esperado. Una sorpresa, vaya. Y es que El juego del mal posee una dirección y factura más solventes de lo habitual en éstas pequeñas producciones. A parte, según avanza la trama, su estructura resulta llamativa. Lo que en principio parece una película “de historias”, es decir, de esas de terror de toda la vida con varios segmentos y sus respectivas tramas, hacia la mitad va condensando dichos argumentos en uno único. A medio camino entre el slasher de los setenta y ochenta y el más de moda torture porn. No obstante, aunque en todo momento resulte entretenida y con alardes de razonable inventiva, son los primeros cuarenta minutos, realmente geniales, los que suben la nota al invento. Mantener la calidad de esos minutos, en un directo a video, ya sería pedir demasiado.


En unos curiosos títulos de crédito nos presentan a las tres jóvenes protagonistas, que tienen para ellas los tres segmentos titulados con sus respectivos nombres. Y también nos presentan a un tipo con conducta bastante sicótica que, como iremos viendo, tendrá bastante ver con todas ellas. No es que El juego del mal cuente nada nuevo, puesto que incluso su estructura recientemente la vimos, similar, en la magnifica Truco o trato (Trick r Treat, 2008), pero tiene un “algo” añadido a una serie de buenas ideas de resolución en el guión, que no desvelaré aquí, que hacen de ella un producto, no sobresaliente, tal vez tampoco notable, pero sí por encima de la media en su categoría. De hecho, el segundo segmento, en el que una de las jóvenes acude a cuidar a sus sobrinos en una casa plagada de muñecos, contiene momentos de tensión que ya quisieran muchas películas estrenadas en cine durante éste siglo XXI.

domingo, 21 de febrero de 2010

Shutter Island arrasa en su estreno


Sorprendente estreno el que se prevé para Shutter Island. La esperada nueva película de Martin Scorsese, pese a que no parece de esas “para todos los gustos”,  se ha hecho con el aplauso casi unánime de la crítica y el público, y eso se ha visto reflejado en taquilla. Tanto que, según los datos provisionales, su estreno en Estados Unidos estará rozando los 40 millones de dólares. Una cifra magnifica y alentadora, pues Shutter Island es una propuesta adulta y compleja, un tipo de cine que en los últimos años ha dado pocas alegrías en lo comercial. Así, su recorrido es esperable que siga vías similares al reciente de Malditos bastardos (Inglorious Basterds, 2009), otra película adulta y poco sencilla, firmada por un autor con estatus y protagonizada por una estrella conocida. En éste caso, se estrenó con 37 millones y terminó recaudando 120 millones, más los casi 200 millones, también en dólares, que amasó en el resto del mundo. Este triunfo deja a su protagonista, Leonardo DiCaprio, aspirando a que 2010 sea uno de sus mejores años tanto a nivel comercial como artístico, pues aún tiene pendiente el estreno de la esperadísima Origen (Inception), mega-producción dirigida por Christopher Nolan.

sábado, 20 de febrero de 2010

El futuro es el pasado...retocado


¿Qué tienen en común Titanic, Gremlins, Alien, Mary Poppins, Los cazafantasmas, La guerra de las galaxias o El señor de los anillos? Pues así, ahora mismo, que todas ellas fueron grandes éxitos comerciales y/o han ido trascendiendo como fenómenos sociales en sus generaciones de aficionados y las siguientes. Pero, a partir de ahora, puede que haya una semejanza más. Y es que en Hollywood se han dado cuenta de que el 3d es el futuro de la exhibición cinematográfica, o al menos lo será durante la presente década. Entonces, han pensado que para qué estrenar sólo nuevas películas en tal formato si pueden hacer caja, y seguramente mucha, añadiéndoselo por un módico precio a películas ya consagradas para, así, estrenarlas en cine de nuevo y sacar las correspondientes ediciones en Dvd y Blu-Ray. Seamos claros ¿iría la misma gente a ver el reestreno de Titanic en 3d que sin él? Rotundamente, no. De añadirle tal formato, incluso se (re) estrenaría como algo nuevo, o mejor, novedoso. Por tanto, tendría una nueva vida comercial bastante jugosa. Las películas citadas son algunas de las que se anda tanteando, pero habrá más si la cosa va bien.

Los sustitutos (Surrogates, 2009)


Los sustitutos es una referencia directa al estado de la carrera de Bruce Willis. Desde hace varios años, y a excepción de algunos agradecidos papeles secundarios, uno de los héroes de la acción por antonomasia de los noventa y finales de los ochenta ha ido cayendo en propuestas que, si bien suelen entrar dentro de la corrección, nunca pasan de tal intrascendencia. Ahí están Hostage (2005), 16 calles (16 Blocks, 2006) o La jungla 4.0 (Live Free or Die Hard, 2007), a las que viene a sumarse la que nos ocupa. El problema no es que sean malas, pues en este aspecto ni están mal realizadas, ni mal interpretadas, ni resultan aburridas. Entonces ¿qué ocurre? Pues ocurre que son propuestas que, dentro de sus temas, artífices, presupuestos y, supongo, pretensiones, distan de lo esperado, que es algo más que una simple corrección de usar y tirar. Los sustitutos cuenta con una trama interesante sobre el papel, pero desarrollada en pos del “nos importa un carajo que pueda ser mejor, con lo que hay vale para estrenarla”. Es lo que ya demostró su director, Jonathan Mostow, al despreciar una oportunidad de órdago como dirigir Terminator 3, la rebelión de las maquinas (Terminator 3: Rise of the Machines, 2003), aunque con el guión encargado poco más se podía hacer.


