jueves, 13 de enero de 2011

Vuelve Carpenter, más sobre la invasión a Los Ángeles, y una de adolescentes obsesivas

Pese a no tener una pinta muy allá, The Ward, al menos entre los más aficionados al cine de terror, se ha ido haciendo cada vez más popular gracias al nombre su director, John Carpenter. Y no solo porque él sea su director, sino porque se trata de su regreso a la gran pantalla tras diez años, cuando estrenara (la infravalorada, siempre lo diré) Fantasmas de Marte (Ghost of Mars). Cierto es que entremedias se ha sacado de la manga uno de los mejores trabajos de su carrera, y además fabricado para televisión; hablo, por supuesto, de su magistral episodio de la serie Masters of Horror (2005-¿?) titulado El fin del mundo en 35 milímetros (Cigarrete Burns). Sea como sea, la espera para una nueva película propiamente dicha se hizo larga, y es posible que The Ward no haga valido aquello de “la espera ha valido la pena”. En el último Festival de Sitges contó con varios pases, y la sensación general es de decepción. Algo, no obstante, que se puede intuir viendo este manido trailer. Pero, como en esto del cine nunca se sabe, y como gustos hay tantos como culos, esperemos para poder juzgar con verdadero criterio.


Otra de las películas más esperadas para principios de 2011, aunque en este caso a nivel blockbuster, es Invasión a la Tierra: Batalla Los Ángeles (Battle: Los Ángeles). Aparte de un titulo un poco curioso, lo que nos propone es, según dicen (y según parece en sus avances) una mezcla entre la aventura más comercial de Independence Day (1996) y el bélico realista con estética documental de Black Hawk derribado (Black Hawk Down, 2001). Este segundo trailer dura, curiosamente, menos que el anterior (de más de dos minutos pasamos a un minuto escaso), pero le basta para vender bien el espectáculo que puede brindarnos esta prometedora invasión.


Cerremos con el trailer de The Roommate, una nueva producción de terror adolescente que cuenta en su reparto con varias chicas guapas y un tío que, creo recordar, hacia de malo en Crepúsculo (Twilight, 2008). La historia viene a ser un nuevo remedo de lo visto en Atracción fatal (Fatal Attraction, 1987) y similares, con una universitaria siendo acechada por su obsesiva, aunque en principio inofensiva, compañera de habitación. Personalmente, me huele a mierda soft (ya se sabe, el PG-13 y todo eso) con subidas de volumen cada dos segundos, pero no hay que desestimar la labor informativa.

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