viernes, 30 de abril de 2010

Primeras impresiones del nuevo Pesadilla en Elm Street


Las primeras impresiones desde Estados Unidos, donde la película se ha estado hoy, son dispares. La crítica, aunque poco suele importar lo que éstos digan, la ha abucheado concediéndola un 87% de opiniones negativas según Rottentomatoes. En cuanto al público, los que compran la entrada y van a verla porque quieren y no porque se lo obligan para escribir una crítica, de momento no se ha posicionado claramente a favor ni en contra. Hay de todo. Unos dicen que supera al original (cosa que dudo), otros que, sin superarlo, se mantiene a buen nivel y es una grata sorpresa, y luego ya tenemos a los aseguran que es un insulto al personaje y todo eso. Lo que está claro es que el nuevo Pesadilla en Elm Street (Nightmare on Elm Street) se va a convertir en un gran éxito y pondrá de moda otra vez el nombre de su psicópata, Freddy Krueger.

Bienvenidos a Zombieland (Zombieland, 2009)


Cuando un género o subgénero es tan explotado, y muchas veces mal, como en este caso el de los zombis, las parodias no tardan en llegar. A lo largo de los años se han creado unas cuantas que han pasado al olvido, aunque siempre recordaremos los buenos momentos que aportaron El regreso de los muertos vivientes (Return of the Living the Dead, 1985) y su primera secuela, La divertida noche de los zombis (Return of the Living Dead: Part II, 1988), pero sobretodo esa obra maestra que es Braindead, tu madre se ha comido a mi perro (Braindead, 1992)  Hasta el nuevo siglo, éstas películas, al menos para el aficionado, estaban consideradas como los principales exponentes de parodia zombi. Pero, allá por 2004, un joven director ingles llamado Edgar Wright se sacó de la manga no solo la mejor parodia sobre zombis (con permiso de Braindead) que el aquí firmante conozca, sino también una de las mejores aportaciones al tema, ya sea en serio o en broma. Su (horripilante) titulo en España fue Zombis Party, aunque prefiero olvidarlo y quedarme con el original Shaun of the Dead. Parece que con Zombieland los americanos buscaron una respuesta, igual de talentosa y sin dejar de respetar al aficionado, a la de Wright. Si lo han conseguido o no, es cuestión de perspectivas personales. Y es que Zombieland ha sido aplaudida desde su estreno, y ya se ha creado un pequeño culto. En lo que a mí respecta, anticipo que, aún tratándose de una buena y digna aproximación, no hay comparación con la citada Shaun of the Dead. No obstante, tampoco hay que andar con odiosas comparativas.


Zombieland es una de esas películas con humor grueso que, sin embargo, siempre se siente como calculado e inteligente. Los diálogos funcionan. Es buena idea, y también es buena su plasmación en pantalla, lo de enumerar las reglas de supervivencia. En cierto modo recuerda al famoso libro Manual de supervivencia zombie. La dirección de Ruben Fleischer es fresca y dinámica, manejando a su antojo las imágenes sin por ello resultar pretencioso. Claro que el guión no sería igual de eficaz en pantalla si no fuese por el casting elegido. Un recuperado Woody Harrelson se encarga de un personaje ya de por si agradecido. Y bueno, Jesse Eisenberg no cae mal, y Emma Stone aporta el concepto “tía buena”, pero juntos tienen menos química que una patata asada con kétchup. También tenemos por ahí a la niñita Abigail Breslin, revelación de Pequeña Miss Sunshine (Little Miss Sunshine, 2006). En cuanto al reparto, ninguno de ellos puede hacer nada ante la sublime aparición de un Bill Murray colosal. Su aparición especial deja claro que, no sé que coño tendrá este actor, pero sin apenas gesticular y soltando dos o tres frases, consigue los mejores minutos de la película.