El guión es una adaptación, más bien superficial, de la novela grafica de Robert Venditti. El tema a tratar, aunque centre la acción en el futuro, es algo en cierta medida presente ya en nuestros días. La necesidad de poder optar por un físico perfecto, de no envejecer y plantar cara al paso de los años, ha ocasionado la irrupción de un polémico invento. Los avatares, modelos robóticos que suplantan la vida de sus dueños, que los manejan a través de una especie de control remoto desde su casa. Estos “sustitutos”, aunque creados en muchos casos según el modelo (la persona) original, cuentan con un aspecto físico más saludable, más joven, pero también menos humano, sin alma. No todo el mundo está de acuerdo con el nuevo modo de entender la “vida”, y se crean grupos anti-sistema que pretenden alejarse de los avatares, y algún día rebelarse y acabar con ellos. La irrupción de un individuo, humano, que porta un peligroso armamento capaz de destruir los modelos robóticos (y a la vez al propio dueño) hará que un policía, encarnado por Bruce Willis, tenga que salir de su particular anonimato casero, y enfrentarse a la investigación por sí mismo. Esto terminará haciendo que se plantee si la filosofía de vida imperante no es más que una farsa.


Como dije, la cosa, a priori, suena interesante. Es un argumento que podría no solo entretener durante noventa minutos, sino plantear numerosos interrogantes, hacer recapacitar sobre comportamientos no lejanos a la realidad que nos ocupa, y ocupará. Pero nada de eso. La película, realizada con buen envoltorio, carece de un alma real. Vaya, que parece que la ha dirigido uno de esos avatares. Entretiene, más o menos, no resulta insultante en ningún momento, y casi puedo afirmar que tampoco mediocre. No obstante, es esa falta de verdadera esencia, de pretensiones trascendentales no cumplidas, lo que hace que decepcione. Si quiero ver cine de usar y tirar en el que no importe nada, más allá de divertimentos triviales, hay otras propuestas que elegir y seguro que, por su modestia y humildad, terminan siendo más disfrutables que Los sustitutos. Pero, si se nos ofrece una historia interesante, un director que se supone con algo de talento, unos actores por encima de la media y un material a adaptar con suficiente potencial, se espera un resultado que no raspe el aprobado por los pelos. Cosas de la exigencia del espectador medio actual.

viernes, 19 de febrero de 2010

De estreno: Una prisión con inquietantes secretos, y un chaval descendiente de Poseidón


Thriller con elementos sobrenaturales, suspense y terror, dirigido por Martin Scorsese y protagonizado por Leonardo DiCaprio, Mark Ruffalo y Max Von Sidow, entre otros. No hace falta decir más para entender que estamos ante una de las propuestas imprescindibles, a priori de ver para opinar, de este 2010. El interés reside, además, en saber como se desenvuelve Scorsese en este tipo de cine, cuyo representante más cercano durante su carrera pudiera ser la genial El cabo del miedo (Cape Fear, 1991). Shutter Island, basada en la novela The Executioners, de John D. McDonald, nos adentra en el misterio que envuelve a dos agentes federales (DiCaprio y Ruffalo) que tienen la misión de investigar la fuga de una reclusa de un centro psiquiátrico penitenciario, situado en una remota isla; Para un publico infantil-juvenil llega Percy Jackson y el ladrón del rayo (Percy Jackson & the Olympians: The Lightning Tief), adaptación de la primera parte de una popular saga de novelas escritas por Rick Riordan. Dirigida por Chris Colombus, y con un reparto de caras conocidas como Pierce Bronan o Uma Thurman en papeles secundarios, narra la historia de un chaval que, de pronto, descubre que es el hijo de Poseidón (¡!) y se une a otro chaval, que resulta ser un sátiro, y recorren los Estados Unidos luchando con criaturas mitológicas, dioses y demás.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Primeras cifras de El hombre lobo y Percy Jackson


La taquilla de El hombro lobo ha ido acorde con la propia película. Correcta, pasable, pero se podría esperar más. En realidad, los 35 millones de dólares que ha recaudado en su estreno (fin de semana más el festivo del lunes) en Estados Unidos no serían para nada una mala cifra, si no fuese porque el presupuesto se les fue de las manos. Y es que, en principio, el presupuesto asignado de 85 millones, que ya de por sí era algo elevado, pasó a más de 100 millones debido a diversos problemas en el rodaje. Algunas fuentes afirman que el coste ha llegado a los 150 millones, y así es como lo cifra oficialmente la fiable web Boxofficemojo. Con los datos sobre la mesa, está claro que las cuentas no van a salir. Siendo una película de terror, que suelen caer entre el 50 y el 60 por ciento en su segunda semana, y sin estar cosechando el boca a boca deseable, no sería de extrañar que terminase su carrera comercial por allá con unos 70 millones. Le tendría que ir muy bien en el resto del mundo para llegar a dar algún beneficio en su exhibición en salas. En España las cifras son similares: correctas, aunque algo por debajo de lo esperado. Los 1,9 millones de euros ingresados no están mal, pero un total que rondará los 5 millones sabe a poco respecto a la envergadura y expectativas de la propuesta.


El fantástico también ha sido protagonista en la cartelera de Estados Unidos con el estreno de Percy Jackson y el ladrón del rayo (Percy Jackson & the Olympians), otra adaptación de una de esas sagas de novelas familiares de éxito. Pese a que el, llamémoslo subgénero, lleva agotado unos años y no ha cosechado a penas un éxito a excepción de la saga Harry Potter, por Hollywood parecen seguir intentándolo. Esta vez dirige Chris Columbus y hay un reparto interesante con secundarios como Pierce Brosnan, Uma Thurman o Sean Bean. Los ingresos de los cuatro días de estreno ascienden a 38 millones. Podría ser este un caso similar al comentado con El hombre lobo. La diferencia, aunque aún esta por ver, es que el cine familiar acusa descensos menos agudos en las siguientes semanas. El presupuesto de Percy Jackson ronda los 100 millones, y esa es la cantidad a la que podría acercarse. De su paso por el resto del mundo dependerá que se trate finalmente de un éxito moderado o se quede en tierra de nadie.

