Por Dios, que poca imaginación. Los hermanos Pang, Oxide y Danny, puede que lo único bueno que han hecho haya sido dirigir The Eye (Gin gway, 2002). Al menos hasta que vea la, a priori, interesante Re Cycle (Gwai wik, 2006). El viaje a Estados Unidos parece no haber mejorado las cosas. The Messengers es la prueba palpable. Lo cierto es que ya me daba mala espina desde un principio, por lo que cayó en el olvido hasta ahora. Digamos que, obedeciendo a su aspecto de terror fast food PG-13, su visionado ha de caer en algún hueco aburrido en el que no sepas que hacer. Y efectivamente, no me equivocaba. Lo que aquí hacen los Pang es traer sus fantasmas característicos del cine de terror oriental de los últimos años, y meterlos sin demasiada lógica en, atención, un mix de remakes encubiertos de Los pájaros (The Birds, 1963) y Terror en Amityville (The Amityville Horror, 1979). Y lo peor, es que lo hacen sin gracia alguna. Dirigiendo de forma impersonal, plana.
La primera mitad puede valer. No es nada que permanezca en el recuerdo, pero al menos cumple su función de entretener. Pero, a partir de ahí, y sobretodo en el absurdo giro final, todo es tan previsible, rocambolesco y precipitado, que uno termina pensando que le han tomado por idiota. En medio de esto se encuentra Kristen Stewart, haciendo lo que puede mientras espera su reciente salto al estrellato en el papel de Bella, en Crepúsculo (Twilight, 2008). Y lo curioso es que el mejor del reparto, y lo mejor de la película, resulta ser el niño pequeño de la familia, cuya interpretación tiene más matices y es más inquiétate que la de los adultos y los espíritus, respectivamente.
Lo mejor: El niño pequeño cuando ve a los muertos.
Lo peor: Un guión sin pies ni cabeza, y absurdo hasta decir basta durante la segunda mitad.
Valoración (0 a 10): 3,5
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