El que Zombieland no sea redonda se debe a que funciona más como película de gags que en conjunto. Muchos momentos resultan simpáticos, entretenidos, pero solo hay tres que demuestran el potencial que tenía de base: la escena del supermercado, la citada aparición estelar y el loco clímax final en el parque de atracciones, valen por sí solos el visionado. El resto se ve con agrado pero, y vuelvo por un segundo a las comparaciones, con menos entusiasmo que los excepcionales noventa minutos de su rival más directo, Shaun of the Dead.
Asi que, mientras Fleischer y los suyos preparan la secuela, nos quedamos con los consejos de la primera en caso de que en 2012 los zombis se hagan con el mundo: hacer ejercicio, no seais racanos con las balas y nada de haceros el héroe…a no ser que la ocasión lo merezca.

Valoración (0 a 5): 3

miércoles, 28 de abril de 2010

Garrapatas (Ticks, 1993)


No se si andaré perdido en estos temas, pero ¿cuántas películas sobre garrapatas asesinas conocéis? Por mi parte, es la primera vez que me topo con algo así. Y además, garrapatas gigantes asesinas modificadas, atención, con marihuana (¡!). El caso es que dando una vuelta por una de esas páginas de cine online me encontré con la película de marras, y la curiosidad pudo conmigo. Ya en los créditos surgen varias cosillas de "interes": dos de los nombres del reparto son el pequeñajo Seth Green y Alfonso Ribeiro mientras se hacia famoso como Carlton en El príncipe de Bel Air (The Fresh Prince, 1990-1996). En labores de producción (ejecutiva) nos encontramos con el inefable Bryan Yuzna. Y bueno, la trama ya la supondréis: unas garrapatas modificadas genéticamente crecen en tamaño y agresividad y atacan a las personas que regentan un bosque. En el grupo de jóvenes tenemos todos los estereotipos posibles: el chico callado y con aspecto friki pero inteligente, el afroamericano criado en las calles a punta de pistola, el tío cachas, la tía buena, la chica guapa pero tranquila y la chica con pasado traumático que nunca abre la boca.


Pese a lo que puede parecer en un principio, la idea no queda en ridículo gracias a unos notables efectos especiales y de maquillaje. Hay buenas escenas gore, momentos asquerosos (para el que no aguante a los bichos) y la suficiente acción para que no nos aburramos con los diálogos bochornosos y las interpretaciones de mercadillo. Muy mediocre, aunque al fin y al cabo entretenida, estas Garrapatas pueden verse por el cinégafo (abstenerse el resto) como un ejercicio de completismo dentro del subgénero “amenaza animal”, pues al menos la amenaza esta vez no son cocodrilos, tiburones, perros encabronados o abejas que se han quedado sin miel. ¿Les dará por hacer un remake?

Valoración (0 a 5): 2

La Hammer vuelve a las andadas


La Hammer parece dispuesta a regresar por la puerta en grande. Al menos,  los nuevos directivos se lo están tomando en serio. De ahí que una de sus cartas de presentación, aunque más bien ha sido una adquisición y no una producción propia, será Let Me In, remake de esa reciente obra maestra titulada Déjame entrar (Lat den ratte komma in, 2009). Cualquiera podría olerse mal tan innecesario proyecto, aunque detrás de ella anda Matt Reeves, que dirigió la notable Monstruoso (Cloverfield, 2008). Habrá que esperar para ver que pueden aportar a la magnifica visión que ya nos proporcionó la obra original.
Ya como marca propia, el presidente de la compañía, Simon Oakes, ha desvelado algunos de los títulos que tendremos en pantalla. El primero se titulará The Resident. Sus protagonistas, Hillary Swank y Christopher Lee. De la historia se sabe que se desarrolla en un bloque de pisos de Nueva York, y que estará más enfocada al thriller de suspense; Otras que se anuncian son The Woman in Black, con el  prometedor James Watkins, que ya dio muestras de talento como director en Eden Lake (2008), y The Quiet Ones, de la que poco se sabe a parte de que, al igual que la de Watkins, cada una a su modo nos contarán historias de fantasmas; Obviamente, no faltarán remakes de sus propias películas clásicas, y una de las ideas que tienen en mente a corto plazo es resucitar la franquicia de Quatermass.

