La felicidad de una pareja a punto de casarse, que ha ido a pasar unas pequeñas vacaciones a un lago llamado Eden Lake, lejos de la ciudad, se vera truncada cuando conozcan a unos maleducados crios del pueblo cercano. Aunque en principio únicamente parezcan eso, niñatos sin educación, pronto la situación se pondrá mas tensa de lo esperado y comenzara una implacable persecución con el bosque como único testigo.
Eden Lake dispara portentosas y crudas imágenes cada segundo. No engaña a nadie (solo miren en el cartel) y consigue remover conciencias (atención a la escena en la que uno de los chavales es quemado vivo por los mismos, o aquella en la que, la protagonista, transformada irreversiblemente en salvaje, clava un improvisado cuchillo, creado a partir de un cristal roto, en uno de los violentos púberes).
James Watkins se estrena en la dirección con Eden Lake, tras haber escrito algunos guiones para otras películas de terror como la fallida La cámara secreta (My Little Eye, 2002), y apunta maneras para su próximo proyecto tras las cámaras, sustituyendo a Neil Marshall en la secuela de The Descent (ídem, 2005), que llegará a los cines durante este año. Por lo demás, decir que Eden Lake, como dirán algunos, es más de lo mismo. De acuerdo, lo es. Pero bien hecho. Muy bien hecho.
Lo mejor: El ritmo vertiginoso que llena la pantalla de tensión, y todas y cada una de las interpretaciones.
Lo peor: Qué nuestros maravillosos distribuidores se olviden de estrenarla en cines.
Valoración (0 a 10): 8,5
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