El hombre lobo (The Wolfman, 2010)


El mito del hombre lobo lleva existiendo siglos dentro de la cultura popular. En general es una figura puramente fantástica, aunque hay unos cuantos que creen en su existencia. En ese sentido, más bien deberíamos hablar del licántropo. Se suelen confundir los términos, cuando éste último puede ser un hombre que no ha sufrido ningún cambio físico, encontrándose la condición en su propia psiquis trastornada. El hombre lobo, el mito fantástico, es un ser monstruoso cuya fuerza y agresividad superan las de cualquier ser humano, aunque en parte siga siéndolo. El cine empezó a tratar al personaje en Werewolf in London (1935), aunque no fue hasta El hombro lobo (The Wolf Man, 1941), producida por la Universal, cuando fuera visto en su perfil más reconocible actualmente. A partir de ahí, decenas de películas han puesto, mejor o mayormente peor, su granito de arena al tema. Desde clásicos como Aullidos (The Howling), Un hombre lobo americano en Londres (An American Werewolf in London), curiosamente ambas estrenadas el mismo año, en 1981, hasta los blandengues (y digitales) referentes modernos de Van Helsing (2004) o Luna nueva (New Moon, 2009), pasando por el licántropo español encarnado en numerosas ocasiones por el recientemente fallecido Paul Naschy.


La película que nos ocupa viene a actualizar la obra de 1941. Su protagonista y productor, Benicio del Toro, se ha declarado incontables veces fan absoluto del personaje, su mitología y el cine de terror clásico. Ahora bien, Nicolas Cage también es un devorador de todo lo relacionado con el motorista fantasma, tatuaje incluido. Pese a ello, quien haya sido torturado con la adaptación que protagonizó para la gran pantalla sabrá que su afición no es motivo para que las cosas salgan bien. No os asustéis. El hombre lobo dista mucho, para bien, de tan magna obra de arte con un motorista diabólico que “bebe” vasos de lacasitos. Aún así, la sensación que deja éste moderno hombre lobo es la que muchos han descrito desde la primera sesión. No es una mala película, pero tampoco lo suficientemente buena. Es superior a varias de las cosas que hemos visto en años recientes dentro del subgénero, pero la falta un hervor, o varios, para ser el adecuado representante para nuevas generaciones de aficionados. Esa era la motivación de sus responsables si nos fiamos de sus entrevistas: crear para los jóvenes de hoy una película que significase lo mismo que la de 1941 para sus respectivos espectadores.



A decir verdad, no se puede negar que sea entretenida. Se ve sin problemas, aunque el problema, valga la redundancia, llega cuando al rato de salir de la sala a penas recuerdas dos o tres escenas. Una golosina visual que podría haber sido una gran película. Ahí están las buenas interpretaciones de su acertado casting, con Benicio del Toro, Hugo Weaving y un Anthony Hopkins esperando a cobrar el cheque y, pese a ello, dando otro recital de cómo actuar de forma convincente, a la cabeza. Tenemos también una atmosfera notable, unos efectos efectos especiales casi siempre correctos y buenas dosis de cuerpos desmembrados. Entonces, una de dos, o lo que falla es un guión poco desarrollado del otras veces muy eficiente Andrew Kevin Walker, o el problema ha sido su complicado rodaje y la aún más conflictiva post producción. Y es que, aunque lo hayan intentado camuflar, se nota en varias ocasiones que se les fue de las manos lo que tenían pensado. Aquí es donde podría entrar su director, el poco apropiado Joe Johnston, que ya demostró en Parque jurasico 3 (Jurassic Park 3, 2001) que lo suyo no es manejar presupuestos holgados (el de El hombre lobo ronda los 100 y 150 millones de dólares, según la fuente).


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lunes, 15 de febrero de 2010

El padrastro (The Stepfather, 2009)


Cuando vas a comprar el pan a una panadería normal y corriente, adquieres la barra y luego la pruebas de camino a casa, piensas “que crujiente, que rica”. En cambio, vas a un horno sofisticado de una pastelería profesional, adquieres tu barra y de camino a casa, al darle un bocado, piensas “esto si es pan”. Una película como la que nos ocupa lleva consigo, desde su concepción, el mal menor del primer ejemplo. Esto es, puede salir una película mucho mejor, y seguramente sus responsables lo saben, pero piensan que con hornearla lo justo, de forma más o menos rápida y ponerla a la venta lo antes posible, aunque nadie quede entusiasmado con su sabor, al menos muchos durante el primer fin de semana pasarán el rato y, de paso, les devolverán el dinero que ha costado su fabricación. Los ingredientes ya los conocemos: un director televisivo y/o de videos musicales, novato en la gran pantalla, que por un módico contrato pone en imágenes, de la forma más correcta y funcional posible, un guión que sirve como excusa para el condimento. Ese condimento es algún que otro momento de suspense, algún que otro de terror con violencia soft (cosas del PG13) y otro tanto de cuerpos jóvenes expuestos con poca ropa (pero sin enseñar nada, faltaría) aunque se encuentren estudiando o manteniendo una charla sobre el devenir del mundo.


Lo curioso es que, aunque la formula esté agotada desde hace décadas, aunque conozcamos la historia no sólo de su modelo a remakear (el pequeño clásico homónimo de 1987), sino de tantas otras imitaciones, aún así, coño, entretiene. Como aquel pan que no es nada del otro jueves, pero sin embargo cumple su cometido de acompañar bien cualquier almuerzo. Son un tipo de películas tan medidas, tan difíciles de cuestionar dentro de determinado nivel (bajo) de exigencia, que se hacen simpáticas. Da igual que todo pase tan rápido que no te de tiempo para hacer demasiadas preguntas (de ahí la táctica de estos guiones), que al minuto diez ya sepamos quien es el malo, que motivaciones tiene con la mujer que acaba de conocer (de la nada, en un súper, preguntándola sobre una salsa y al poco están pensando en casarse) y cual será el desenlace. Cierto es que un mayor desarrollo de los personajes hubiera conseguido que nos sintamos metidos en la trama, que la saboreásemos con el pan de horno profesional, pero lo que queda, sin saber mal, trasciende lo que dura el bocado. Luego, el olvido más profundo. Tal vez por eso, horas después de verla, no puedo contaros mucho más.




