viernes, 4 de septiembre de 2009

La matanza (House of Blood, 2005)


Un autobús que traslada de prisión a un grupo de criminales sufre un accidente al chocar con el coche de un hombre. Este hombre, medico de profesión, es secuestrado por los presos con la intención de que cure a uno de ellos, que ha sido herido de gravedad. En su huida, deciden esconderse en una extraña casa situada en un bosque. Los presos intimidan y amenazan a la familia que habita el lugar, sin saber que, en realidad, no se trata de seres tan humanos e inofensivos como parece.

Del arsenal de ponzoñosa mierda que factura desde hace años el ultragore alemán, siempre hay excepciones. Las películas de uno de sus más, digamos reputados, directores, Olaf Ittenbach, suelen ser algo más digeribles para el cerebro. Para los no entendidos, comentar que el termino ultragore no quiere decir que, necesariamente, se trate de las películas más truculentas que uno pueda encontrar. Sin ir más lejos, la cumbre del cine gore, Braindead, tu madre se ha comido a mi perro (Braindead, 1992) arroja a pantalla más litros de sangre y trozos de casqueria que la mayoría de estos productos alemanes. La diferencia se encuentra en que aquella obra maestra de Peter Jackson no se toma en serio así misma. Es puro cartoon, puro cachondeo, pura exageración premeditada. Por ello, es una película que muchos espectadores no aficionados pueden disfrutar. El ultragore alemán es todo lo contrario. Se toman en serio sus tramas, sus efectos toscos. Están creadas para impactar por medio de lo malsano, de un pretendido realismo. En este sentido, Ittenbach ha intentado ir un poco más allá. El amaestrado director, ya no es el mismo que hiciera su obra magna, The Burning Moon (1993). Se ha suavizado (o lo han suavizado) de forma considerable. House of Blood sigue su línea más reciente, haciendo especial hincapié en la correcta La legión de los muertos (Legion of the Dead, 2001).

House of Blood no deja de ser la enésima revisión de la serie b terrorífica de siempre. La trama, pretensiones absurdas incluidas, ya está muy manoseada. Es un reboot de lo que ya conocen todos, incluidos los que creen que Saw (2003) es la película más cruel de la historia. El único cambio lo encontramos en que, por moderado que parezca, esto sigue siendo ultragore alemán. El rollo malsano se degusta a lo largo del metraje, los efectos de maquillaje son sucios, la cámara es prácticamente amateur. La trama se divide en dos partes, aunque básicamente son lo mismo. En la primera, los presos que escapan del autobús que los traslada, secuestran a un medico y lo llevan a la casa donde encontraran la muerte a manos de siniestras criaturas. A continuación, al medico lo secuestra otro grupo, aun más cafre, de presidiarios, y vuelta a empezar. Ittenbach hace esto, supongo, a modo de metáfora. Pero en una película de este tipo, tan poco sutil, andar con divagaciones vitales y pseudo poéticas me parece ñoñeria mal expuesta. Me parece bien que intente crear, innovar o como lo quiera llamar, pero House of Blood solo funciona en las partes que ya esperamos: la lucha de los presos con las criaturas, las sangrientas operaciones sin anestesia, etc. El resto, bulto para alargar la duración más de la cuenta y darle el capricho a Ittenbach de parecer un autor serio.

Lo mejor: Los momentos gore, algunas partes de la banda sonora, y la sensación malsana que recorre la trama.

Lo peor: Los venazos prepotentes que le den de vez en cuando a Ittenbach, intentando vender una historia de amor ridícula o un entramado argumental que se pretende poético y “con mensaje” y tan solo resulta obvio.

Valoración (0 a 10): 5

Trailer

1 comentario:

EkaitZ dijo...

Un cinco!! jajaja
Qué gentileza.
Sera porque la vi a solas y no me pegue unas risas, nu se, pero a mi me costo verla ... unos tres dias me parece, a ratitos ...