sábado, 31 de enero de 2009

House. Una casa alucinante (House, 1986)


Un famoso escritor de novelas de terror se muda a una antigua mansión, propiedad de su tía, que he recientemente se ha suicidado en una de las habitaciones. Buscando un lugar que le ayude a escribir su última novela, lo que encontrará en esa casa son una serie de fenómenos paranormales que, en algunos casos, tendrán mucho que ver con su pasado.

Cuando allá por mediados de los noventa era solo un niño, ver películas de terror se convertía en una autentica experiencia. Todos hemos visto películas que nos hicieron mearnos en los calzoncillos de Barrio Sésamo, pero que vistas años más tarde reconocíamos como simpáticas, entretenidas, pero nunca terroríficas. Una de las que más simboliza todo esto en mi infancia es House: una casa alucinante. Ya sabemos hoy día que se trata de una comedia de terror que en ningún momento pretende asustar, sino más bien divertir y contagiar su cachondeo. Pero cuando la visioné a edad temprana, y fueron más de veinte veces, me cagaba en los pantalones. Revisada, por enésima vez, House parece más bien una especie de (simpático) episodio de series fantásticas familiares rollito Cuentos asombrosos (Amazing Histories, 1985-1987), con mucho de comedia, de fantasía, pero solo retazos de terror (siempre tendré grabada en la memoria la escena en la que el protagonista sale a un vacío oscuro a trabes de un espejo y se encuentra con un monstruo volador).


Dirigida eficazmente por ese artesano del género que es Steve Miner, House rezuma aires ochenteros en cada fotograma, lo que la da un valor añadido. Su éxito propicio tres secuelas, a cual más indigesta, que recientemente han editado (a excepción de la cuarta) en un único pack de dvd (mi consejo, para el que no las haya visto y tenga curiosidad, es que consiga la primera y pase totalmente del pack). Aunque hoy en día se vea más como una simpática cinta nostálgica, lo cierto es que House fue una de las imprescindibles de las sesiones de video club de barrio. De esos en los que en sus estanterias podíamos encontrar entre tantas otras piezas, previo rastreo y limpieza de polvo, vhs´s de películas de terror, muchas de ellas hoy desconocidas, que llamaban la atención por sus originales carátulas. La de House (cartel arriba) siempre la recordare.

Lo mejor: Es muy entretenida, que es lo único que se la puede (y debe) pedir. Además, ese toque de sano humor ochentero dentro de una película de terror nos trae tantos recuerdos a muchos de nosotros que es imposible no sentir simpatía por ella.

Lo peor: Que, obviamente, vista hoy es la mitad de buena de lo que creíamos hace años.

Valoración (0 a 10): 6,5

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viernes, 30 de enero de 2009

Se quien me mató (I Know Who Killed Me, 2007)


Una joven es victima de una tortura. Cuando despierta del coma, en el hospital, sus padres van a verla ilusionados por la noticia. La sorpresa es que ella dice no ser su hija sino que se confunden con una chica muy similar. Ahora queda la duda de si dice la verdad o la tortura que ha sufrido la ha hecho quedar amnésica.

Se quien me mató deja la misma sensación que ver un corto amateur de esos que intentan ser complejos pero se les ve de lejos las intenciones. Esto es, que el guionista, inmerso en aires pseudo intelectuales, quiere vendernos algo inteligente y perturbador, cuando solo hay fuegos de artificio e ideas prefabricadas. Y si a todo esto le sumamos que la protagonista de la función no es otra que la imposible Lindsay Lohan, muy difícil de creer en cualquier personaje, la cosa no da para mucho más. No es que la chica lo haga mal, pues está algo mejor de lo esperado (y de lo que decían muchos) pero no termina de encajar en un papel que requiere bastantes más matices para ser comprensible. El guión presenta un batiburrillo de ideas. Solo ideas. Mejores o peores, se quedan en premisas que nunca son resueltas o, si lo son, terminan por decepcionar. Todo avanza a trompicones, sin entretener, hasta llegar a un clímax final facilón y bastante más simple de lo que cabria esperar.