lunes, 26 de abril de 2010

Desde Paris con amor (From Paris with Love, 2010)


Luc Besson, aunque sea en tareas de productor, creador de la historia o ayudante poniendo el nombre en el cartel, ha creado un nuevo subgénero dentro del cine de acción. No se como denominarlo, pero sus ingredientes son la acción por la acción, desvergüenza, curiosas set pieces aunque haya pocos medios y, si es posible, rodar con alguna estrella americana que esté dispuesta a soltarse la melena. Además, su aliado para la ocasión es el director Pierre Morel, que de la nada consiguió colar su anterior trabajo con Besson, la interesante Venganza (Taken, 2009), como una de las películas más taquilleras del pasado año en Estados Unidos. Esta vez la estrella no es Liam Nesson, sino John Travolta, al que acompaña Jonathan Rhys Meyers, o más bien le presta atención con cara de susto mientras despecha a tiros a media ciudad. Lo divertido de la propuesta está en no tomársela en serio y disfrutar de un desatado John Travolta, con aspecto a lo Luis Tosar en Celda 211 (2009) haciéndose auto parodia.


Desde Paris con amor es una de esas películas que parten de tan poca pretensión que engendran simpatía. Aunque haya momentos que pequen de innecesaria trascendencia, en conjunto es una simple, pero muy eficaz, golosina visual de noventa minutos. Los malos malísimos son asiáticos y árabes, los buenos buenísimos y heroicos son americanos. Hay violencia descarada tal como la había en las gloriosas pelis de acción de los ochenta y principio de los noventa. Nada de tiros limpios. Aquí la sangre rebota en la pared o en la cara de los protagonistas. Para que no todo sea acción sin sentido (pero igual de divertida), los guionistas se las han arreglado para meter dos o tres giros argumentales que mantengan el interés más allá del artificio. Todo está perfectamente pensado, hilado y montado para ser degustado sin exigencias, con una larga sonrisa y preocupándote únicamente del precio de las palomitas.

Valoración (0 a 5): 3

Avatar también bate el record en formato domestico



Avatar ha vuelto a demostrar, en su salida en Dvd y Blu Ray, que no pueden frenarla ni la crisis ni la piratería. Lo suyo es un fenómeno social que trasciende más allá de lo que podría afectar a otras muchas películas actuales. Los 2.700 millones de dólares amasados en los cines de todo el mundo, que posiblemente terminarán ascendiendo hasta los 2.800 millones, contemplan ahora un éxito proporcionalmente similar en el mercado domestico. Así, en Estados Unidos, durante el primer día de salida, las ventas se situaron alrededor de las 4 millones de unidades, mientras que tres días después ascendían hasta los 6,7 millones. Todo un record que ha superado al que no hace mucho implantó El caballero oscuro (The Dark Knight, 2008). No obstante, el recorrido domestico de Avatar no ha hecho más que empezar, pues dentro de unos meses saldrá la anunciada edición que, al contrario de la actual, podrá verse en tres dimensiones.

martes, 20 de abril de 2010

Alicia se hace de oro en España


En Estados Unidos, después de de casi dos meses en cartel, sus cifras van camino de terminar con 335-340 millones de dólares. A tal cifra hay que sumarle los espectaculares 503 millones (también en dólares) que lleva amasados en el resto del mundo. España, no sé si para aprovechar el puente en el que se ha estrenado, salir después de otros grandes estrenos 3d como Furia de titanes (Clash of the Titans, 2010) o Como entrenar a tu dragón (How to Train your Dragon, 2010) o porque simplemente Spain is different. No lo sé, pero ha tardado en estrenarse más que en casi todos los países. Ahora bien, eso no ha sido ningún problema para que arrase tal como era de esperar. Su estreno ha sido similar al de otro reciente rome-taquillas con salas en tres dimensiones: Avatar (2009). En sus primeros tres días, la esperada Alicia de Tim Burton ha ingresado 7,4 millones de euros, de los cuales un 70% han salido de los cines con el formato de moda (que son menos del 40% del total de las salas en las que se proyecta). Todo muy parecido a lo que sucedió con la citada película de James Cameron hace unos meses. Aunque está encontrado reacciones muy opuestas, no será difícil que dada su enorme publicidad, interés por el formato tridimensional (que tendrá agotadas las entradas al menos un fin de semana más) y el amplio segmento de publico de distinto sexo y edades que abarca la propuesta, podría terminar superando los 25 millones de euros que consiguió Up (2009). No obstante, el taquillazo que ha supuesto Avatar, que a estas alturas está a punto de cerrar su carrera española con 75 millones de euros (¡!), es algo inalcanzable a largo plazo.