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Celda 211 recibe lo que merece en los Goya


Me alegra ver que se premia como es debido a una película como Celda 211. No solo porque era indiscutible su superioridad en la normalmente poco inspirada selección anual de cine español, sino porque, espero, su éxito a todos los niveles sirva de toque de atención a la industria. Celda 211 no se trata únicamente de un peliculón, sino de la prueba de que hay mucha gente interesada en el cine español. En un cine comercial de calidad que no se olvida de los espectadores, pero tampoco les toma por idiotas. Con ejemplos como éste, la también premiada Ágora, u otras como Rec (2007) y su secuela, Rec 2 (2009), queda claro que se puede hacer, y hay que olvidarse en gran medida de los bodrios con carácter victimista de gente como Vicente Aranda (su recién estrenada Luna caliente se ha estrellado de forma estrepitosa), José Luis Garci, etc.
Los premios obtenidos por Celda 211 han sido: Mejor película, director (Daniel Monzón), actor (Luis Tosar), actriz de reparto (Marta Etura), actor revelación (Alberto Ammann), guión adaptado (Daniel Monzón y Jorge Garricaechevarría), montaje (Mapa Pastor) y sonido (Sergio Burmann, Jaime Fernandez y Carlos Farauolo).

Saw VI (2009)


Saw VI será recordada dentro de la saga, al menos en España, como la película prohibida. De todos es sabido a estas alturas que la actual ministra de cultura, con su sequito de ineptos, hizo un intento (esperemos que sin continuación) de volver a la censura franquista, pero esta vez desde un gobierno, ejem, socialista. La calificación X que otorgaron, sin ningún sentido, a la sexta entrega de tan exitosa saga tuvo una importante consecuencia: se convirtió en una de las películas más descargadas por Internet, de forma gratuita, del pasado año. Es decir, que su intento de que no se vea tal “degradante” obra, el resultado que obtuvo fue que, los que la querían ver, la vieron de igual modo y sin pagar, y además crearon un morbo y publicidad añadidas para que otros quisieran comprobar si había para tanto. No sé si fue una estrategia para beneficiar alguna que otra producción española que se estrenaba al mismo tiempo, o tan solo un venazo conservador sacado de quicio. Lo que ha quedado claro es que de estrategia publicitaria por parte de la propia distribuidora nada, puesto que, pasados unos meses, no se ha estrenado. Dicho esto, dejemos en paz el polemico tema de la censura (del cual ya se habló por aquí en su momento) y pasemos a hablar de la película en sí.


La saga que comenzó con la correcta Saw (2003)  ha ido viajando al vacío de ideas con cada nueva entrega, tocando fondo con la realmente floja Saw V (2008). A partir de ahí, pensar en nuevas continuaciones desde el lado económico, visto lo visto, parecía imposible de evitar, pero en cuanto a la creación de expectativas por parte del aficionado la cosa había menguado de forma alarmante. Tal vez por eso Saw VI ha sido la menos exitosa en lo que va de serie, aunque, curiosamente y para total sorpresa, se convierte en la secuela más interesante y lograda. Ante todo debo decir que nunca he sido fan de la franquicia, sino que la he ido viendo, paso a paso, por puro afán completista como amante del género de terror. Ninguna entrega me parece especialmente reseñable, ni comparto el culto que se ha creado en torno a ellas, similar al de cualquier (superior) saga con Freddy Krueger o Michael Myers. He de reconocer, aquí sí, que el icónico villano Puzzle (o Jigsaw) tiene la suficiente personalidad y un fuerte “carisma” como para entrar en el club de psycho killers por excelencia del celuloide. Pese a que el paso del tiempo en la saga no le ha tratado del todo bien, y pese a que su presencia a estas alturas sea, por razones obvias de guión, algo anecdótico, su peso en las seis películas se mantiene como el gran valor de las mismas. Luego están las “trampas”.


Tal como he comentado, Saw VI es la mejor de las secuelas estrenadas hasta ahora. El principal motivo es que su trama, la forma de hilar las situaciones, ahora resulta entretenida y, en ocasiones, interesante. Esto es una gran diferencia respecto a las poco trabajadas secuelas anteriores, en las que todo el interés quedaba en manos del “más cruel todavía” dentro de las maniobras criminales de Jigsaw y sus aliados. Ahora bien, si nos ceñimos a esas trampas, a esos juegos maléficos “con mensaje moral”, también podemos ver en Saw VI dos de las mejores. Hablo del brutal comienzo y de la muy publicitada escena de “la ruleta”. La primera por divertida en el sano sentido del cine gore, y la segunda por tensa, bien pensada y poner sobre la mesa un debate moral a tener en cuenta. El cambio de director parece haberle sentado bien. Sustituyendo a James Wan y Darren Lynn Bousman, el debutante (en labores de dirección) Kevin Greutert, pese a que se limita en parte a mantener de forma artesanal los esquemas de atmosfera y montaje ya conocidos, se esfuerza en seguir con interés lo que sucede y nos hace más participes, evitando el sentimiento de dejadez de Bousman (presente en la saga de la segunda a la quinta entrega).
Por cierto, para quien piense que a partir de aquí la saga tenía los días contados, más vale que lo piense de nuevo. La séptima ya está casi terminada, y la octava en proceso. Ambas se estrenarán en 3d.

Valoración (0 a 5): 2,5



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sábado, 13 de febrero de 2010

De estreno: El regreso del hombre lobo


Después de innumerables problemas durante el rodaje y la post producción, de cambios en la fecha de estreno, por fin llega a los cines la esperada nueva versión de El hombre lobo (The Wolfman). Esperada, más si cabe, para que podamos comprobar de una vez que ha salido de todo esto. Se suele decir, y no sin razón, que cuando una película lastra tantos problemas el resultado tiende a ser desastroso. En este caso, a juzgar por las primeras reacciones del público, la cosa no parece haber ido tan mal. Protagonizada por Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Emily Blunt y Hugo Weaving, esta renovada visión del mito licántropo cuenta con cerca de 100 millones de dólares de presupuesto, y la dirección (esto da más miedo que los retrasos y los variados problemas) de Joe Johnston, el de Jumanji (1995) o Parque jurasico 3 (Jurassic Park 3, 2001), que no es que sea mal director, ni especialmente destacable, pero lo veo un artesano un tanto alejado de los tonos necesarios para una obra de este empaque. Ahora queda en nosotros evaluar si el regreso de uno de los mitos fantásticos por excelencia hace honor a su nombre.

jueves, 11 de febrero de 2010

Una de trailers: The Last Airbender, The Losers, El equipo A

Por fin tenemos un trailer que desvela  prometedoras imágenes de The Last Airbender, lo nuevo del genial (aunque últimamente un poco atascado) M. Night Shyamalan. Recuerdo para los despistados que se trata de una adaptación de la serie animada Avatar: La leyenda de Aang (Avatar: The Last Airbender, 2005 - ¿?). Se puede considerar el primer blockbuster propiamente dicho de su director. Y es que, aunque la mayoría de sus películas hayan contado con grandes éxitos comerciales, nunca han sido películas fáciles para el público “casual”, sino obras, gusten en mayor o menor medida, complejas y desconcertantes dentro del cine comercial. The Last Airbender, si nos fiamos del trailer, tiene toda la pinta ser un Shyamalan en parte distinto. No solo por el uso masivo de efectos especiales, sino por tratarse de una película concebida para gustar a cuantos mas mejor. Hay que esperar para verla en España hasta el 6 de Agosto.