La película se anunció para su estreno en cines con las imágenes de una Lindsay Lohan haciendo de stripper en un sórdido local. Y también se vendió como una película de terror. Nada de eso tiene mucho que ver con lo que finalmente vemos. El striptease de Lohan es tan solo un engaña-pajilleros más cantoso que lo de Demi Moore en la horrenda Striptease (ídem, 1996). Más aun, porque en este se trata únicamente de un baile durante los créditos de inicio y a penas se ve un sujetador a oscuras. Sobre el género de Se quien me mató, queda claro que no se trata de terror ni nada similar, sino de un thriller psicológico, con tintes de intriga, que se mueve entre los territorios teen y adulto sin saber por cual decantarse. Hay un asesino poco más que anecdótico. Hay gore, pero metido con calzador (como si hubiesen sido escenas rodadas después del primer montaje). Y en definitiva, hay mucho lío argumental pero con poca sustancia.

Lo mejor: Que, por momentos, uno piensa que la trama va a convertirse en algo interesante.

Lo peor: Que esos momentos son puras ilusiones.

Valoración (0 a 10): 3

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viernes, 23 de enero de 2009

Éxito del remake 3d de Un San Valentín sangriento

El cine de terror ha empezado el año con buen pie en las taquillas. Ya lo dije hace unos días a raíz del estreno americano de La semilla del mal (The Unborn, 2009), que a día de hoy acumula 33 millones de dólares en sus diez primeros días en exhibición. Ahora le ha tocado el turno al remake de Un San Valentín sangriento (My Bloody Valentine, 1981), que quizá con la cosa de estar realizada en formato de tres dimensiones ha llevado a bastante gente a las salas. Tanto es así, que en su estreno, el pasado fin de semana, se hizo con unos magníficos 24 millones, lo que más o menos cubre su presupuesto. Además, parece que el publico ha respondido bien a la propuesta, otorgándole un 6,7 de media en IMDB con alrededor de 3.200 votos hasta el momento (caso opuesto al de La semilla del mal, que se queda en un mediocre 4,8 de media). Si todo va bien, el nuevo San Valentín sangriento conseguirá unos muy decentes 55 millones al final de su recorrido por estas tierras.

Las ruinas (The Ruins, 2008)


Un grupo de amigos, de vacaciones en México, se aventuran en la selva para visitar unas antiguas ruinas Mayas. Una vez allí, los habitantes de la zona, a punta de escopeta, les obligan a subir a las ruinas y no moverse del lugar. Pronto entenderán que aquel sitio guarda un terrorífico secreto.

A simple vista, una película como Las ruinas tiene muy poco, o nada, que ver con aquella obra maestra titulada Un plan sencillo (A Simple Plan, 1998), que dirigió Sam Raimi. Nada, salvo que ambas están basadas en populares novelas de Scott B. Smith. Y ojo, porque si uno se abre un poco de miras, se dara cuenta que Las ruinas y Un plan sencillo tienen una línea argumental y unas intenciones finales bastante similares: en ambas los protagonistas encuentran algo maravilloso que se torna mortal. También en ambas hay algo que se interpone en su glorioso día. Y sobretodo (y cuidado que va un SPOILER), en ambas sobrevive uno de los personajes principales gracias al sacrificio del ser querido más próximo en esos momentos. Luego, las diferencias más relevantes se encontrarían en el tono de cine de terror (engañosamente) para adolescentes de la primera, y el thriller de autor íntegramente adulto de la segunda. Y mientras que en la que nos ocupa las vísceras asaltan la pantalla por doquier, en la otra, pese a haber mucha violencia, es bastante más contenida.

Las ruinas es una de esas películas de terror pausadas pero vertiginosas. Esto es, que no hay persecuciones de asesino-victima, ni grandes set-pieces, pero los acontecimientos, cada vez más truculentos, se acumulan a partir de la segunda mitad sin prisa pero sin pausa. Tanto, que es de esas veces que tenemos claro que allí no sale con vida ni la ropa interior de los personajes. Con algunos parecidos, en cuanto al género de terror, con la normalita Cabin Fever (ídem, 2002), Las ruinas, sin embargo, se sirve de una original base en la que unas inquietantes plantas carnívoras hacen aparición, solo de vez en cuando, para ir mermando el numero del grupo, y así sus esperanzas de salir del macabro escenario. El resto lo dejan para ellos mismos: la locura no tarda en aparecer.
Dirigida de manera funcional por el desconocido Carter Smith, y con el propio Scott B. Smith adaptando su novela, Las ruinas ofrece un entretenimiento lleno de sangre, momentos de tensión, pocas concesiones y algún alarde de ingenio. No es una gran película, pero sin duda es mejor de lo que muchos esperan.

