La hora fría (2006)

“Tras una guerra mundial, un grupo de personas vive escondido en una especie de base en la que tiene que convivir con “los extraños”, personas que han sido infectadas de un virus que les descompone y que piensan que han sido creados por los enemigos para infectarles también a ellos. Las zonas donde se encuentran “los extraños” son prohibidas, pero al quedarse sin medicinas y alimentos, tendrán que saltarse sus leyes y adentrarse en dicho terreno”.

Antes de nada, ¿no os parece que el cartel es idéntico al de Creep? Bueno, entremos al tema. La hora fría es otra de las (pocas) producciones del nuevo cine español que se atreve con el cine de terror, y más aún, con la ciencia ficción. Algo extraño, pues aunque esta película pasó más bien desapercibida por las salas, otras muchas que se han estrenado han conseguido éxitos decentes o incluso grandísimos (sólo hay que recordar que el año pasado REC y El orfanato salvaron la papeleta a la “industria” española con sus respectivos taquillazos). De todos modos, La hora fría está lejos de ser una película certera, aunque se agradece el intento. Elio Quiroga, que ya hizo sus pinitos en el género dirigiendo Fotos y escribiendo el guión de Ausentes, se encuentra ahora tras las cámaras de la que, a priori, tenia toda la pinta de ser su película importante. Y en cierto modo lo es. Pero los problemas de La hora fría se encadenan uno tras de otro. Por un lado, el guión (escrito por Quiroga) peca de monótono, y no sabe como centrar la acción en un espacio cerrado, reiterando situaciones una y otra vez (ahora charlamos de lo mal que va el mundo, ahora llega la hora fría, ahora hablamos de los extraños, ahora charlamos de lo mal que va el mundo, ahora llega la hora fría, etc). Este es el mayor error que se puede cometer cuando uno pretende hacer una película de este tipo: que siendo un producto de entretenimiento (no exento de ciertas pretensiones filosóficas) consiga ser algo cansino.

Luego están los actores. Algunos lo hacen bien, pero otros parece que piensan que trabajan en teatro (algo que suele pasar en el cine español). Silke, esa actriz que estará buena pero es todo lo irritante que uno puedo llegar a imaginar, tiene escenas en las que no se la entiende un carajo lo que dice. El mejor es el niño de la película, que en lugar de ser repelente como la mayoría de los niños-actores, consigue aproximarnos al mal trago que acontece en la historia. Hay más cosas, pero no es plan de hablar sólo de errores. La película también ofrece atisbos de calidad en ciertos momentos. Por ejemplo, cuando la historia aún no se ha hecho repetitiva, el interés parece ir en aumento, en una trama de acertada sobriedad que lleva a entender el aislamiento de esas personas. Incluso hay alguna escena inquietante, aunque con un director de más talento hubiese salido mucho mejor. Los efectos digitales y de maquillaje son bastante correctos, lo cual refleja las buenas intenciones de sus responsables en una producción con presupuesto muy ajustado. El final (y no me refiero al repentino alarde fantasmagórico vía ordenata) es muy, muy bueno. Aciertos que no consiguen lavar la cara de una película fallida, interesante por momentos, pero tediosa en otros. Por cierto, Elio Quiroga se encuentra ya en la pos producción de No-Do, otra de terror, con Ana Torrent (la de Tesis) que esperemos esta vez sea mejor.

Lo mejor: Sin duda los últimos cinco minutos.

Lo peor: Silke y el repetitivo guión durante el desarrollo.

Valoración (0 a 10): 5

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