Sigamos con una comedia de acción. Se trata de The Losers, que según pinta el trailer parece que al menos entretenida puede ser un rato. De reclamo en el reparto tenemos a la ascendente Zoe Saldana, que ha participado en los dos mayores éxitos de la ciencia ficción de 2009, Star Trek y Avatar. También se paseaan por ahí Chris Evans o Idris Elba. Para ponernos en situación, decir que se trata de la adaptación de un cómic escrito por Andy Diggie y con dibujos de Jock. La adaptación al cine corre a cargo de la renovada Dark Castle, otrora asidua del cine de terror. La historia es la de un grupo de fuerzas especiales que es traicionado, y por consecuente inician un plan para su particular venganza. Se estrena en Estados Unidos el 9 de Abril.




Para cerrar, comentar un trailer de esos que crearan reacciones dispares. La adaptación (si, esto va de adaptaciones) de la mítica serie televisiva El equipo A (The A-Team, 1983-1987) promete dar un nuevo aire, actual y sobretodo espectacular, a sus personajes. Concebida como blockbuster puro y duro, El equipo A cuenta con un reparto muy interesante, con Liam Neeson, Bradley Cooper, Quinton Jackson y Sharlto Copley como los cuatro héroes principales. Dirige Joe Carnahan, en lo que es su primer proyecto de gran presupuesto tras haber saboreado la cámara de Misión: Imposible 3 (2006), que finalmente se quedo J.J Abrams. Su estreno en España esta previsto para el 18 de Junio.


Akira cambia de propietarios


De muchos es conocido que Leonardo DiCaprio, a través de su productora, tenía en mente llevar al cine con personajes reales el clásico manga Akira (1988). Pues bien, después de varios intentos, parece que ahora es Warner Bros quien se ha hecho con la oportunidad de llevar a cabo tan arriesgado proyecto. La búsqueda de director ha desvelado un claro candidato, o en este caso candidatos, pues se trata de los hermanos Hughes, responsables de Desde el infierno (From Hell, 2001) y la reciente El libro de Eli (The Book of Eli, 2010). Por su parte, el guión vendrá firmado por Mark Fergus y Hawk Ostby, firmantes del libreto de Iron Man (2007). Si todo va bien, se supone que su fecha de estreno será durante 2011.

domingo, 7 de febrero de 2010

Los éxitos más beneficiosos del 2009


Cuando se habla de taquilla, muchas veces se obvia la inflación. Sin hacer caso de ella, Avatar se ha convertido sin problemas en la película que más ha recaudado en la historia del cine. Ahora bien, ajustando los datos, el puesto que ocupa actualmente, en lo que respecta a Estados Unidos, es el 21, con 627 millones de dólares. El objetivo que se plantea ahora es situarse entre los quince primeros si consigue superar los 678 millones (repito, ajustando la inflación) que consiguió El golpe (The Sting, 1973). El siguiente rival en la lista, en el puesto 14, lo tiene en El retorno del Jedi (Return of the Jedi, 1983), con 718 millones, una cifra que aún queda en duda que pueda superar. En lo que respecta a la recaudación mundial, Avatar empieza a jugar en otra liga. Y es que los 1.500 millones, también en dólares, que lleva ingresados hasta la fecha (manteniéndose número uno tras dos meses en muchos países) superan de lejos, aún con las cifras ajustadas, lo que ingresaron las citadas El golpe o El retorno del Jedi. Por lo que atendiendo a la recaudación global, es seguro que Avatar entrará, al final de su recorrido, entre las diez películas más vistas de la historia, superando éxitos de la talla de El exorcista (The Exorcist, 1973), Tiburón (Jaws, 1975) o E.T, el extraterrestre (E.T: The Extra-Terrestrial, 1982). El competidor actual más directo es, curiosamente, Titanic (1997), dirigida también por James Cameron. Según las cifras ajustadas a la inflación, Titanic hubiese ingresado en todo el mundo alrededor de 3.200 millones (976 de ellos en Estados Unidos). Avatar lleva camino de terminar con una recaudación mundial de 2.600 o 2.700 millones, y aún tendríamos que atender a que el mayor precio de la entrada en las sesiones 3d hace que haya que restarla espectadores. En este sentido, aunque en números actuales haya vencido a Titanic, tanto en cifras ajustadas como en espectadores, Cameron no podrá superar su propio éxito.


Pasemos a hablar de lo que dio de sí 2009 en cuanto a beneficios. Es una lista que era difícil elaborar hace un mes, puesto que aún había que comprobar el recorrido comercial de algunas propuestas estrenadas a finales de año. El caso de Avatar, sin ir más lejos. Al estrenarse, las previsiones situaban su recorrido comercial, en total, en alrededor de 1.400 dólares en todo el mundo. Como he comentado anteriormente, esa cifra la ha pasado sin pestañear. Su taquilla actual, tras ocho semanas en cartel, es de 2.105 millones, y como también apunté, ahora las previsiones se sitúan en torno a los 2600 o 2.700 millones. Haciendo caso de esto, empecemos con la lista de las que, a groso modo, serían las diez películas que más beneficios han conseguido durante el pasado año en su exhibición cinematográfica. Un dato antes. Se tiende a pensar que el que una película haya recaudado más que otra es que se trata de la más exitosa, cuando muchas veces no es así. Cuentan los presupuestos. La forma sencilla de sacar (repito, a groso modo, entendiendo que es un calculo superficial y existirán variaciones, pequeñas o no) es cogiendo lo recaudado y dividiendo por dos (que suele ser el dinero que se quedan los cines que las proyectan, distribuidores, ect). A lo que queda hay que restarle el presupuesto de la película, y siendo más exacta también la publicidad gastada, que para los blockbuster suele ser entre 50 y 100 millones, aunque haya casos como el de Avatar que hayan superado los 200 millones. Conseguir los datos de publicidad es complicado, por lo que nos quedaremos sólo con el presupuesto.