Lo mejor: El buen avance de la trama, mezclando escenas bastante gore con el in crescendo de tensión que sacude a los personajes.

Lo peor: Unos primeros veinte minutos que pueden recordar a los peores ejemplos del cine de terror teen.

Valoración (0 a 10): 7

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jueves, 22 de enero de 2009

Todo listo para la secuela del Halloween de Rob Zombie

Todo parece preparado para que Rob Zombie se haga cargo de la secuela del remake de La noche de Halloween (Halloween, 1978), que él mismo dirigió y que pudimos ver en cines hace poco más de un año. La noticia pilló por sorpresa a propios y extraños, pues que el mismo autor se encargara del proyecto no deja de resultar extraño. Pero la pasión de Zombie por el clásico de Carpenter, así como unos cuantos millones de dólares puestos sobre la mesa, han dado el empuje definitivo. Conocida por el momento como Halloween II, su director ha comentado en varias entrevistas que, al igual que hizo con el genial díptico formado por La casa de los mil cadáveres (House of 1.000 corpses, 2003) y Los renegados del diablo (The Devil´s Redject, 2005), esta secuela tendrá notables diferencias de forma respecto a la primera (que recordemos, contaba con una primera mitad excelente, aunque el resto no dejaba de ser un slasher del montón). También ha dicho que es muy posible que Malcom McDowell vuelva a interpretar al Dr. Loomis, y que Tayler Mane, el interprete tras la mascara de Michael Myers, ya ha firmado para volver a acribillar jóvenes con su cuchillo de treinta centímetros.

La sombra de Lester (Quando Alice Ruppe Lo Specchio, 1988)


Un psicópata asesina y descuartiza mujeres de mediana de edad de clase alta, generalmente viudas. Cuando la policía empiece a sospechar de él, su locura ira más allá de sus propios actos.
Si en algo se diferencia el maestro Fuli de otros compañeros italianos de su etapa, es el toque malsano y realmente sucio que aporta a sus películas. Pasando su mejor racha, lo volvió a intentar con La sombra de Lester, también conocida en España como Cuando Alicia rompió el espejo (que, no obstante, es la traducción de su titulo original). No es de sus mejores películas, pero ese confuso tono, que convierte una película, a priori, de terror (con emulo de giallo) en una comedia negra descaradamente macabra, conduce la propuesta a otro nivel. Aquí las victimas no son las típicas jovencitas espectaculares, sino mujeres de mediana edad, con defectos físicos siempre presentes (incluso la ultima, mas curvilínea, tiene en el labio superior una mancha más desagradable que Isabel Coixet). Pero, por mucho que Fulci se arrope esta vez en el humor negro y pase un poco del terror sin concesiones, lo que no cambia es su enfoque de la violencia: asesinatos en primer plano, explícitos, con altas dosis de gore y mala leche (atención al que comienza con un palo y termina en un horno).

Pese a que la primera hora de La sombra de Lester apunta cada vez más interesante, en el desenlace al mítico director parece írsele la olla. ¿A que vienen esas divagaciones pseudo pretenciosas y metafísicas en plan metáfora? Quizá el tono cómico (dentro de lo malsano) de lo visto anteriormente era, precisamente, una excusa para mostar el desconcierto del personaje en el ultimo tercio, pero lo cierto es que, como si de un Patrick Bateman venido a menos se tratase, el Lester del titulo y su inminente desdoblamiento (y humillación) interior ante el inevitable desenlace de su vida no termina de cuajar. No obstante, La sombra de Lester tiene todos los ingredientes para gustar a un seguidor de su director, así como a los fans del gore italiano de los ochenta. Podría haber sido mejor, pero para nada es prescindible.