miércoles, 14 de abril de 2010

Despedazator (Slime City, 1987)


Madre mía. Aunque más bien, espero que mi madre no sepa que veo estas cosas. Yo sé que estoy cuerdo, pero no tiene porque creerlo todo el mundo. Todo esto no lo digo porque Despedazator sea una película enfermiza, solo para mentes curtidas. Al contrario, es pura coña. Pero tiene algo, aún no sé el que. Es tan, TAN mala, horripilante, risible, vergonzosa, casposa y estupida, que mientras uno esta en su casa, sólito, sentado frente a ella, esperas que nadie sepa que, por misteriosos motivos, te entretiene suficiente para verla hasta el final. La cosa (no película) trata de un tipejo que alquila un piso de un bloque antiguo y mugriento. Lo hace para estar cerca de su novia y  poder relacionarse con ella más allá de los besitos en el parque. Los vecinos son igual de mugrientos que el bloque. Básicamente, tenemos a dos viejas que están siempre en el portal, una especie de punkarra hippie con ínfulas de poeta, y a una tipa disfrazada de Elvira, dueña de las tinieblas (Elvira: Mistress of the Darkness, 1988), que al menos tiene su morbo. El tipejo la desea tanto que, en una mezcla de deseo y desesperación (su novia sólo pasa por su casa para saludarle) termina cayendo en el pecado. Eso, un extraño alimento verde, yogurt del Himalaya (sic), que le proporciona el otro vecino punkarra, así como un licor también de color verde, le terminan convirtiendo en un asesino con la cara llena de pus y otras sustancias asquerosas. Todo es parte de un plan de los vecinos (viejas incluidas) para que vuelva de la muerte un alquimista que vivió allí años atrás.


Pero ojo, aunque el conjunto no aburra entre algunas escenas gore (atención al morro que le echan en una en concreto, la del atracador, al que le amputan el brazo y podemos intuir como tiene el verdadero escondido debajo de la camiseta), diálogos divertidos por tan bochornosos e interpretaciones ridículas (no hay que prestar mucha atención para comprobar que los actores, por momentos, están a punto de partirse el culo), vale la pena quedarse para ver los últimos cinco minutos. No sé si les salió de chiripa, pero ese clímax final recuerda a los mejores tiempos del gore añejo, con Mal gusto (Bad Taste, 1987) a la cabeza. Eso si, aceptando que los trucajes son descaradamente salchichas coloreadas y cosas por el estilo. Curiosidades: El actor Alan Rickman se pasea por la película, en una epoca en la que aún deberían pagarle con chicles en lugar de billetes. Supongo que hoy en día hará lo posible por olvidar que apareció en esto, o tal vez la ponga en su casa para dar fiestas peli-birreras hasta necesitar una inyección b 12. El director, un tal Greb Lamberson, no hizo mucho más en su posterior carrera. Aunque, cuidado, porque este año pretende atacar de nuevo con una continuación de tan magna obra, que se titulará Slime City Massacre.