10. La proposición (The Proposition)

Recaudado: 295 millones
Presupuesto: 35 millones
Beneficio: 112 millones

9. The Blind Side

Recaudado: 340 millones (estimados)
Presupuesto: 30 millones
Beneficio: 140 millones

8. Up

Recaudado: 693 millones
Presupuesto: 175 millones
Beneficio: 171 millones

7. 2012

Recaudado: 775 millones
Presupuesto: 200 millones
Beneficio: 187 millones

6. Resacón en Las Vegas (The Hangover)

Recaudado: 460 millones
Presupuesto: 35 millones
Beneficio: 195 millones



5. Harry Potter y el misterio del príncipe (Harry Potter and the Half-Blood Prince)

Recaudado: 929 millones
Presupuesto: 250 millones
Beneficio: 214 millones




4. Transformers, la venganza de los caídos (Transformers: Revenge of the Fallen)

Recaudado: 835 millones
Presupuesto: 200 millones
Beneficio: 217 millones





3. Luna nueva (New Moon)

Recaudado: 710 millones
Presupuesto: 50 millones
Beneficio: 305 millones




 
2. Ice Age 3, el origen de los dinosaurios (Ice Age: Down of the Dinosaurs)

Recaudado: 874 millones
Presupuesto: 90 millones
Beneficio: 347 millones


1. Avatar

Recaudado: 2.700 millones (estimado)
Presupuesto: 300 millones
Beneficio: 1.050 millones

viernes, 5 de febrero de 2010

La cuarta fase (The Fourth Kind, 2009)


Me salta una duda tras ver La cuarta fase. ¿Cómo es posible que haya obtenido un éxito y repercusión en los medios mucho menor que Paranormal Activity (2009)? Esto viene a cuento porque la película que nos ocupa, una grata sorpresa con variados puntos de interés, no ha sido alabada por los críticos, ni ha creado un culto en festivales previos al estreno comercial. En cambio, la solo parcialmente interesante, y en el terreno del terror menos conseguida Paranormal Activity, se ha convertido en uno de los bombazos del pasado año. Sus trailers están inundados de frases sacadas de los medios, tipo “no podrás dormir esta noche” o “la película más terrorífica de la historia”. El éxito comercial lo entiendo, pues hay que aplaudir su magnifica e inteligente campaña de promoción, al igual que sucedió con la superior El proyecto de la bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999). Pero una cosa es el éxito, y otra que tanta gente haya quedado entusiasmada con la película en sí. Extraño que La cuarta fase, en ese sentido, no haya recogido ningún elogio, pues, dentro de la vertiente de ambas, el falso documental terrorífico (en este caso más bien documental, a secas), ésta última consigue crear en determinados momentos un desasosiego y una inquietud mucho mayores.


El director y guionista de la propuesta, un tal Olatunde Osunsanmi, siguió con interés los hechos reales ocurridos en Alaska allá por principios de la pasada década. Como si de Iker Jiménez se tratase, el mismo Osunsanmi aparece en la película entrevistando a la verdadera doctora Abigail Tyler (a la que, en la reconstrucción, da vida Milla Jovovich), que sirve como hilo narrativo de los hechos que contemplanos, como apunté, mezclando imágenes de perturbadores documentos reales de sesiones de hipnosis con las consiguientes reconstrucciones con actores. Aunque uno pueda ser escéptico respecto a estos temas, es imposible, según lo muestran o informan ciertos datos comprobados, no creer que, alienígenas o no, algo raro sucedía en ese pueblo. Varios pacientes de la doctora Tyler, bajo sesiones de hipnosis, la contaban exactamente los mismos hechos, con los mismos detalles. Una lechuza mirándoles desde su ventana, pánico a dormir por si “volvían”, y finalmente unas apariciones terribles que se los llevaban durante un tiempo, y al volver no eran capaces de recordar lo sucedido. Lo más misterioso del caso lo vivió en sus carnes la propia doctora, pues su hija pequeña desapareció de pronto, en su casa, siendo según comenta ella y en parte el policía que vigilaba esa noche el exterior de la casa, un rayo de luz que entro por el tejado y sacó levitando a la niña. Nunca más se ha vuelto a saber de ella.


Uno de los aciertos de La cuarta fase es su estructura. Aunque el principio pueda chocar la mezcla de escenas documentales, supuestamente reales, con las cinematográficas, propias de una reconstrucción de los hechos con actores, esto va cobrando sentido y metiéndote en la trama a medida que avanza. Por un lado, los videos documentales llegan a momentos de orgasmo, poniendo los pelos como escarpias. Concretamente son dos momentos, uno durante la mitad y otro hacía el final. El otro lado es la interpretación de los actores “reales”, todos bastante acertados. Incluso la protagonista, Milla Jovovich, al principio podría caer en duda (sus dotes como actriz nunca han sido especialmente notables), pero termina llevando muy bien el registro dramático. Todo resulta creíble en su justa medida, entretenido a la par que interesante. Además, el tema de las abducciones alienígenas no está tratado de forma tópica. Aunque sea a base de mezclar géneros e influencias, se distancia de otros ejemplos de décadas atras o más recientes en su forma de, pese a no apartarse de la trama “científica” y explicativa de hechos, adentrarse en el terror propio del subgénero de exorcismos.