Lo mejor: Fulci no escatima en violencia explicita y malsana, convirtiendo los crímenes en una orgia bizarra de (buen) mal gusto alineada con inesperados toques de humor negro.

Lo peor: El último tercio, que no termina de encajar dentro de la propuesta.

Valoración (0 a 10): 6,5

martes, 13 de enero de 2009

Clint Eastwood domina la taquilla con Gran Torino, mientras que La semilla del mal supera las previsiones


Espectacular, inesperado, sorprendente. Se pueden añadir muchos adjetivos, pero, a priori, lo más certero que se puede aplicar al éxito de Gran Torino es “sentido común”. En unos años en los que toda estrella mayor de cincuenta años está condenada al olvido, es gratificante ver como Clint Eastwood, a sus más de setenta, ha conseguido un gran recibimiento con su última película como actor principal y director. Y lo curioso es que, al contrario que la recientemente estrenada El intercambio (Changeling, 2008), que él también dirigió, Gran Torino se trata de una película más pequeña, con menos pretensiones comerciales y, aparentemente, menos sentido épico. Pero lo que son las cosas: mientras que El intercambio se quedó en unos mediocres treinta y cinco millones de dólares (con un presupuesto de cincuenta y cinco), la nueva propuesta de Eastwood ha amasado cuarenta millones tras su estreno en un amplio número de salas (previamente había sido exhibida de forma limitada, con llenos de sala absolutos). Si el boca a boca funciona, que es lo esperable, y si además se lleva algunas nominaciones en la próxima entrega de los Oscar, es muy probable que las cifras de Gran Torino en Estados Unidos asciendan más allá de los ciento veinte millones. Y eso que la película solo ha costado treinta.

Por su parte, el cine de terror ha tenido una buena entrada este año con La semilla del mal (The Unborn). La película sobre espíritus y posesiones protagonizada por la espectacular y ascendente Odette Yustman, una de las protagonistas de Monstruoso (Cloverfield, 2008), y dirigida por David Goyer, se ha hecho en su estreno con unos excelentes diecinueve millones, que son siete más de lo que apuntaban las previsiones; tampoco le va nada mal al tándem formado por David Fincher y Brad Pitt en El curioso caso de Benjamin Button (The Curious Case of Benjamin Button), que tras tres semanas en cartel ya supera los cien millones; Adam Sandler confirma ser el cómico más infalible del momento en Estados Unidos con la comedia fantástica Bedtime Stories, superando de nuevo los cien millones tras haberlo logrado recientemente con Zohan: licencia para peinar (Zohan, 2008); la que no levanta cabeza es The Spirit, que tras su mediocre estreno, con tan solo diez millones, se ha visto sepultada entre la marabunta de estrenos importantes y el mal boca a boca, quedándose con una cifra final de solo 20 millones.

lunes, 5 de enero de 2009

Torso. Violencia carnal ( I corpi presentano tracce di violenza carnale, 1973)


Un brutal asesino se dedica a eliminar jóvenes de un instituto. Cuando tres de ellas se van de viaje, las seguirá la pista para que no falten en su ritual particular.

Puede que el nombre de Sergio Martino no les suene a muchos españoles, pero seguro que recuerdan su película La montaña del dios caníbal (La Montagna del Dio Cannibale, 1978), un subproducto cercano al género mondo que, por equivocación, fue emitida en La 2, en horario de sobremesa. Y es que lo que parece una película de aventuras inofensiva, en realidad se trata de un ejercicio gore que ínfulas hiperrealistas, al estilo de la más popular Holocausto caníbal (Cannibal Holocaust, 1980). Pero Martino, años antes, se había dado a conocer en el cine de terror, más concretamente en el giallo, con Torso. Violencia carnal. Además, Torso, como buen ejemplo de cine italiano de los setenta, no escatima en sensualidad, sexualidad y voyeurismo, convirtiéndose en una especie de thriller de terror erótico-festivo, que si bien durante su comienzo y desarrollo no aportada nada especialmente sobrecogedor (más allá de los brutales asesinatos bien detallados), guarda lo mejor para un clímax final largo e inquietante construido de forma sólida, hasta que el asesino muestra su cara y abre la boca.