Valoración (0 a 5): 1,5

Furia de titanes (Clash of the Titans, 2010)



Recuerdo Furia de titanes (Clash of the Titans, 1981) como una película entretenida. La recuerdo dentro de un viaje nostálgico cuyo vehiculo es mi mente. Pero si de algo realmente me acuerdo, es de los efectos especiales en stop motion del gran Ray Harryhausen. Más aún, pues se trató de su última aportación al cine. Recuerdo los escorpiones de gran tamaño, a Medusa, al Kraken,  Pegaso, Cancerbero o al barquero de los muertos. Todas esas imágenes, que siguen sin perder su encanto y, sobretodo, su magia hoy en día, son las que hacen de Furia de titanes una obra de culto más allá de que, admitámoslo, se quede lejos de una obra maestra como Jason y los argonautas (Jason and the Argonauts, 1963) o aventuras varias de Simbad o Hércules. El verdadero punto fuerte de aquel Furia de titanes es la lucha contra la gorgona Medusa, que convertía en piedra a quien la mirase a los ojos. No solo podemos considerar dichos minutos lo mejor de la película, sino lo de lo mejor del cine de aventuras mitológicas (o no) en general. A parte, una vez más, brillante criatura creada por el citado Harryhausen. Y comento esto porque, precisamente, con la visión de la nueva Medusa creada para el remake que nos ocupa, generada por ordenador, sin pizca de alma y con una cara más bonita, nos hacemos una idea de lo que acontece en el conjunto. Eso es la nuevo Furia de titanes: generada por ordenador, sin alma y con un lavado de cara para hacerlo todo más espectacular y, en cierto modo, más bonito.


Pero, qué queréis que os diga. Los efectos especiales, salvo el clímax final en el cual vemos a un gigantesco Kraken, no son para tirar cohetes. La espectacularidad se basa en aumentar el tamaño de las criaturas (además del citado Kraken, prestar atención a los escorpiones, pues del tamaño de un león en la original pasan a ser una especie de Gozdilla con varias patas) y en hacer que los protagonistas y secundarios peguen más gritos, maldigan más a los dioses y suelten frases heroicas y concisas. Otros cambios más o menos destacables: el caballo alado Pegaso ya no es blanco, sino negro, y, o no estuve atento y no vi al perro diabólico Carcebero o es que realmente se olvidaron de él hasta para un cameo. Eso si, el barquero aparece, a modo Skeletor, y tenemos un pequeño guiño al búho metálico. Por lo demás, el nuevo Perseo, interpretado por el ascendente Sam Worthington –destinado, si todo va a bien, a ser la principal estrella taquillera de comienzos del siglo XXI) tiene menos carisma que las patatas fritas sin sal. Solo tiene dos gestos, y se repiten durante hora y media. No pienso que sea culpa del actor, ya que en Terminator Salvation (2009) y un poco en Avatar (2009) demostró tener algo de talento, pero creo que su director, el francés Louis Leterrier, no es el más indicado para sacar buenas interpretaciones de actores aún con mucho que demostrar. Eso y que, además, todo en Furia de titanes parece hecho de carrerilla, en una lucha contrarreloj por no pasarse de un "modesto" presupuesto (más tarde aumentado con el erróneo traspaso a tres dimensiones) y preocupándose más por el ruido que por las nueces.


No obstante, después de todo lo dicho, de todos los errores evidentes del remake, de haber esperado algo grande y haber encontrado algo pequeño, no puedo suspenderla. No soy capaz. No sé si es porque salen Liam Neeson y Ralph Fiennes pasándoselo pipa interpretando, sin mucha vergüenza, a los dioses Zeus y Hades, respectivamente. No sé si es porque, al fin y al cabo, sus cien minutos (quince menos que la original) se me pasaron volando aunque todo me importase un carajo. No sé si es porque algunos decorados, más clásicos de lo esperado, me remitían directamente a la antigua, o porque algunos efectos especiales me llevaron a mi época pre adolescente cuando flipaba con la peli de Mortal Kombat (1995). O puede que Gemma Arterton esté muy buena. La verdad es que, no salí cabreado del cine. No eche pestes tipo “sacrilegio”, “horror”, “insulto a la original”. Tal vez si pensé que Leterrier no es la persona indicada para encargarse de este tipo de superproducciones -aunque si de productos de serie B tan entretenidos como su Transporter 2 (2005)-, que espero que el remake que se avecina de Jason y los argonautas sea algo más que un divertimento tan olvidable, y que, si quieren hacer películas en 3d, las hagan así desde el principio de la filmación, y no, como es el caso, en post producción y con prisas. Yo no fui tonto, y no pagué los dos euros de más porque ya me informé sobre la chapuza (fotografía oscura, escenas de acción mareantes, nulo efecto de profundidad).