De estreno: Una odisea apocalíptica y un padrastro con malas intenciones


Por fin nos llega la esperada adaptación de la novela de Cornac McCarthy. La carretera (The Road, 2009) se paseó tímidamente por la cartelera de Estados Unidos, centrándose en una distribución, no se porqué, minoritaria. No obstante, las críticas han sido por lo general muy buenas, el público también ha respondido. Con mejor distribución llega a España, amparándose en el nombre de sus protagonistas, Viggo Montersen o Charlize Theron, aunque en contra de lo esperado ha sido olvidada para los próximos Oscar. Si nos fiamos de la mayoría de opiniones, posiblemente estamos ante una nueva gran adaptación del autor de No es país para viejos. La trama se desarrolla en un futuro apocalíptico, en el que el mundo ha quedado devastado tras sufrir una guerra nuclear. Conoceremos la odisea de un padre y su hijo, viajando a píe en una tierra en la que los pocos supervivientes que quedan, en lugar de ayudarse entre ellos, han recurrido a sus instintos más oscuros; Con menor interes llegará a las salas El padrastro (The Stepfather, 2009), remake en clave de terror teen del pequeño clásico de 1987. Nos cuentan la historia de un adolescente, cuya madre esta a punto de casarse con un tipo que no le da buena espina. Obviamente, el chaval tiene razón en desconfiar.

miércoles, 3 de febrero de 2010

John Rambo: tres décadas librando su propia batalla


El cine de acción de los ochenta. Una simple frase que trae multitud de gratos recuerdos a todo aficionado al género que se precie. Esa década en la que los action hero musculosos tomaron protagonismo. Por supuesto, con Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger a la cabeza. La diferencia entre ambos, o al menos una de ellas, es que mientras el actual gobernador de California nunca ha sido muy amigo de las franquicias, Stallone se creo así mismo con dos de ellas. Hablo, obvio, de Rocky (1975-2007) y la que nos ocupa. El personaje de John James Rambo, popularmente conocido como Rambo, a secas, salió de una novela de David Morell, titulada First Blood, a su vez titulo original de la primera película. No obstante, para la adaptación se cambiaron dos aspectos importantes. Por un lado, el personaje de Rambo, en la novela era descrito como un frío asesino, o más bien un tipo que, ante la amenaza de su persecución, no duda en matar a todo el que se cruza en su camino. La otra diferencia se encuentra en el final, en el que Rambo terminaba muriendo a manos de su amigo, el coronel Trautman. No corro riesgo de spoilear a nadie a estas alturas, creo, hablando claro de lo que realmente sucede en Acorralado (First Blood, 1982). En ésta, Rambo sigue siendo un hombre que vuelve de la terrible guerra de Vietnan, y que se encuentra con que su país no le ve, tal como creía, como un héroe, sino todo lo contrario. En realidad, es confundido con un vagabundo sospechoso, y perseguido por el sheriff de un pueblo después de hacerle pasar mil perrerías en comisaría. Pero Rambo no tiene ninguna intención de matar a nadie, aunque sea capaz de acabar con todos sus perseguidores sin pestañear, sino que las únicas muertes que acontecen en el desarrollo se deben a efectos colaterales en su huida. Durante el clímax final, nos muestran una larga conversación entre Trautman y un desesperado Rambo, en la que se nos descubre los ideales del protagonista, lo confundido y decepcionado que se encuentra con la situación que le ha tocado vivir, y finalmente accede, sin violencia, a ser encarcelado.


Aunque conocida como un clásico del cine de acción, Acorralado bien podría considerarse un drama, con más elementos de suspense que de acción propiamente dicha. Fue la mirada más intima del personaje en la franquicia. Y es que el ¿inesperado? éxito que obtuvo, derivó en dos secuelas (más tarde hablaré de la tercera) en las que el tono cambió de forma drástica. Así, en Rambo (Frist Blood: Part II, 1985), el hombre que huía de una inesperada cacería, y que aún no tenía suficientes connotaciones de héroe de acción, pasa a ser un súper hombre (más músculos incluidos) con la misión de adentrarse de nuevo en la guerra y sacar fotografías en caso de que haya prisioneros americanos. Obvio que las órdenes rápido pasarán a importarle un carajo, y armado hasta los dientes se enfrentará prácticamente solo a un ejército. El guión de Rambo, aunque seguro que muchos lo desconocen, pertenece a James Cameron (junto al propio Stallone). No resulta raro, pues contiene la grandilocuencia y la tendencia al (súper) espectáculo y al más difícil todavía propios del megalómano cineasta. Todo en Rambo es igual de divertido que exagerado. Mención a parte merece la última media hora, con el protagonista a mandos de un helicóptero destrozando media selva. El comienzo, además, es toda una declaración de intenciones, cuando el coronel Trautman conversa con un Rambo encarcelado y le propone la difícil misión. Entonces, le pregunta “Coronel, ¿esta vez nos toca ganar?” (alusión a la derrota de Estados Unidos en Vietnan), a lo que Trautman le responde con un rotundo (y mítico) “esta vez depende de ti”. La película contó con un presupuesto de 44 millones de dólares, muy alto para la época, y supuso un autentico taquillazo en todo el mundo, siendo la segunda más taquillera en su año sólo por detrás de Regreso al futuro (Back to Future).


De este modo, Stallone nos hablaba en las dos primeras entregas sobre los veteranos que volvían de la guerra para ser repudiados por su país, y luego del polémico tema de los prisioneros que aún seguían en la guerra, y de los cuales el gobierno parecía olvidarse. La tercera es otra historia. La acción pasa a Afganistan, a la que acude en una nueva misión de “uno contra el barrio” el aún más musculoso John Rambo. Ha pasado tiempo, se ha retirado del combate, pero aún así, su instinto bélico no le permite dejar de luchar. Por ello, aunque al principio le diga a Trautman (otra vez enviado para reclutarle, y al que por primera vez se verá luchando junto a él) que por sus cojones no irá a acribillar gente de nuevo, al final se convence así mismo de que es su destino. Para la ocasión, el componente humorístico, chulesco, de chistes rápidos embutidos en frases, tan típico de la acción de los ochenta y parte de los noventa, aparece en el guión mucho más presente que las anteriores entregas. De hecho, Rambo ha terminado por convertirse en su propia caricatura. El dolor que sufría en la primera entrega, su decepción ante la mierda que se sucede ante él, se torna en un divertimento desenfadado, con un poco sutil mensaje “políticamente correcto” y, eso sí, un nuevo espectáculo pirotécnico a la altura de la primera secuela. Rambo III (Frist Blood: Part III, 1988), pese a ser la más floja, no puede evitar ser muy entretenida por su propia falta de pretensiones. El más difícil todavía toma nuevos niveles, y el espectáculo de pura acción está servido gracias a los 65 millones de dólares que obtuvo para su realización. No obstante, su éxito fue menor al esperado en Estados Unidos, aunque en el resto del mundo se convirtió en un gran éxito, lo que no sirvió para que, hasta la actualidad, las aventuras de Rambo se quedasen en dicha trilogía. Fue la última película de la saga en la que pudimos ver a Richard Crenna, pues falleció en el 2003.


