sábado, 7 de junio de 2008

The Mist (La niebla de Stephen King) (2008)

“Una inquietante niebla llega a un pequeño pueblo de los Estados Unidos, pillando por sorpresa a los habitantes y a unos cuantos visitantes que se encuentran comprando en un supermercado. Encerrados, y con miedo a salir por lo que pueda encerrar el fenómeno, pronto irán surgiendo problemas entre ellos mismos, llegando incluso a la violencia. Pero su único problema no será su propia convivencia, sino que dentro de la niebla acechan indescriptibles seres monstruosos que amenazan con entrar tarde o temprano”.

La relación profesional entre Frank Darabont y Stephen King surgió mucho antes de que el primero dirigiera la que es, probablemente, la mejor adaptación de uno de sus libros a la gran pantalla, Cadena perpetua. Y es que cuando Darabont tan solo era un estudiante de 23 años con intención de rodar películas algún día, compró a King, por solo un dólar, los derechos de uno de sus relatos para adaptarlo en forma de cortometraje. Esto no era algo excepcional, pues por aquellos años, el genio del terror literario ofrecía por un dólar los derechos de muchos de sus relatos para que jóvenes promesas dieran muestras de su talento. Pero fue el de Darabont, basado en The Woman in the Room, el que de veras le entusiasmó. El resto es historia. A la ya citada Cadena perpetua (que pesé a su paso más bien indiferente por los cines, se convirtió después en todo un éxito en formato domestico y en una de las películas mejor valoradas por critica y publico hasta la fecha) siguieron otra genial película, también inspirada en una novela de Stephen King, llamada La milla verde (con un éxito comercial absoluto, y de nuevo aplaudida a rabiar) y la más olvidada de las tres, The Majestic, ya sin King en los creditos. ¿Qué mejor para proseguir con su triunfal carrera y dar de nuevo en el clavo que adaptar otra de las mejores novelas de King? Así lo debió pensar Darabont, y así ha conseguido sorprendernos de nuevo.

Pero esta vez no hay cárceles de por medio, sino una historia de terror y fantasía en la que se rinde especial atención a la falta de humanidad de los propios humanos llamados racionales. La niebla de Stephen King (no confundir, obviamente, con el clásico dirigido por John Carpenter) es, más allá de una película de terror, de un cuento puramente fantástico o incluso de un relato de arriesgada ciencia ficción visionaria, una critica inteligente, interesante y poco sutil a la religión, los miedos sobre los que se ha ido creciendo a lo largo de los siglos, y una vez más los errores de la política exterior y el ejercito americanos. No era de extrañar que, saliendo la película de unas mentes tan liberales (en el bueno sentido, no en el de los progres retrógrados), como las de Darabont y King terminara saliendo una audaz critica social, una película de personajes y diálogos más que de situaciones impactantes o efectistas. Lo mejor de todo es que, aún así, los momentos de terror y suspense que contiene La niebla están tan bien dosificados y tan bien dirigidos, que en conjunto nunca queda la sensación de que falte algo dentro en la trama

Mención a parte merecen los últimos treinta minutos, con momentos que por derecho propio pueden entrar en la nomina de mejores situaciones del cine de terror moderno. Y el final, que decir, el más arriesgado, impactante, sobrecogedor y demoledor que el aquí firmante ha visto en muchos, muchos años (y que además no es el mismo que en la novela). Pero las sorpresas no acaban ahí. Y es que Thomas Jane, actor hasta ahora bastante limitado en muchas de sus interpretaciones, agarra el protagonismo de la cinta y nos regala momentos de aplauso. Aunque se mantiene tan solo correcto durante gran parte del metraje, en los últimos minutos demuestra que, no sin la ayuda de un buen director, puede ser un actor muy a tener en cuenta. Y lo mismo se puede decir del resto del reparto, destacando a Marcia Gay Garden como la odiosa radical religiosa. La unica sombra que se asoma durante la función es una duración un tanto excesiva de dos horas. La niebla es un relato que bien podría resumirse en noventa minutos, sin por ello perder ninguna fuerza en detalles dramáticos ni en la presentación de los personajes, pues estos son trazados sin problemas en la primera media hora. La acción se dilata allá por el nudo, quizas por hacer demasiado hincapié en el conflicto religioso que se vive en la tienda, algo que ya había quedado explicado y muy bien entendió en minutos anteriores. Pese a ello, el montaje que podemos ver no causa tedio en ningún momento, tan solo la sensación de que, cortando un poco de aquí y otro poco de allá, La niebla en lugar de notable hubiese sido sobresaliente.

Lo mejor: La siempre elegante cámara de Frank Darabont, algo que se deja ver, sobretodo, en unos últimos treinta minutos realmente sublimes.

Lo peor: Le sobran algunos minutos para llegar a ser lo redonda que podía haber sido.

Valoración (0 a 10): 8,5

Trailer

2 comentarios:

Emerald dijo...

jeje demasiada película para tan poca trama, previsible! no me gusto

Pliskeen (David Ribet) dijo...

No la califico de obra maestra porque es un término que uso muy pocas veces y cuando creo que realmente lo merece (hoy todo el mundo califica de obra maestra cualquier película que les haya gustado)

Le dejo en excelente con un final soberbio.

Saludos ;)