domingo, 21 de junio de 2009

La galaxia del terror (Galaxy of Terror, 1981)


Una tripulación es enviada al espacio en busca de una nave que ha quedado averiada en un planeta extraño. Una vez allí, serán victimas de criaturas monstruosas sedientas de sangre. Aunque al principio creen palpable la amenaza, pronto se darán cuenta que son la respuesta a sus propios miedos.

Puede que, junto a Humanoides del abismo (Humanoids from the Deep, 1980), La galaxia del terror sea la serie b de ciencia ficción y terror que más veces haya visto por televisión en mi tierna infancia. Aunque ahora, en la mayoría de los canales a esas intempestivas horas solo ponen programas de mierda de llamadas telefónicas, por aquel entonces repetían una y otra vez pelis de terror cochambrosas, que imagino veríamos yo y unos pocos más a quienes no les gustaba demasiado dormir. Y claro, La galaxia del terror es una de esas películas que me acojonaban sobremanera, y que veía como ejemplos de gore brutal antes de meterme más en esto del cine sangriento. Vista hoy, es obvio que no asusta, ni resulta tan cafre (aunque tiene sus momentos), pero no por ello deja de ser un entretenido exploit a reivindicar. Un año atrás, Alien, el octavo pasajero (Alien, 1979) había conseguido reventar taquillas y poner de moda esto del terror en el espacio. Los exploiters de pura cepa no tardaron en movilizarse y conseguir mínimos presupuestos para fabricar sus replicas y aprovechar el tirón.

De este modo, Roger Corman, tótem del cine casposo y la serie b, se atrevió con este producto (o subproducto, según se mire) que no escatima en referencias de aquella. No solo la trama centrada en el espacio con algo maléfico rondando a los protagonistas, sino también los escenarios y la atmósfera, en un intento trash, aunque no del todo desdeñable, de emular los espectaculares ingenios de H.R Giger, sudan exploit por cada poro. Luego, la trama va decantándose por otros derroteros más explícitos propios del cine de Corman, y con elementos psicológicos (la nave asesina a sus visitantes utilizando sus miedos) que nos dan una idea de que quizás a Paul Anderson no le disguste esta cinta, a juzgar por su infravalorada Horizonte final (Event Horizon, 1997) y los muchos parecidos arguméntales y formales que propone. Y todo esto con el toque nostálgico que hoy día proporciona ver en su reparto a gente como Robert Englund o Sid Haig.

Lo mejor: La atmósfera y los escenarios, aunque no sean más que un exploit de Alien, el octavo pasajero, tienen su aquel, y hay escenas gore bastante efectivas.

Lo peor: En el último tercio al guión se le va la olla.

Valoración (0 a 10): 6,5

Trailer

1 comentario:

Sir Laguna dijo...

Otra de esas tantas que siempre he querido ver y nunca se mellega la hora...