miércoles, 20 de octubre de 2010

A Serbian Film vs. Moralistas en Cuatro



Lo de siempre. Tampoco vamos a sorprendernos, los aficionados al cine de género, por lo que suelten las boquitas bienpensantes del gobierno o los medios televisivos, ya sean (presuntos) progres o cerrados de mente. La nueva victima de esa ida de olla es la notable A Serbian Film. El motivo, su paso por el Festival Internacional de Cine de Sitges. Y el lugar, un programucho mañanero de la cadena (muy liberal y progre) Cuatro. Todo es progre. Como también lo era la Ministra de Cultura que le plantó la X a Saw VI (2009) por su excesivo nivel de violencia y crueldad (¿?), para acto después salir en público diciendo que está a favor de las corridas de toros (¡!). En estos casos, lo más gracioso es que ninguno de los involucrados en el debate ha visto, ni se ha dignado a intentar ver, lo que critican. Sin embargo, previo auto reconocimiento de que no son “pacatos, fascistas ni censuradores”, sueltan perlas como “Este tipo de películas las ven los tarados”. Frase manida como pocas.

Lo primero, es que todo depende de los ojos que lo miren. En los setenta, el estreno de La naranja mecánica (The Clockwork Orange, 1971) causó una controversia mundial. La querían prohibir (y lo hicieron en varios países), recortar, denunciar, etc. ¿Qué pasa ahora con La naranja mecánica? Pues que la gente tiene posters en sus casas, llevan camisetas con el rostro de su protagonista y está considerada, tanto por crítica como por público, una de las grandes obras maestras del cine. Y digo yo, otra cosa; la polémica con A Serbian Film viene dada, más que por sus escenas sangrientas (pocas) o de sexo adulto y maltratos físicos, por aquellas que entran en el peliagudo tema de pedofilia. Cierto es que gente como Kubrick o Eastwood han enfocado el tema en Lolita (1977) y Mistyc River (2003) sin necesidad de mostrar secuencias explicitas ni provocar más de lo necesario. Pero, ¿siempre ha de ser así? Hay libertad de expresión en el siglo XXI, y si un director quiere hacer una película que hable, entre otras cosas, sobre la pedofilia, y quiere mostrarlo sin tapujos y crear angustia y vómitos en el personal, lo que no está haciendo precisamente es invitarlo a seguir los actos de los personajes. Al contrario, muestra una realidad perversa que, aunque duela, nos rodea. Igual que las películas bélicas modernas no se cortan en mostrar, más o menos, lo que puede verse en una guerra. No hay nada real, en todo caso. Es ficción que habla de la realidad. Guste o no, una muestra de arte. Y en absoluto películas diseñadas para “tarados”, al igual que las bélicas no están diseñadas para “belicistas”.

Desde mi punto de vista, dentro de la ficción no hay que censurar nada. Únicamente, poner límites por edad. Si uno es mayor de edad, puede elegir lo que quiere ver. No debe existir gente con el poder de decirte lo que puedes o no ver, lo que está bien o mal para ti. Locos habrá siempre, al igual que asesinos, violadores o pederastas. Los habia antes de que existiera el cine.

No obstante, ante sus ataques al perfil sicótico de aficionados a películas como la que nos ocupa, me pongo yo mismo de ejemplo para desmentir su generalización: Señoras y señores del programa de Cuatro, soy un joven aficionado al cine violento, sádico, sangriento y cruel. He visto, veo y veré muchas películas de este tipo, incluida A Serbian Film. Me miro en el espejo y no veo a un desquiciado loco que en breve saldrá a la calle a causar una matanza o violar niños. Mi vida es normal, con mi trabajo, mis estudios, mis amistades, mi familia, mis aficiones, mis viajes, etc. Es más, la gente más “tarada” que he conocido o conozco, no son precisamente cinéfilos ni aficionados al rock satánico. A decir verdad, son gente sin muchas inquietudes culturales. Al igual que conozco maridos que engañan a sus mujeres con prostitutas adolescentes pero piensan que es de malas personas disfrutar con cosas (tan soft hoy en día) como La matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, 1973). Así como otros que ven corridas de toros o se estimulan insultando racialmente a jugadores del equipo de futbol contrario, pero luego creen que Saw (2003) es para perturbados. Con esto quiero decir que no seamos tan estrechos de mente y no juzguemos al cine o cualquier modo de expresar arte u ocio como mecanismo de maldad en el ser humano. Esa maldad se expresa la mayoría de las veces en actos cotidianos que nada tienen que ver con la ficción. Disfrutemos de este cine quienes podamos o queramos, y los que no, simplemente que no lo vean. Pero no son mejores personas por denunciarlo.

PD: Se me ponen los pelos de punta cuando uno de los invitados compara ver la película con pasarse fotos de niños por Internet.

5 comentarios:

Alexme dijo...

Simplemente felicitarte por tu post, no me he parado a ver el vídeo, realmente no entiendo porque se ha creado tanto revuelo y espero que cultura no repita el paso atrás de saw.

A mi este tipo de cine no me gusta porque me deja mal cuerpo, pero no pienso que quien disfrute viéndolo sea un perturbado cada uno tiene sus gustos, pero en este país en cuanto te sales de lo que piensa la mayoría ya eres raro. La censura no esta justificada en ningún caso, es una cinta, todo ficción no se ha torturado a nadie, lo que hace Cuatro es solo polemizar.

Ya se que no es cine esto, pero las corridas de toros me parecen una barbarie,es cultura nuestra,vale, pero también lo era el garrote vil y lo quitamos, espero que algún día podamos quitarnos el estigma de los toros porque que disfrutemos haciendo sufrir a un animal...., y eso no es ficción es la vida real.

Un saludo.

Javier Simpson dijo...

Interesante. A cada uno le gusta lo que le gusta y, mientras no le haga daño, pues a seguir así de contento. La moral es muy subjetiva y la línea que marca lo bueno de lo malo en ocasiones es muy delgada o está poco definida. No soporto a esa gente que trata de darnos lecciones de moralidad cuando ellos tienen también sus "vicios" muchas veces inconfesables. Somos humanos; pero también es cierto que hay gente más sensible que otra para ver ciertas cosas. El caso es vivir y dejar vivir... que locos los hay en todos laos... un saludo y a seguir así. Hasta otra.

Si entras en blogdecine y escribes, dime si puedes tu nik. Ciao

Antoine Doinel dijo...

Cosas de los Gaps generacionales supongo.

John Trent dijo...

Alexme, más de una vez cuando he dicho que lo que se deberían prohibir son las corridas de toros, la respuesta ha sido que entonces me contradigo. Es decir, que si estoy en contra de la censura, tampoco debo querer que prohíban los toros. El caso es que estoy en contra de la censura EN LA FICCIÓN, en el cine. La vida real es algo muy distinto. Y lo de las corridas de toros me parece mucho más ofensivo y dañino, porque es REAL, que una película por dura que sea. Sin embargo, seguro que la mayoría de la gente mayor que va a esos “espectáculos” se horroriza ante algo como A Serbian Film o cosas mucho más soft. Doble moral lo llaman.

Javi, en Blogdecine comentó como John Trent, pero ¿por qué? Jaja, me dejas con la duda.

Antoine, si, es los que tiene la gente porculera de cada generación.

Alexme dijo...

Perdon por mi comentario, me exprese mal, es decir yo en ningún momento interprete que usted estuviese a favor de las corridas y no aplique el silogismo de que si estas en contra de la censura también de prohibir las corridas.

Saque el tema porque es un tema que me llama mucho la atención, como la gente la defiende, lo que has indicado como doble moral.