domingo, 7 de septiembre de 2008

Black Water (2007)


“Un matrimonio y la hermana de ella se adentran con una barca en un lago de Australia para pescar. Al llegar a una zona aparentemente tranquila, un cocodrilo les derriba y deben protegerse en las ramas de un árbol. Su única salvación, pues difícilmente les irán a rescatar, consistirá en acercarse de nuevo a la barca para poder llegar a tierra firme, o en el peor de los casos lanzarse al agua y nadar hasta la misma”.

Hace unos días hablaba de El territorio de la bestia, película de terror australiana centrada en el ataque de un cocodrilo a una embarcación turística. La película, estrenada el año pasado en su país, no fue la única que durante dicho año llegó a las pantallas con la amenaza de un cocodrilo. Black Water, otra producción australiana, se estrenó durante el mismo periodo, contando una historia similar a priori, pero que una vez vista descarta numerosos prejuicios en cuanto a una posible sensación de deya vu (al menos para el que haya visto primero, como es mi caso, El territorio de la bestia). Y es que mientras El territorio de la bestia compone un survival en clave de cine de terror y aventuras más a nivel mainstream y poco sutil, Black Water se acerca al drama y al factor tensión que genera aquello llamado “El enemigo invisible”, pues el cocodrilo a penas se hacer ver por pantalla, siendo sustituido por sonidos, burbujas provocadas por su respiración, o sin ir más lejos por una banda sonora simple, pero bastante eficaz a la hora de inquietar al espectador. Digamos que la estructura, aunque al principio sea semejante, hacia la mitad se desmarca de modelos como el citado para adentrarse en los terrenos de interesantes muestras survivalbasadas en hechos reales” como Open Water.

Y decía aquello de “basado en hechos reales” porque Black Water ya nos avisa al comienzo de que lo que vamos a ver ha sucedido en la realidad. No dudo que en país como Australia, donde los cocodrilos son un animal de lo más común y viajar por donde ellos habitan es una actividad de gran auge turístico, cosas como la que aquí vemos puedan suceder, y no solo en esta ocasión. Lo mejor de Black Water, como suele suceder en este tipo de películas, terminan siendo los momentos de amenaza, pues los más íntimos, aquellos que tienen que ver con las victimas mientras se protegen de algún modo de dicha amenaza y comentan sus vidas, lo que se quieren y demás, al no estar bien desarrollados los personajes (hablamos de una película de a penas ochenta minutos donde la acción comienza a los diez) no dejan la trascendencia deseada, ni consiguen hacer que nos acerquemos tanto a los personajes como para interesarnos por sus intimidades. Lo que aquí importa es cada momento de tensión (que los hay geniales), cada situación en la que no sabemos si el sonido que llena de pronto el silencio será del cocodrilo, de nuevo al acecho, o de cualquier otro elemento natural de la zona. Ese suspense, muy bien llevado en gran parte del metraje, es lo que concede a Black Water el ser bastante recomendable.

Lo mejor: Hay tres secuencias, que no describiré aquí, tan tensas que hacen valer por si mismas el visionado de la película.

Lo peor: Como suele pasar, los personajes no están del todo desarrollados, por lo que pierde algo de fuerza dramática.

Valoración (0 a 10): 7

Trailer

2 comentarios:

Sir Laguna dijo...

Sera que por fin el subgenero de cocodrilos gigantes se esta reivindicando?

John Trent dijo...

Hombre, no se si deberíamos pensar eso. Siempre ha habido muchas películas sobre cocodrilos asesinos y tal, y estas dos de las que hablo en la reseña destacan porque hay otras muchas que no valen un carajo. Yo creo que este subgénero, ya sea como cocodrilos, con perros, con ovejas, incluso con tiburones, nunca va a ser reivindicado más que por nosotros mismos, los que disfrutamos con este cine.