viernes, 13 de agosto de 2010

Mini reseñas: Japón bajo el terror del monstruo (Gojira, 1954), Tekken (2010), Mis apetitosos vecinos (The Mad, 2007)

Para unos cuantos, la mejor monster movie de la historia. No le falta sobrevaloración a dichas afirmaciones. Tanto que, vamos a ver, Japón bajo el terror del monstruo, también conocida como Gozdilla, es (bastante) mejor que el putrefacto remake que se marcó Roland Emmerich en 1997. Hasta ahí todo bien. Pero, ya no es que no sea de las mejores monster movies de la historia, es que en sí la película no es nada del otro mundo. Su ritmo en la parte central es anestésico, los actores están totalmente sobreactuados y la trama política resulta mucho más pretenciosa que en simpáticas y más divertidas series b y z de la época, tanto orientales como occidentales. Sin embargo, su icónico monstruo, esplendidos efectos especiales de la época, hoy en día entrañables, y algún destello de calidad en la puesta en escena de Ishiro Honda, permiten llegar hasta el final sin que sea dañino el conjunto. A destacar las apariciones del monstruo (sobretodo su inquietante primera aparición explicita y su llegada a la ciudad) y el arriesgado anti clímax final, situado en el fondo del mar con un ritmo inesperadamente pausado y ausencia casi total de diálogos y banda sonora. Valoración (0 a 5): 2

Ya sabemos que la mayoría de las adaptaciones de videojuegos son una mierda. Incluso las mejores no pasan de entretenidas, sin mucho más que destacar. Por ello, enfrentarse al visionado de algo como Tekken, la película, no supone el culmen en lo que a expectativas se refiere. Más aún cuando se trata de un directo a video de poco presupuesto. Conociendo estos datos, pues decir que, efectivamente, Tekken no está a la altura de su saga de videojuegos, pero dentro de lo malo no es tan pésima como, yo que sé, Street Fighter (1994). Aunque tampoco tiene la simpatía de Mortal Kombat (1995). Se trata de un producto de evidente prefabricación y destino de usar y tirar. Actores malos, escenas de lucha aceptables y todo eso. En lo que respecta a la fidelidad de los personajes con sus modelos del juego, no está del todo mal. Se han tomado en serio, al menos, que éstos tengan su parecido y hablen lo menos posible para no cagarla. Y entre tanto, pues unas cuantas tías buenas y música bien alta. Se echa de menos más violencia grafica, pero ya se sabe que esto va dirigido, mayormente, al público adolescente. La citada Mortal Kombat, pese a adaptar uno de los juegos más sangrientos de la historia, ya fue un PG13 en toda regla. Así que, tampoco es algo que no se esperase. Valoración (0 a 5): 1,5

Una de las peores basuras que me he echado en cara en los últimos años. Ya lo sé, soy masoca, esto se veía venir… ¡ya lo sé! Pero estos subproductos de video club con zombis a veces deparan cosas divertidas. Nunca se sabe. Mi riesgo en esta ocasión me llevo hasta el pozo del hedor eterno, pues Mis apetitosos vecinos (sí, es mala hasta en la “traducción” española) compite con Zombie Nation (2004) para ser una de las peores películas con muertos vivientes de todos los tiempos. Y mira que hay morralla. Al principio parece que tendrá su gracia, pero ésta se acaba muy pronto. Los intentos de hacer una comedia gamberra se saldan con el ridículo. En su ultimo tercio se pasa al tedio más absoluto. Lo que si hace gracia es ver a Billy Zane, un actor que tuvo un papel relevante en una de las películas más taquilleras (y sobrevaloradas) de la historia, Titanic (1997), así como en un thriller tan interesante como Calma total (Dead Calm, 1989), junto a grandes estrellas, intervenir en estos montones de mierda para poder pagar las facturas. Así es imposible que haga gracia. Como suele ocurrir en estos casos, lo mejor de la película es el cartel. Valoración (0 a 5): 0,5

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