En lo que llevamos de siglo XXI se ha experimentado una especie de revival de la vieja escuela. Agotadas las ideas con nuevas generaciones, fracasadas en algunos casos, el cine de acción parecía necesitado de un cambio de rumbo. El regreso a los clásicos, a modo de remake o simplemente el citado revival, se hacía cada vez más común. Stallone lo vio como la oportunidad, la única posiblemente, que le quedaba para volver a ser visible para los espectadores que actualmente llenan los cines. Casi todas sus películas protagonizadas durante los noventa habían fracasado o no dieron los resultados esperados, y las que realizó a principios de pasada década, corrieron todavía peor suerte. Fue a partir de mediados cuando empezó a sonar de nuevo su nombre. El motivo, no es una obra nueva, pero aún así un producto arriesgado. En mente tenía revivir sus dos franquicias. Nadie esperaba nada bueno. Es más, muchos se burlaban de la noticia de un Rocky a punto de la jubilación volviendo al cuadrilatero, o de un Rambo en plan “abuelo” regresando a su eterna guerra. Pero, fue con el estreno de Rocky Balboa (2006) cuando la mayoría de esas burlas llegaron a su fin. Stallone había creado, como director, protagonista y guionista, una película muy respetable. Ya no solo por su inesperada calidad, sino porque regresó a los inicios de su personaje sin insultar a los fans. Al contrario, significó una inyección de nostalgia, con un Rocky sabedor de sus limitaciones, un guión coherente, con la justa melancolía de la vejez, pero igual de disfrutable para los antiguos admiradores como para los nuevos, que aún no sabían que algún día aplaudirían un “montaje de entrenamiento” del popular boxeador en una sala de cine. Gracias al éxito, comercial y critico, de Rocky Balboa, el anuncio definitivo de la cuarta entrega de John Rambo se vio con ojos muy distintos. Stallone se había convertido en astro de culto para muchos, sorprendentemente, cuando había cumplido los sesenta años.


Claro que, el regreso de John Rambo en 2007, que además se tituló tal cual, no iba a ser tan “bienintencionado”, como el del siempre buenazo y optimista boxeador. Es la cruz de la moneda, y Stallone, que no es nada tonto, sabía como encarar de nuevo al personaje. El tiempo ha pasado, obvio, Rambo no tiene cuarenta años, sino sesenta. Aún así, al igual que en el ultimo Rocky, el trabajo físico del actor es incontestable. Sigue siendo una maquina de matar humana, con cuerpo hiper-musculado, pero al que las arrugas le van pesando en el rostro, y en su propia vida. Ha pasado por todo. Ha visto muerte, destrucción, traición, y por fin ha encontrado el descanso trabajando como cazador de serpientes en una tranquila zona cercana a Birmania. La llegada de unos misioneros con intención a viajar allá, en pleno genocidio comandado por un sanguinario ejercito, hará que John, aunque no quiera ni por lo más remoto volver al combate, se calcé su gran cuchillo, sus arco, sus explosivos, y se dedique a hacer lo que mejor sabe. El mismo lo dice en el ya mítico momento, previo al comienzo de su viaje hacia Birmania: “Llevas la guerra en la sangre. No mataste por tu país, mataste por ti. Dios nunca perdonará eso. Si te empujan, matar es tan fácil como respirar”. Declaración de intenciones que, minutos más tarde, es totalmente verificada. Y es que ésta ultima (hasta ahora, porque puede haber quinta) entrega es con diferencia la más violenta. Aquí la violencia se palpa, es cruda. La sangre de cada disparo, flechazo o desmembramiento, salpica la pantalla. Además, recupera el tono serio y de mayor “conciencia social” que había en Acorralado. El espectáculo no es tan arrollador como en Rambo o Rambo III. Los medios (sólo 40 millones de dólares de presupuesto) escaseaban, pero Stallone (al igual que en Rocky Balboa, guisándose prácticamente todo, desde la dirección al guión) demuestra ser un director eficaz, capaz de mostrar en pantalla una muy digna factura, calculando los gastos en todo momento. Así, los escasos ochenta minutos que dura la función, nos devuelven al Rambo primerizo, parte de su lado más personal, sin olvidar el buen cine de acción. Una nueva sorpresa en la revitalizada carrera del actor/director/guionista, que cierra (como dije, por el momento) la saga de una manera excepcional, con un ultimo plano de los que, a los fans de siempre, nos hizo salir del cine con una sonrisa de oreja a oreja.

Por la saga han pasado diversos directores. Como más recientemente he comentado, John Rambo fue dirigida por el propio Stallone. Aunque también trabajó de guionista, o co-guionista, en las anteriores películas, la labor de dirección cayó en otras manos. Así, Acorralado fue dirigida por Ted Kotcheff; Rambo por George P. Cosmatos, y Rambo III tuvo a Peter MacDonald. En los tres casos, tan dispares cineastas hicieron un trabajo más bien artesanal, dejando a la estrella (y a la segunda unidad) que hiciera el resto. La icónica banda sonora nos la regaló Jerry Goldsmith, con un tema central que, con pequeñas variaciones, ha aparecido a lo largo de la saga. La franquicia ha conocido cómics, videojuegos y mechandising vario, así como series de animación. El culto creado alrededor de ella, y su siempre vigente recuerdo en la memoria popular, la confirman como una de las series cinematográficas más emblemáticas, pese a quien pese, de la historia del género.