Valoración (0 a 5): 2,5


sábado, 3 de abril de 2010

Capsulas informativas


Aquí tenemos la primera imagen que nos han dejado ver del rostro del nuevo Freddy Krueger. Antes habían aparecido fotos en las que no se distinguía en la sombra, pero por fin podemos hacernos una idea explicita de cómo lucirá en pantalla. La verdad, siempre me quedaré con el aspecto del original, interpretado por el mítico Robert Englund. No es por ser purista, simplemente que, tal vez sea acostumbrarse, pero al nuevo lo veo un poco…¿raro? Pues eso, que el nuevo Pesadilla en Elm Street (Nightmare on Elm Street) se estrenará en unos meses, y el rostro debajo de tanto maquillaje, para el que aún no lo sepa, es el de Jackie Earle Haley, actor de carácter visto recientemente en Watchmen (2009).

Henry Sellick, uno de los directores de cine de animación más interesantes en la actualidad, ha confirmado su regreso a Disney - Pixar, sin olvidarse de los métodos que le han hecho famoso: la animación con stop motion. El director de películas como Pesadilla antes de la navidad (Nightmare Before Christmas, 1993) y la más reciente Los mundos de Coraline (Coraline, 2009), se pondrá a trabajar de inmediato en sus nuevos proyectos, presumiblemente tambien en labores de productor.

La noticia que viene a continuación es de lo más curiosa. Incluso uno pensaría que es del Día de los Inocentes, pero en la actualidad cinematográfica ya se ha demostrado que cualquier cosa puede pasar. Tanto es así que el reputado David Fincher ha aceptado ponerse a cargo de un remake tan innecesario como el de Los hombres que no amaban a las mujeres (Män som attar kvinnor, 2009). A estas alturas ya sabemos todos de que trata aquella película, cuya tercera y ultima entrega se estrenó en España recientemente. La adaptación del primero de los libros de Stieg Larsson contará con el libreto de, atención, Steve Zaillian. Otro dato igual de curioso e inesperado.


Ya es conocido que el actor cada vez más de moda Ryan Reynolds protagonizará las adaptaciones al cine de Green Lantern y Deadpool, cómics de las editoriales DC y Marvel, respectivamente. Ahora, para no perder la costumbre, Reynolds se ha apuntado a otro proyecto basado en viñetas, las de R.I.P.D. El guión correrá a cargo de Mat Manffredi y James Hay, que también han escrito el de Furia de titanes (Clash of the Titans, 2010). La historia se centra un par de policías sobrenaturales, uno que acaba de morir y otro que lleva ya unos cuantos años en el más allá.

Hablando de adaptaciones de cómic, otra que sigue buscando sus intérpretes es la de Capitán America. Al ya confirmado (o eso parece) Chris Evans para el papel principal, se une Sebastian Stan, uno de los jovenzuelos de la serie Gossip Girl. Interpretará a Ricky Burnes, un soldadito que descubre la identidad del capitán del titulo y le pretende convencer para ser su compañero de aventuras. Otros actores ya confirmados son Samuel L Jackson (que se nota que le mola esto de los cómics) y Hugo Weaving.

Survival of the Dead (2009)



