viernes, 16 de octubre de 2009

The Black Door (2003)


Un estudiante estuvo meses preparando una tesis. En ella, investigaba las imágenes de un antiguo ritual satánico. Dicha investigación le llevó a adentrarse en oscuros lugares que nunca habría imaginado. El estado en que se encuentra en la actualidad dicho estudiante, postrado en la cama de un hospital y con pocos días de vida, es grabado por unos periodistas, hasta el final, conociendo el misterio que rodea el extraño caso.

Los festivales de cine a veces resultan engañosos. El ambiente que procura la sala llena de fans dispuestos a pasarlo bien, puede hacer que sumemos más puntos de lo debido a alguna que otra película. Así mismo, algunos jurados parecen querer premiar propuestas solo por hecho de resultar diferentes o por el efecto “impacto” que puedan tener esos días. Que una película como The Black Door se alzase con el premio a la mejor película en la “semana de terror de Malaga” se adhiere a dichas posibilidades. No fueron pocos los que hablaban de la, supuesta, mejor película de terror satánico desde El exorcista (The Exorcist, 1973). Nada de eso. Aunque también es cierto que, salvo contadas excepciones, no es un subgénero que haya dado demasiadas alegrías. The Black Door está rodada en formato de falso documental, una posible garantía de cara a crear morbo y facilitar la predisposición del espectador en las escenas de terror. Pero solo funciona en algunos momentos. La conseguida estructura del guión se divide entre entrevistas, una antigua filmación en la que se realiza un ritual satánico y otra, moderna, en la que la descubrimos que le sucedió a la victima del relato para llegar al moribundo estado actual. Como apunté, dicha estructura está conseguida, pero solo desde el punto de vista de la premisa, pues el conjunto se resiente de irregularidad.

La parte de las entrevistas se debate entre situaciones mediocres (la sobreactuación del cura) o perturbadoras (el monologo del miembro de la secta); los puntos álgidos, el ritual y la visita del joven, cámara en mano, a la casa maldita, inquietan en determinados momentos. No obstante, queda la sensación de que sus responsables se han quedado a medias, sin querer, o sin saber, explotar con toda su fuerza el buen material que tenían entre manos. Por esta razón, The Black Door, es una película que llega a inquietar, pero no a aterrar. Intenta sorprender, aunque su loable intento no obtiene los resultados esperados. Sus noventa minutos se mueven en un tira y afloja de arranque y freno que, llegados al desenlace pierden su sentido hiperrealista por culpa de un final-parche del todo innecesario y reiterativo. Más allá del primer visionado, puede que se trate de una buena película Fast Foward, es decir, de recuperar sus buenos momentos (que los tiene) pero alejarse del poco aliciente que supone el resto.

Lo mejor: La entrevista al miembro de la secta.

Lo peor: La irregularidad del conjunto.

Valoración (0 a 10): 5,5

Trailer

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