Para el que esto escribe, Torso no es nada del otro jueves. Ahora bien, hay que tener en cuenta que el giallo, pese a que inspirara mis queridos splatter americanos (y no americanos) de finales de los setenta y parte de los ochenta, y de nuevo puestos al día en el siglo XXI, nunca me ha llamado especialmente la atención. Ni siquiera las películas de Dario Argento, en su etapa gloriosa, terminan de hacerme tilín. Sin embargo, y siguiendo con Sergio Martino, no puedo cerrar la reseña sin hacer algunas recomendaciones de su etapa más exploit. Y es que el colega se curró algunas de las películas más peli-birreras que uno puede llevar a su aparato reproductor: imitaciones varias de Tiburón (Jaws, 1975), como Shark (Rosso nell´Ocenano, 1984) o Caimán (Il Fiume del Grande Caimano, 1979).

Lo mejor: El clímax final.

Lo peor: Un desarrollo irregular, en el que, cuando no hay desnudos o algún crimen que otro, la trama no tiene demasiado equilibrio.

Valoración (0 a 10): 6

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domingo, 4 de enero de 2009

The Spirit es golpeado por la taquilla

Frank Miller no se si se habrá quedado a gusto al poder dirigir la adaptación del cómic The Spirit, de Will Eisner, a quien siempre nombró como su inspirador en el mundo de las viñetas, pero lo que esta claro es que el publico no ha pensado lo mismo. Pese a ser una propuesta, a priori, muy similar a Sin City (idem, 2005) que fue co-dirigida por Miller junto a Robert Rodríguez, y se convirtió en un éxito, la suerte no ha ido con el genio del cómic esta vez. Y es que The Spirit en diez días a penas llega a los 20 millones de dólares de recaudación en Estados Unidos. Conociendo estos datos, así como su abrupto descenso en el segundo fin de semana (un 45% en un fin de semana sin estrenos), es probable que termine su carrera con poco más de 30 millones (que son alrededor de 50 menos de los que recaudó la citada Sin City). Habrá que esperar para ver como se comporta The Spirit en el resto del mundo, aunque todo apunta a que será en un tono similar. Además, el boca a boca, contra todo pronostico, no está siendo favorable.

Adaptación del videojuego Gears of War para el año que viene

Gears of War es uno de los mejores videojuegos de la historia, superado por su reciente secuela (para el que aun no haya jugado, queda recomendada desde este mismo segundo…aunque ha de tener la Xbox 360). Era cuestión de tiempo que Hollywood le echara un vistazo para comprobar sus cualidades cinematográficas. El caso es que, con lo mal que suelen salir este tipo de adaptaciones, el riesgo de traspasar al celuloide un épico tan grande como el del videojuego que nos ocupa no deja de resultar inquietante. Aunque aun se desconoce que presupuesto le otorgarán (y menos de 100 millones de dólares sabría a poco), ya parece confirmado un director, y no es otro que Less Wisseman, responsable de la mediocre Underword (ídem, 2003), aunque también de la más entonada secuela de ésta, Underworld: Evolution (ídem, 2006) y de la entretenida Jungla 4.0 (Live Free or Die Hard, 2007). En cuanto al reparto, aun por confirmar, ya suenan nombres como Clive Owen, para el papel principal, o incluso Brad Pitt. Si estuviésemos en los ochenta, o incluso en los noventa, un reparto como el de Depredador (Predator, 1987), con el club macho men que formaban, entre otros, Arnold Schwarzenegger y Carl Weathers, le vendría de lujo a esta adaptación, pero los tiempos han cambiado, y a no ser que cojan actores desconocidos de gran musculatura, me da que la cosa variará un poco, al menos en este aspecto, respecto al videojuego. A no ser, ojo, que les de por llamar a The Rock u otros astros de la lucha libre pasados a actores en los últimos años.

sábado, 3 de enero de 2009

Una noche para morir (Prom Night, 2008)

Una niña es testigo del asesinato de toda su familia a manos de un psicópata. Años después, ya adolescente, se prepara junto a sus amigos para celebrar la noche de graduación. El problema es que dicho psicópata, que se ha pasado todos esos años encerrado en un psiquiátrico, ha decidido escaparse para la ocasión.


