Al resucitar la momia del emperador chino Han, con planes de seguir invadiendo todo lo que encuentre a su paso, la familia del aventurero Jack O´Connel deberá volver a la acción, ayudados por las protectoras de la tumba del emperador, para evitar que el emperador cumple sus propósitos.
Rob Cohen sustituye sin complicaciones, en labores de artesano, a Stephen Sommers, y si no nos lo dijesen, ni nos daríamos cuenta. Y la cuestión es que, por mucho que haya decepcionado a tantos, esta tercera entrega a terminado recaudando en todo el mundo alrededor de 400 millones de dólares (pese a que en su paso por Estados Unidos tan solo consiguió 100 millones, que son 56 menos que la primera y 103 por debajo de la segunda), lo que la convierte en clara candidata a tener continuación. Pero, por el momento, sin ser ninguna maravilla (tampoco lo eran sus predecesoras), La momia 3 es un entretenimiento de fin de semana, tan blandito y olvidable como fácil de digerir. Una golosina visual de consumo rápido que, como una hamburguesa del Buger King, aunque no alimente nada, al menos tiene un agradable sabor, siempre que no entremos en comparaciones con hamburguesas de calidad.
Lo mejor: Es bastante entretenida.
Lo peor: Maria Bello y Jet Li son flojos sustitutos de Raquel Weisz y Arnold Vosloo.
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