Recuerdo cuando se estrenó la aburrida La isla (The Island, 2005). Debido a su fiasco comercial, muchos empezaron a llenarse la boca con aquello de “el fin de Michael Bay”. Recientemente, las flojas cifras de Siete almas (Seven Pounds, 2008) hicieron lo mismo en cuanto a la carrera de Will Smith. Y todo esto, cuando el actor afroamericano es una de las estrellas de cine más taquilleras de la historia desde hace más de una década. Lo mismo se puede decir de Bay. Su carrera está plagada de éxitos. Fue llegar su primer bache y (sobretodo) sus detractores empezaron a desvariar con que sería el principio de su fin. La cosa es que, tras La isla, Bay estrenó Transformers (2007), y pese a las dudas de no pocos, se convirtió en la quinta película más taquillera del año con una recaudación mundial de 708 millones de dólares. El éxito se debió tanto al espectáculo digital y las explosiones cada dos segundos como a la exuberante presencia de la entonces poco conocida Megan Fox. Por eso, para la segunda parte, de nuevo con Bay en la dirección, parecen haber impuesto eso del “más grande, más ruidoso, más caro, mejor”. Y más Megan Fox, claro. Transformers 2: La venganza de los caídos (Transformers 2: Revenge of the Fallen) no solo ha sido un éxito en Estados Unidos, sino que ha superado todas las previsiones. En tan solo cinco días ha recaudado la friolera de 203 millones de dólares. De este modo, se queda a solo dos millones del anterior record en el mismo periodo de tiempo, que ostenta El caballero oscuro (The Dark Knight, 2008). Todo indica que superará sin problemas los 319 millones que amasó la primera en Estados Unidos. Lo que ocurra en el resto del mundo aún está por ver. En España, al igual que sucedió con la anterior entrega, el publico ha sido relativamente frío. En sus primeros cinco días se hace con alrededor de 2,9 millones de euros.
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