miércoles, 15 de septiembre de 2010

Resident Evil: Ultratumba (Resident Evil: Afterlife, 2010)


En un mundo cada vez más desolado y con menos supervivientes, Alice continua su viaje buscando a los que aún son seres humanos entre una mayoría de muertos vivientes, y luchando contra la poderosa corporación Umbrella, causante de tal devastación. El viaje ésta vez la lleva hasta Los Ángeles, donde un grupo de personas sobrevive como puede escondiéndose en una prisión abandonada. El exterior es dominio de los zombis, y la única esperanza reside en un lugar llamado Arcaida, del que llegan mensajes por radio alentando a los vivos para llegar hasta él.

Ante películas como Resident Evil: Ultratumba, los términos buenos o malos pasan a un segundo plano. Es decir, ¿realmente alguien va a verla, y más aún conociendo las tres anteriores, esperando una buena o mala película? Eso, al menos, no es la opción más sensata. No me considero fanático de la saga de videojuegos en que se basa (aunque me he pasado varios), por lo que mi visión de la otra saga, la del celuloide, no entra en detalles como la obvia libertad que se toma respecto a ellos o si los personajes se parecen en mayor o menor medida. Me da un poco igual, aunque, en parte, entiendo a los que les llegue a cabrear la facilidad de su director, Paul W. Anderson, para rehacer, a su modo, clásicos u obras de culto ya sean del cine o los videojuegos. Lo entiendo porque a mí, como fanático de aliens y depredadores, me cabreó su Alien vs. Predator (2005). Hablando de Anderson, por muchos considerado como un Uwe Boll de clase A o B, en mi opinión es un director con potencial que prefiere tirar por lo fácil. Solo hay que comprobar dicho potencial en la infravaloradísima Horizonte final (Event Horizon, 1996), una de las mejores películas de ciencia ficción y terror de los noventa que pasó injustamente  desapercibida. Y en cuanto al primer Resident Evil (2002) que, junto a Ultratumba, es la única de la franquicia que ha dirigido, se trató de la más decente película basada en un videojuego hasta la fecha. No obstante, la competencia de calidad anda escasa.


En esta cuarta entrega (o primera de una nueva saga), el guión, definitivamente, es lo de menos. Los personajes también. Porque Ultratumba es en lo básico una golosina en formato de espectáculo, que se traduce en escenas enganchadas unas tras otras para probar, y que el publico predispuesto lo disfrute, las archicomentadas tres dimensiones “al estilo James Cameron”. La promoción se ha basado en que su 3d es real y no la mierda fabricada en post producción de Furia de titanes (Clash of the Titans, 2010) o Airbender, el ultimo guerrero (The Last Airbender, 2010). Y en esto tampoco engañan a nadie. Las (buenas) 3d de RE:U son el gran aliciente para disfrutarla, pues unas cuantas escenas, en 2d, serán realmente cutres. Las apariciones de zombis son puntuales, aunque tiene algún plano impresionante (el acoso de miles de zombis a la prisión donde se esconden los supervivientes). Las escenas de acción priman, una vez más, sobre el terror. Más si cabe en esta ocasión, pues Anderson ha decidido hacer un mix de bullet times, ralentis y acrobacias aderezados con música electrónica y nu-metalera a todo volumen, copiando lo más superficial que ya funcionó de otras como Blade (1998) o Matrix (1999). Y todo para ofrecernos dos horas que se pasan con la misma velocidad que se olvidan después. La conclusión es simple: los que pasaron un buen rato con las anteriores (entre los que me incluyo) lo pasarán mejor si cabe con ésta, mientras que los detractores de la saga lo menos lógico que pueden hacer es pagar la entrada.




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