sábado, 20 de junio de 2009

Contacto sangriento (Bloodsport, 1988)


Frank Dux, experto en artes marciales, escapa del ejército para poder competir en el Kumite, y así salvar el honor de su entrenador, cuyo hijo murió a manos del campeón del concurso.

Quien conozca a Van Damme en la actualidad, con sus últimas películas, es normal que no se haga buena idea del mismo. Esto sin contar sus bochornosas, aunque graciosas, apariciones televisivas en estado de embriaguez y cosas peores. Pero el musculoso actor belga tuvo su momento de gloria. Allá por finales ochenta, y hasta mediados de los noventa, se marcó varias películas míticas para todo fan de la acción cinégafa que se precie. Kickboxer (1989), Lionheart, el luchador (Lionheart, 1990) o Doble impacto (Double Impact, 1991) son algunas de ellas. Pero la que más puse y rebobine para ver de nuevo en mi infancia y adolescencia fue Contacto sangriento. A los cinéfilos más puristas les parecerá un disparate, pero se trata de una de las mejores películas de acción de las últimas décadas. En el mismo paquete tenemos a un Van Damme en plena forma, a un joven Forrest Whitaker y al eterno villano, siempre bruto y de pocas palabras, Bolo Yeung, al cual podemos considerar la versión oriental del no menos mítico Danny Trejo. No por nada, Trejo también ha colaborado con Van Damme en Inferno (1999). Estaba claro que el destino terminaría uniéndoles.

Contacto sangriento está basada en una etapa de la vida de luchador real Frank W. Dux. Experto en Full-Contact, Dux luchó y venció en el Kumite de Hong Kong, uno de esos torneos de artes marciales donde todo vale hasta que el rival se rinda o quede medio gilipollas. Algo así como el Vale Tudo, más popular para los occidentales. En términos estrictamente cinematográficos, es obvio que Contacto sangriento no resiste demasiados análisis, pero como película de acción, de artes marciales y como divertimento cinéfago lo tiene todo. Es entretenida como pocas, y tiene esa estética de la acción ochentera que tanto se añora hoy en día. Los combates, además de violentos, resultan entrañables (esas características tomas de patadas o puñetazos repetidas tres o cuatro veces). Y para colmo, detrás de todo esto se encuentra la Cannon.
Hace tiempo se dijo que Van Damme tenía en mente protagonizar una secuela, titulada Kumite. La cosa ahora está un poco olvidada, pero, de salir, se agradecería una edición en vhs coleccionista. Que tiempos aquellos.

Lo mejor: Dentro de lo que propone y de sus pretensiones, prácticamente todo.

Lo peor: Los prejuicios de muchos… ¡ciclo para reivindicar a Van Damme ya!

Valoración (0 a 10): 8

Trailer

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi pelicula favorita de Van Damme... Es un churrote pero cada vez que la pasan en la TV la veo.

No se me olvida la cara de Bolo Chong Li cuando reta a Dux despues de noquear a Jackson, para foto la cara.

Interesante tu pagina es la primera vez que comento algo.