Un niño nace con una extraña anomalía: de bebe, presenta todos los signos de un anciano, pero a medida que pasa el tiempo rejuvenece sin remedio. A los problemas se su propia naturaleza se le une el amor hacia una niña, con la que se volverá a unir con el paso de los años, compartiendo una edad similar pero contando con destinos muy diferentes.
No es la mejor película de David Fincher (Seven y El club de la lucha aun son difíciles de alcanzar), pero si que supera sus ultimas incursiones (La habitación del pánico y Zodiac), y demuestra que Fincher se maneja bien en el palo que toque. Incluso en una película aparentemente más distanciada de su estilo que el resto, esta vez más clásico y pausado (aunque Zodiac no se caracteriza precisamente por su fluidez narrativa), con sus peros (lo único que se la puede criticar es una duración un tanto excesiva, como citaba al comienzo. Digamos que treinta minutos menos la convertirían en una propuesta redonda). El curioso caso de Benjamin Button tiene mucho que ver con la citada Forrest Gump, también escrita por Eric Roth, pero se enmarca dentro de lo que podemos denominar cine del siglo XXI ( es decir, cine de David Fincher), aunque no por ello observe de lejos a los clásicos del siglo XX. Una curiosa película, sin duda.
Lo mejor: La dirección de David Fincher, la fotografía de Claudio Miranda, todas y cada una de las interpretaciones y unos efectos especiales impecables.
Lo peor: Momentos más densos de lo deseable, que hacen que el metraje final se alargue hasta unos innecesarios 165 minutos, fácilmente recortables hasta los 135.
Valoración (0 a 10): 8
Trailer
David Fincher es uno de esos pocos directores actuales que no paran de sorprender. Salvando las distancias, podría decirse que es pupilo del gran Stanley Kubrick. Sus proyectos siempre son diferentes de los anteriores, y pese a ello no abandona su estilo ni sus pretensiones. Recordemos: Alien 3 (ídem, 1992) fue su pasaporte al estrellato, por mucho que en su momento, y aun hoy, fuera la película más discutida de la saga. Pero la confirmación llegó con su primera obra maestra, Seven (ídem, 1995), que además de convertirse en un taquillazo, nos presentó un director visionario, que cambiaria hasta el día de hoy el psycho thriller. Ya conseguida su proyección como director de masas, y autor pese a ello, creo una de las cult movies más polémicas y abrumadoramente geniales de las últimas décadas, El club de la lucha (Fight Club, 1998), que volvería a unirle con el que hasta hoy es su actor más reclamado, Brad Pitt. También ha dirigido un interesante thriller como es The Game (ídem, 1997), o la más rutinaria (y hasta ahora la película más floja de su filmografía) La habitación del pánico (Panic Room, 2002) o la sobrevalorada (lo siento, siempre me lo ha parecido) Zodiac (ídem, 2006).
El curioso caso de Benjamin Button, escrita por Eric Roth, que tanto te hace firma magníficos guiones como los de Forrest Gump (ídem, 1994), Munich (ídem, 2005) o El dilema (The Insider, 1999) como que te escupe tinta infecta con los de Mensajero del futuro (The Postman, 1997) o Lucky You (ídem, 2007), adapta un relato breve de F. Scott Fitzgerald para crear, a partir de ahí, una larga (demasiado larga) historia llena de épica, bellas imágenes (la cámara de Fincher, apoyada en la genial fotografía de Claudio Miranda, nunca defrauda) y algunas frases para el recuerdo. Es una muy buena película: dirección, interpretaciones (Brad Pitt demuestra una vez más que es uno de los mejores actores de su generación, y Cate Blanchett, como siempre, esplendida), factura impecable, increibles efectos especiales, correcta banda sonora, etc. Pero con todo, no deja un poso tan profundo sobre el espectador como se espera. Eso no quita que haya momentos (sobretodo aquel plano con los amantes, ya en el recorrido final de sus respectivas vidas, como anciana y bebé, cruzan una tierna pero triste mirada, que da a entender por si sola la motivación de todo el relato previo) que se quedan en la retina.
El curioso caso de Benjamin Button, escrita por Eric Roth, que tanto te hace firma magníficos guiones como los de Forrest Gump (ídem, 1994), Munich (ídem, 2005) o El dilema (The Insider, 1999) como que te escupe tinta infecta con los de Mensajero del futuro (The Postman, 1997) o Lucky You (ídem, 2007), adapta un relato breve de F. Scott Fitzgerald para crear, a partir de ahí, una larga (demasiado larga) historia llena de épica, bellas imágenes (la cámara de Fincher, apoyada en la genial fotografía de Claudio Miranda, nunca defrauda) y algunas frases para el recuerdo. Es una muy buena película: dirección, interpretaciones (Brad Pitt demuestra una vez más que es uno de los mejores actores de su generación, y Cate Blanchett, como siempre, esplendida), factura impecable, increibles efectos especiales, correcta banda sonora, etc. Pero con todo, no deja un poso tan profundo sobre el espectador como se espera. Eso no quita que haya momentos (sobretodo aquel plano con los amantes, ya en el recorrido final de sus respectivas vidas, como anciana y bebé, cruzan una tierna pero triste mirada, que da a entender por si sola la motivación de todo el relato previo) que se quedan en la retina.
No es la mejor película de David Fincher (Seven y El club de la lucha aun son difíciles de alcanzar), pero si que supera sus ultimas incursiones (La habitación del pánico y Zodiac), y demuestra que Fincher se maneja bien en el palo que toque. Incluso en una película aparentemente más distanciada de su estilo que el resto, esta vez más clásico y pausado (aunque Zodiac no se caracteriza precisamente por su fluidez narrativa), con sus peros (lo único que se la puede criticar es una duración un tanto excesiva, como citaba al comienzo. Digamos que treinta minutos menos la convertirían en una propuesta redonda). El curioso caso de Benjamin Button tiene mucho que ver con la citada Forrest Gump, también escrita por Eric Roth, pero se enmarca dentro de lo que podemos denominar cine del siglo XXI ( es decir, cine de David Fincher), aunque no por ello observe de lejos a los clásicos del siglo XX. Una curiosa película, sin duda.
Lo mejor: La dirección de David Fincher, la fotografía de Claudio Miranda, todas y cada una de las interpretaciones y unos efectos especiales impecables.
Lo peor: Momentos más densos de lo deseable, que hacen que el metraje final se alargue hasta unos innecesarios 165 minutos, fácilmente recortables hasta los 135.
Valoración (0 a 10): 8
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1 comentario:
hola oye pues wow, esta padre tu blog por lo que vi, yo acabo de crear el mio, habalre sobre las peliculas de terror, jejeje (che psicopata), pero bueno ojala y pues pases por mi blog a firmar esta es la direccion
www.cinedeterror-cinedeterror.blogspot.com
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