En el mundo de los remakes existen varias ramas, varios estilos, a la hora de hacerlos. Casi siempre se trata de copiar lo que vimos en la original, pero dependiendo de la propuesta, hay varios filtros por los que puede pasar el guión de cara a la actualización de dicha obra. En Una noche para morir, remake de Noche de graduación (Prom Night, 1980), uno de los slasher más populares de la historia, al menos en Estados Unidos, asistimos a la cumbre del filtro MTV. Esto es, hacer la película lo más teen, soft y digerible para todos los públicos que sea posible. De echo, Una noche para morir tiene una calificación PG13 en Estados Unidos porque, siempre que hay un asesino por medio, es difícil que le pongan un PG, pero si nos centramos en lo que realmente vemos en pantalla, este remake bien podría ser una película para llevar a tu sobrino pequeño al cine sin problema alguno.


La presentación de los personajes la primera media hora, los diálogos sin interés, las situaciones “de miedo” esperables, con sus correspondientes sustos sonoros y golpes de efecto varios, y todo lo que uno puede esperar de un slasher para adolescentes de la nueva era están en Una noche para morir. No hay ni una gota de sangre (salvo algún que otro chorrete que salta a la pared y cosas así), tampoco tiene el interés de debatir a cerca de quien será el asesino de marras, pues le vemos el rostro en todo momento. Hay buena factura (faltaría) pero ninguna intención (que no es lo mismo que pretensión…que todo sea dicho tampoco las tiene, más allá de recaudar su presupuesto durante el primer fin de semana) y lo único que podemos sacar en claro es que sus noventa minutos son medianamente entretenidos si estamos en plan “día de la no-exigencia”.

Lo mejor: Brittany Snow, y no por su actuación.

Lo peor: Es tan blandita que la podemos ver en una sesión doble con el show del teletubbie marica.

Valoración (0 a 10): 3

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jueves, 1 de enero de 2009

Lo que nos depara 2009

Pues ya estamos por aquí otro año más. Cientos de propuestas están esperando su llegada durante los próximos doce meses, pero solo algunas de ellas son las más esperadas, y otras (o en algunos casos las mismas) las que impactarán en medio mundo. Aquí os dejo un repaso de lo que podremos disfrutar próximamente en las pantallas, ya sean de cine o en nuestra casa. Como viene siendo habitual, los superhéroes y las adaptaciones del mundo del cómic en general tendrán una notable presencia entre los estrenos más destacados, al igual que las secuelas, precuelas, remakes y todo lo que sea reinventar o revisar clásicos (o no) de décadas anteriores, sobretodo dentro del cine de terror. Pero vayamos por partes.

En lo referente a superhéroes, la propuesta más esperada es Watchmen. Y lo es por varias razones. La principal, porque se trata de la adaptación del que posiblemente sea el cómic más aclamado de la historia, obra de Alan Moore y David Gibbons, y porque, el material en si mismo, es todo un riesgo a la hora de ser traspasado al celuloide. Pero también crea expectativas que Zack Snyder, responsable de las magnificas Amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, 2003) y 300 (ídem, 2006) se encuentre tras las cámaras, y que los avances mostrados hasta el momento sean una maravilla y dejen bien claro que la fidelidad al texto original se encuentra fuera de toda duda.
Tambien Kick-Ass, el corrosivo cómic del siempre polémico Mark Millar, autor del cómic en el que se basó la reciente Se busca (Wanted, 2008), tendrá su puesta en imágenes. Nicolas Cage tendrá papel destacado en la función. Tras las cámaras estará Mathew Vaughn, que ya dio buena fe de su interés por el fantástico en Stardust (ídem, 2007), que también escribió y produjo; el cómic Manga tendrá sus representantes con 20th Century boys 2, secuela de la primera adaptación del muy popular manga japonés de Naoki Urasawa, todo un hit que sin embargo, a nivel cinematográfico, a penas ha traspasado la frontera. Es difícil saber si, al menos en formato domestico, podremos ver la película (en caso de no ser así, ya se sabe que Internet tiene de todo); en clave más occidental podremos ver, por fin, la muy anunciada adaptación de Dragon Ball, manga de Akira Toriyama, archiconocido en todo el mundo gracias a la serie de televisión basada en sus personajes. Ya ha salido un trailer de la película, y la verdad es que la cosa no pinta demasiado bien, como ya anunciaron meses atrás las primeras fotos. Con todo, habrá que esperar unos meses para confirmar los malos augurios o, quien sabe, retractarnos de lo dicho.
Marvel se tomará un año de respiro, con la excepción de el spin off X Men: Lobezno, de nuevo con Hugh Jackman al frente, para presentar el año que viene todo su arsenal: adaptaciones de Thor, Capitan America, Ant Man o la secuela de Iron Man, que tendrán el bombazo definitivo con la esperadísima The Avengers, que les unirá a todos. Sin olvidarnos de la cuarta y quinta entregas de Spider-Man, ya se en pleno rodaje. Por su parte, DC, tras el gran éxito de El caballero oscuro (The Dark Knight, 2008) también se pondrá las pilas y ese mismo año nos regalará las de Green Hornet o Green Lantern, a la espera de la nueva entrega del hombre murciélago, Shadow of the Bat.