Para escribir una introducción sobre George A. Romero no hay que preocuparse mucho, pues se entiende que el aficionado, más o menos entendido, sabe todo lo que hay que saber. Ahora bien, siempre hay que citar, para luego hacer la comparación odiosa, que este tipo fue quien dirigió la magnifica “trilogía zombi”, formada por La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 1968), Zombie (Dawn of the Dead, 1978) y El día de los muertos (Day of the Dead, 1985). Más tarde, la trilogía se convirtió en tetralogía con La tierra de los muertos vivientes (The Land of the Living Dead, 2006), algo que, viendo los resultados de aquella, nunca debió haber sucedido. Al menos, no dentro de su mítica saga. El nuevo rumbo que se ha marcado Romero desde entonces hace buena la teoría del cangrejo. Su recuperación del genero que él invento, los zombis caníbales, ha ido hacia atrás con cada nueva propuesta. Si ya La tierra de los muertos vivientes, pese a contar aún con cierta autoria de su responsable, no pasaba de ser un producto artesanal, funcional, entretenido, pero que podría haber dirigido cualquiera, la siguiente El diario de los muertos (Diary of the Dead, 2008), alejada de la citada tetralogía, no supuso más que la curiosidad de ver a su director manejando un nuevo formato: el falso documental. No obstante, lo peor estaría por llegar con la película que nos ocupa.


Anunciada a bombo y platillo, la finalmente titulada Survival of the Dead ha pasado, encontrado diversidad de opiniones, por varios festivales. Al principio, se dijo que podría tratarse de una continuación de El diario de los muertos, pero, salvo algún que otro guiño (el equipo militar que robaba a sus protagonistas), puede considerarse una nueva aproximación, a parte, al tema zombie. Lo que si queda es la evolución de la “especie” que ya empezó a apuntar años atrás. De hecho, en Survival of the Dead los zombis saben nadar e incluso hay algún genio de la hípica. Continuando con similitudes argumentales, hay en ésta un recuerdo al comienzo de Zombie, en cuanto a que los caníbales resucitados son protegidos por determinados personajes que pueblan la isla del titulo. Mal por su parte, obvio. Este acontecimiento es el que conduce al arranque de la trama, pues un grupo de personas empeñadas en cargarse a los “infectados”, “transformados”, se encuentra con la negación por parte de otras personas (muy católicas y bastante trastornadas) que busca defender sus derechos. Aunque más tarde comprobaremos, y aquí la critica social siempre presente en el cine zombi de Romero, que el “jefe” de los defensores, es un loco con el poder subido a la cabeza más de la cuenta, y que se contradice (como hacen muchos religiosos radicales) en sus creencias y solo busca manipular y conseguir sus fines bastante dudosos.


Desde el comienzo de Survival of the Dead, comprobamos que algo ha cambiado. La forma en la que Romero mata a sus nuevos zombis dista de la de antaño. Al menos, técnicamente hablando. Los zombis mugrientos han pasado a ser parodias de si mismos, e incluso hay un momento en el que uno es ejecutado, previa succión de gas y fuego, ordenador cantoso al poder, mientras uno de los protagonistas le despacha imitando a un Blade cualquiera. Algo ha cambiado. No me importa que los directores evolucionen, inventen. Al contrario. Pero a Romero no le queda bien. Puede que no sepa hacerlo bien. A él le van las escenas de acción lentas, los zombis mugrientos y sanguinolentos, la seriedad del conjunto sin descartar algún toque de humor negro, acido, pero nunca “modernillo”. Después de ver Survival of the Dead uno no sabe que buscaba el director con su nuevo trabajo. Sin llegar a ser insultante, el humor fácil y a veces ridículo la hace perder enteros (el forzado personaje del chico joven y rebelde, o algunas ejecuciones de zombis como la antes citada), aunque también nos depara algún buen momento como el extraño y “bonito” plano final. La supuesta agilidad que Romero intenta imponer en ciertas partes de la trama termina siendo más tediosa que los momentos pausados. Algo que siempre ha manejado mejor, y debería ceñirse a ello: la pausa sobre la acción. Por tanto, el conjunto, con más errores que alegrías, y con un molesto tufo a película menor, hace pensar que nos estamos quedando sin George, que sus mejores tiempos han pasado, tal como pasaron los de Hooper, Craven e incluso, en menor medida, Carpenter. Se nos ha hecho realmente mayor, y ahora le preocupa más terminar el “producto” a tiempo, sin pasarse del presupuesto y poner un George A. Romero al lado del titulo para captar, al menos, la atención de los fans optimistas.

Valoración (0 a 5): 1,5