jueves, 4 de diciembre de 2008

Outlander (2008)


Una nave espacial aterriza, debido a un accidente, en Noruega, en plena época de los vikingos. De ella salé un tipo, de apariencia humana, que pronto será capturado por el pueblo al que ha llegado, pues es confundido con un asesino del poblado enemigo. El tipo en cuestión avisa a los vikingos que hay un monstruo, una especie de dragón, que ha viajado con él, en su nave, y que ahora querrá aniquilar a todos los que se encuentren a su paso. Al principio le toman por loco, pero pronto, ante los ataques de la bestia, se unirán a él para acabar con la amenaza.

Aquí os presento una nueva golosina visual con estatus de video club que, finalmente, consigue estrenarse en los cines de algunos países. Han pasado dos horas desde que la he visto y, sinceramente, no me acuerdo de mucho. De lo que si me acuerdo es de que he pasado algo más de hora y media sin mirar el reloj. Y al tratarse, como cité anteriormente, de una golosina visual, esto es un piropo considerable a la propuesta. En Outlander a uno le importa un carajo el devenir de los personajes. Vivan o mueran, es lo de menos. Son planos, sin un alarde de carisma, y únicamente sirven como guías hacia la aventura y, por tanto, el entretenimiento. Y esto es, que su utilidad en la trama es la misma que la que tiene cualquier monigote en un videojuego: no vas a llorar si muere, pero mientras juegas te hace pasar un buen rato. Outlander es un delirio. Una de esas películas que, cuando se sabe de ellas en las primeras noticias crean muchas expectativas (a saber, monstruos alienígenas, naves espaciales en la época de los vikingos, batallas épicas), pero que, según se acerca su estreno, la información más superficial y explicita nos demuestra que no había para tanto.

De echo, Outlander me trae al recuerdo cosas como Beowulf, la leyenda (Beowulf, 1999) o incluso Campo de batalla: la Tierra (Battefield Earth, 2000), por aquello del cartón-piedra en lo que se cree una superproducción pseudo épica. Ahora bien, he de reconocer que también pensé una joya como El ejercito de las tinieblas (Army of Darkness, 1994), más que nada por cuestiones argumentales. Y es que Outlander, con ese Jim Caviezel de guerrero alienígena con aspecto humano, ese John Hurt pasando el rato hasta cobrar el cheque y ese dragón, o lo que quiera que sea, tan digitalizado que hasta se pueden distinguir los pixel, podrá ser mala, mediocre o grotesca, pero si uno se lo pasa bien (cosa que no hice con las citadas Beowulf, la leyenda o Campo de batalla: la Tierra) y se evade un poco de todo, pues no se puede decir que no haya cumplido su cometido.

Lo mejor: Es entretenida, y los flashbacks molan.

Lo peor: Que uno vaya a verla pensando que se trata de una superreducción al estilo de la trilogía de El señor de los anillos (de la que la publicidad de Outlander hace mención), cuando se trata de un directo a dvd estrenado en salas. Y que los CGI, en cuanto a los dragones se refiere, canten lo cantado y lo que aun esta por cantarse.

Valoración (0 a 10): 5

Trailer


2 comentarios:

Machete dijo...

Tenía mas esperanzas puestas en este fílm pero ya he leído cosas parecidas a tu crítica, la dejare pal dvd.

Hombre Lobo dijo...

Si te recuerda a Beowulf es porque ES, de hecho, una versión de Beowulf con elementos de ciencia-ficción (de hecho, creo recordar que era esto lo que me atraía de ella cuando escuchaba hablar sobre esta película).

Por cierto, es interesante mirar todas las versiones que se han hecho de esta historia, desde "El Hobbit" hasta "El guerrero número 13", llegando incluso a bodrios infumables como aquel protagonizado por Christopher Lambert (el bizco más famoso de Hollywood).

Un saludo.