En el terror, el nombre que está en boca de todos es Sam Raimi. Y es que el otrora rey del gore, antes de estrenar las citadas Spider-man 4 & 5, que se anuncian como cierre de la saga (al menos en lo que respecta al director y su protagonista, Tobey Magyre) volverá a sus terroríficos inicios con Drag me to Hell, una nueva vuelta de tuerca a sus espíritus maquiavélicos, que si hacemos caso de las primeras imágenes tiene una pinta estupenda. Así pues, Raimi parece volver a sus origines. Es más, aunque no me quiero hacer ilusiones todavía, se dice que el muy comentado remake de aquella, que en principio Sam Raimi solo iba a producir, podría terminar siendo dirigida por él y estrenado poco después de Drag me to Hell. De momento no hay reparto confirmado, por lo que tendremos que rezar para que, ya que le ha dado por rehacer su película más recordada, al menos no nos cambie a Bruce Campbell por cualquiera.
El terror que nos viene también tendrá la representación de George A. Romero, que vuelve a los zombis con una propuesta aun sin titulo confirmado, pero cuyo argumento se sabe que estará centrado en una isla. Romero también ejercerá de productor en las dos entregas de Dead Stories, filmadas de seguido y que, esperemos, tengan estreno comercial por aquí; otro icono del género que volverá, aunque ya no sorprenda a nadie, es Puzzle con sus juegos macabros en Saw VI, la que se dice será la ultima entrega de la saga (¿alguien se lo cree?); Alexander Aja incide en el remake, esta vez con el de Piraña (Piranha, 1978) y la novedad de estar rodada en 3d; otros remakes que nos llegan son el de Hellraiser (ídem, 1987), con el ascendente Pascal Laugier tras las cámaras; The Wolf Man, con Benicio del Toro como el famoso licántropo; Los pájaros, protagonizada por Naomi Watts y George Clooney; La ultima casa a la izquierda, que, según dicen, mantendrá mucha de la violencia y mala hostia del original, o Viernes 13, dirigida por Marcus Nispel, quien ya hizo un buen trabajo con la revisión de La matanza de Texas.
Pero, aunque la mayoría de lo que llega dentro del terror son remakes, tambien habrá algunas propuestas originales (o al menos, que no están basadas literalmente en una anterior), como The Haunting in Connecticut, con Virginia Madsen sufriendo en una casa encantada; Book of Blood, sobre un texto de Clive Barker; My name is Bruce, una especie de spin-off con Ash, el protagonista de la saga iniciada con Posesión infernal; La torre oscura, esperadísima adaptación de la serie de libros homónimos de Stephen King; The Poughkeepsie Tapes, el falso documental sobre psicópatas dirigido por John Erick Doyle, ahora responsable del remake de REC (ídem, 2008) que nos llegará en breve con el titulo de Cuarentena (Quarantine, 2008); Rob Zombie vuelve con la inquietante (porque no se sabe nada de ella) Tyranousaurus Rex; Giallo será el nuevo ídem de Dario Argento, con la atípica pareja formada, también en la realidad, por Adrian Brody y Elsa Pataki, y Eli Roth volverá a las andadas grindhouse con Trailer Trash.


