martes, 19 de mayo de 2009

My Name is Bruce (2007)


El actor Bruce Campbell se encuentra en una mala situación. No le salen buenos papeles, su mujer le ha dejado, y se ha convertido en un malhumorado borracho que vive en una caravana. Un joven, fanático de sus películas, le llevará hasta su pueblo para que les libre de una terrible amenaza sobrenatural, creyendo que realmente es un héroe y podrá vencer a un malvado espíritu. Al principio, Bruce piensa que se trata de una broma, un regalo de cumpleaños por parte de su manager. Más tarde comprobará que su valentía en las películas le hará más falta que nunca en la realidad.

Bruce Campbell es un icono del género de terror y la serie b. Gran parte de este privilegio se lo debe a una genial trilogía: Posesión infernal (Evil Dead, 1979), Terroríficamente muertos (Evil Dead II, 1987) y El ejercito de las tinieblas (Army of Darkness, 1992). Dirigidas por su buen amigo Sam Raimi, le auparon a la cima, posters, y muñequitos de muchos fans. A parte de esto, su carrera está plagada de títulos menores, algunos entretenidos, otros no tanto. Hace unos años resucitó, convenciones de cine de terror a parte, gracias a (la sobrevalorada) Bubba Ho-Tep (2002). Pero no ha vuelto a protagonizar nada destacable. Con dicha situación juega My name is Bruce. Entre lo biográfico y lo puramente ficticio, siempre en referencia al propio Bruce Campbell, actor, persona e icono.

Cuando se dieron a conocer las primeras noticias sobre My Name is Bruce, todo parecía señalar que veríamos algo grande y realmente divertido. Lo cierto es que, aunque sirve para pasar el rato y tiene varios momentos graciosos, e incluso ingeniosos, My Name is Bruce se queda en intento fallido. La historia da para mucho más. Puede que ese sea el principal problema: las expectativas que genera su premisa, así como el interés de ver por fin a Bruce Campbell en un producto a la altura de las circunstancias. Sin embargo, lo que él mismo ha construido (protagoniza, dirige, produce y escribe) es más un pasatiempo inofensivo entre colegas. Una comedia de terror del montón, dirigida a un público que se presupone cómplice, y por tanto, fácil de complacer.

Lo mejor: El carisma siempre presente de Bruce Campbell, así como algunas situaciones y diálogos ingeniosos.

Lo peor: A la película le falta un hervor. Los ataques del espíritu asesino al principio molan, pero más tarde se hacen repetitivos. Algunas gracias son demasiado fáciles y previsibles.

Valoración (0 a 10): 5,5

Trailer

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