El año pasado el cine de género español alcanzó la cima con los éxitos a todos los niveles de REC y El orfanato. Sin ir más lejos, estas dos películas supusieron gran parte de la ayuda que tuvo el cine español para subir un poco la siempre triste cuota que acostumbra a expresar al final de cada año. Este año, más concretamente en estos últimos meses, había tres propuestas con intención de hacerse un hueco entre las principales: El rey de la montaña, Sexykiller (foto) y Santos. Survival rural, comedia de terror y parodia del cine de superhéroes, respectivamente. Al final ninguna ha llamado la atención más allá de los carteles publicitarios en las líneas del metro. El caso de Santos es especialmente dañino pues, pese a tener la peor pinta de las tres con diferencia, tiene ese aspecto de película popular con humor cañi y casposo que tanto parece gustar en este país, además de un reparto con caras conocidas como Elsa Pataky, Guillermo Toledo o Leonardo Sbarlagia (este último también presente en el reparto de El rey de la montaña). Pero el fiasco ha sido tal, que en su estreno ni siquiera se encontraba entre las quince principales. Algo similar le sucedió a El rey de la montaña, y en el caso de Sexykiller, pese a ser la que ha salido mejor parada del grupo ( los 200.000 euros que acumuló en su estreno no dan para mucho). Por ello, hasta que nos lleguen propuestas más potentes como la secuela de REC, el cine fantástico español sigue siendo ignorado por el público, el mismo que se empeña en conceder el éxito a mierdas estrafalarias como Los girasoles ciegos.
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