La acción y el thriller movidito nos deparan varias propuestas interesantes. El regreso por la puerta grande de Stallone busca confirmación lejos de sus personajes archiconocidos con The Expeldables, que le unirá nada menos que a Jason Statham, Jet Li, y dicen que Dolph Lundgren (¡!); Matt Dammon volverá con el director Paul Greengrass, pero no en una nueva entrega del exitoso Bourne, sino en Green Zone, que sigue un patrón hasta cierto punto similar; habrá más Street Fighter, pero esta vez, se espera, mejor que aquella adaptación del videojuego que protagonizó Van Damme; los Wachowski, en labor de productores, lo intentan de nuevo con una de acción espectacular, en este caso de artes marciales y acción pura y dura de titulo Ninja Assasin; Tarantino nos traerá su particular y cinéfaga visión del bélico con Inglorious Basterds, protagonizada por Brad Pitt; la política estadounidense vivirá tiempos difíciles en The International, con Clive Owen y Naomi Watts; el videojuego Tekken tendrá su versión cinematográfica, así que ya sabemos, lucha a granel; El equpo A pasa a la gran pantalla con un reparto, dicen, espectacular: se saben Bruce Willis, Woody Harrelson y Ice Cube; y las carreras de coches tuneados vuelven con The Fast and the Furious 4, en la que tenemos el regreso a la saga, juntos, de Vin Diesel, Paul Walker, Jordana Brewster, y Michelle Rodriguez.

Aunque anteriormente ya he citado algunos, en este ultimo párrafo paso a enumerar algunos de los blockbuster más esperados, y a priori taquilleros, que se esperan durante el año: Terminator Salvation, sin Schwarzenegger pero con Christian Bale y sin Cameron ni Mostow (director de la tercera) pero con, y esto da un poco de miedo, McG, el de Los ángeles de Charlie (Charlie Angels), llega con ganas de instaurar una nueva franquicia; Harry Potter y sus compis, ya adolescentes, siguen viéndoselas con el mal acompañados de sus trucos de magia en Harry Potter y el misterio del príncipe; James Cameron no estará en el nuevo Terminator, pero ya tiene prácticamente lista la que, dicen, será el verdadero cine del siglo XXI. Se trata de Avatar, rodada para ser vista (quien pueda) en 3d, con guerras masivas entre humanos, maquinas, alienígenas, etc. En el reparto vuelve una vieja conocida: Sigourney Weaver; la saga de Star Treck tendrá su reinvención con Star Treck (valga la redundancia), que nos cuenta los comienzos de la tripulación del Enterprise. J.J Abrams es su director; los míticos Transformers tendrán secuela del gran éxito de la primera película en imagen real, que se vendrá a titular Transformers: Revenge of the Fallen. De nuevo dirige Michael Bay y protagonizan Shia LaBeouf y la espectacular Megan Fox; Tom Hanks, junto al director Ron Howard y nuevos fichajes como Ewan McGregor pondrán nerviosos al Vaticano con Ángeles y demonios, precuela de El código Da Vinci (The Da Vinci Code, 2006); la animación más cinéfaga llega de la mano de Monsters vs Aliens, nueva propuesta de los estudios de animación de Dreamworks que homenajea el cine de ciencia ficción y la monster movie de décadas pasadas; los muñequitos G.I Joe se pasan a la gran pantalla con un extenso reparto entre los que se encuentran Dennis Quaid, Sienna Miller y Marlon Wayans; y para terminar, aunque siempre me olvidare de varias, nuestro mundo podría irse al garete debido a los vaticinios de 2012, dirigida por Roland Emmerich y Cuando los mundos chocan, remake del clásico de los cincuenta del que se encarga Stephen Sommers, bajo la supervisión de Spielberg.

Y a todo esto se podría añadir las ganas que uno tiene de que algún día lleguen a los cines (o al menos se dejen caer alguna copia con subtítulos por la red) películas tan babeantes como Frontier (s), Martyrs, Vinyan, El tren de la carne de medianoche, Even Lake o Let the Right One In.